PRIMERA DIVISIÓN

Los jóvenes del Girona apagan el brote de nostalgia (y salmonelosis) en Sevilla

La imaginación de Iker Almena y Gabriel Misehouy permite empatar contra el Betis

3 min
Portu, encarando a Marc Barta

GeronaEl Girona se presentó en el Benito Villamarín sin 50 goles y 39 asistencias, y con un brote de salmonelosis. Nostálgico, porque las ausencias son de peso. Desorientado, porque todo está a medio construir. Ni los nuevos han tenido tiempo de ensamblarse, ni el grupo de acogerlos. Y debilitado, porque el virus les ha hecho pasar más rato de la cuenta en el baño. Tenía todas las que perder, pero este grupo no ha perdido la voluntad. Una jugada de dos cachorros, Iker Almena y Gabriel Misehouy, permitió rascar un puntazo ante el Betis (1-1).

Tampoco es que los ánimos fueran muy positivos, dado que durante la pretemporada encajó un par de goleadas contundentes y que tan sólo ganó una vez. Míchel intentó mantener la gran parte del blog olvidando que éste ya no es el mismo. El fútbol antes fluía, ahora chirría. Durante bastante rato fue un Girona tímido y triste; nada que ver con ese equipo desacomplejado y atrevido que se clasificó para la Champions. Pero acabó soltándose, reaccionando puntual. Habrá paciencia y sangre fría para gestionar que todo aquello ya ha quedado atrás.

Se estrenaron un lento, superado –acumuló ocho pérdidas– y sustituido a Romeu, un voluntarioso Bryan Gil y Abel Ruiz, un delantero que no se parece a Artem Dovbyk. Estos pequeños detalles dejan entrever un diseño distinto, que en Sevilla no ubicó tantas piezas por dentro como solía. El Betis le castigó deprisa por una desconexión de marcajes en un saque de esquina rematado por Bartra. Pero antes eso a los gerundenses no les influía. Esta vez fue una piedra más para una mochila llena de peso.

Las comparaciones juegan malas pasadas, es inevitable. El Girona ha perdido al máximo goleador de la Liga (Dovbyk), al máximo regateador (Savinho) y al segundo máximo asistente (Aleix Garcia). Sume Yan Couto, Eric Garcia y, en Sevilla, Tsygankov. Y los repuestos no aportan las mismas cosas, aportan otras diferentes. La finura en la salida de balón que había con Aleix no es tan precisa con Romeu. La intensidad de Portu no es la magia de Savinho. Y el dinamismo de Abel Ruiz no es el olfato de Dovbyk. Y no es una crítica, es una evidencia, porque cada uno tiene sus características. Este Girona no volverá a ser el Girona del pasado año. Este Gerona es otro Gerona. Se desconoce si será peor (o mejor), pero está claro que no es igual. Esto es un hecho que debe entender para poder convivir.

Y es aquí donde entra la preocupación, magnificada en el extremo porque la incertidumbre asusta. Todo el mundo quiere tenerlo todo controlado. Todo el mundo se sentía feliz porque tenía la seguridad de que el Girona, hasta ahora, no sólo divertía, sino que ganaba. Ahora no se sabe. Y este no saber es lo que da miedo y creer que no va a salir bien, pero tampoco hay demasiados motivos para hacer una lectura negativa. Y positivos sí que hay. Como la fuerza de voluntad, la fe inquebrantable. Esto sí que lo conserva. El equipo luchó el empate hasta conseguirlo. Y esto es una virtud.

Siempre insistieron. Gustó la agilidad de Bryan Gil, desafortunado en el remate. Abel Ruiz deja sensaciones contradictorias, porque su oscuro trabajo se valorará poco, porque a los delanteros se les juzga por los goles. El valenciano remató al palo un centro de Yangel en el más claro para los de Míchel antes del gol. La apuesta del madrileño por los jóvenes con talento es la que dio los buenos frutos: una jugada espectacular de Iker Almena (20 años) la envió a la red Gabriel Misehouy (19 años). Un gran punto de partida para dos debutantes en Primera. El neerlandés aún tuvo tiempo de hacer el segundo, así como el Chimy Ávila para los locales, con un disparo a la madera.

Dos fichajes más

El Girona suma un par de refuerzos más a los siete que ya había hecho, elevando la cifra total a nueve. La llegada del delantero que debe hacer olvidar a Artem Dovbyk se hizo oficial con el anuncio del macedonio Bojan Miovski, de 25 años y procedente del Aberdeen escocés. Miovski, de un perfil discreto, pero que acaba de marcar 26 goles, firma hasta el 2028 y ha costado unos 8 millones de euros, entre fijos y variables. El otro futbolista cerrado, aunque no anunciado, es el guardameta Pau López, de 29 años. El gerundense del Olympique de Marsella llegará como cedido con una opción de compra no obligatoria para hacerle la competencia a Paulo Gazzaniga. Míchel pide aún un par de incorporaciones más, para afrontar con el máximo de garantías posibles el hecho de compaginar tres competiciones a la vez. La prioridad es un extremo, y el objetivo es Yaser Asprilla, del Watford.

  • Betis: Rui Silva, Sabaly, Bartra, Llorente, Perraud, Marc Roca (Altimira, 78'), William (Cardoso, 78'), Fekir, Fornals (Rodri, 60'), Juanmi (Abde, 60') y Aitor Ruibal (Ávila, 70'). Entrenador: Manuel Pellegrini.
  • Gerona: Gazzaniga, Arnau, David López, Blind, Miguel, Romeo (Jhon Solís, 67'), Herrera (Misehouy, 70'), Iván Martín, Portu (Almena, 67'), Bryan Gil (Krejci, 81') y Abel Ruiz (Stuani, 81'). Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Goles: 1-0 Bartra (6') y 1-1 Misehouy (72').
  • Árbitro: Ortiz Arias (Comité Madrileño).
  • Tarjetas amarillas: Perraud (83').
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: Benito Villamarín, 54.084 espectadores.
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