PRIMERA DIVISIÓN

El calvario de Oriol Romeu

Dos años después de brillar en Montilivi, su rendimiento ha caído en picado

Oriol Romeu, en Montilivi
21/04/2025
3 min

GIRONA"Oriol es la clave. Es el jugador que más ha entendido lo que quiero, en cuanto al ataque, la defensa y las transiciones. Me llega a todo, me equilibra las cosas. La estructura del equipo está formada a su alrededor". De estas palabras de Míchel Sánchez, verbalizadas en junio del 2023, parece haber pasado décadas. Por entonces, Romeu había cerrado un primer ejercicio en Montilivi espectacular. El centrocampista del Girona fue el gran fichaje del verano de su regreso a Primera y uno de los futbolistas más destacados de la temporada. Dos años después, su rendimiento (y el del equipo) ha caído en picado.

El primer gol encajado en Pamplona es una muestra más del bajón del de Ulldecona, que perdió la marca de Budimir y permitió que rematara totalmente solo en el interior del área. Romeu ya no es el engranaje con el que Míchel encajaba el sistema. Sigue jugando, sí, pero la falta de ritmo y fiabilidad y la irregularidad le han convertido en un futbolista propenso al error. Y esto los gerundenses lo notan en la destrucción, donde se ven continuamente superados, y en la construcción, lenta y sin ideas.

Sería injusto culpar de todos los males al centrocampista catalán, que se ve penalizado por el bajo rendimiento colectivo. En el gol citado, Danjuma se muestra pasivo en el centro de Aimar y Abel se desentiende de Budimir, lo que deja a Romeu vendido. Romeu, como la mayor parte del vestuario, no funciona porque el Girona tiene unos problemas de organización gravísimos, a los que Míchel no ha remediado. No es casualidad que prácticamente ningún futbolista demuestre un buen nivel: las individualidades apenas pueden brillar si el colectivo chirría.

El catalán volvió cedido a Montilivi este verano decepcionado y frustrado de su paso por el Barça y con un físico en entredicho por los constantes problemas en la rodilla. "Ha habido momentos en que lo he pasado mal y he tenido la sensación de que no gozaba jugando. No he demostrado a Xavi que podía confiar en mí partido a partido y me ha costado superar el decepcionar a los compañeros o al entrenador. De hecho, he pensado que no servía para el fútbol. Ni físicamente ni mentalmente, no he estado como sobre:" confesaba. Por eso, cuando le llamó Míchel, no se lo pensó. "Quizás la palabra que describe qué significa volver al Girona es felicidad", aseguraba, en la presentación. Pero de la felicidad se ha pasado al calvario.

"Débil en la concentración"

En la Liga, Romeu tan sólo ha participado en 20 de los 31 partidos, siendo titular en 16 y completando los noventa minutos en cinco. Curiosamente, cuatro de ellos fueron entre la jornada 8 y el 11; esto significa que no disputa un partido entero desde principios de diciembre, con la excepción del duelo de Milán en la Champions. El ebrense no llama la atención repasando las estadísticas: apenas es el décimo futbolista de la plantilla que más balones recupera (65) y el que más duelos gana (61, incluso le supera Asprilla, que no destaca por su trabajo defensivo). En el análisis de Whoscored, el portal web que explica detalladamente las características de los futbolistas según los parámetros actuales, lo definen como "débil en la concentración".

Tal como les ocurre a otros nombres propios como Iván Martín y Miguel Gutiérrez -Yangel Herrera come aparte-, Romeu también paga la añoranza de Aleix Garcia, la pieza que daba sentido a la idea y que no ha sido reemplazada con acierto: tan sólo se ha aliviado un poco con el arte. La seguridad que sentían todos sabiendo que su presencia cubría los grandes defectos se ha desvanecido.

El lunes el Girona recibe al Betis (21 horas, DAZN) con la necesidad de cortar la mala dinámica de una vez por todas. El descenso, a cinco puntos, acecha, si no se espabila. Un escenario que nadie hubiera imaginado. Tampoco Oriol Romeu, lejos del futbolista que estuvo en la primera etapa como gerundense.

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