Juanpe escribe su nombre en la primera victoria histórica del Girona en la Champions
Un golazo de falta del canario, y otro de Miguel, derrotan a Slovan y mantienen vivo el sueño europeo
GIRONAImagínese la escena: una falta en la frontal del área rival, y Montilivi entero coreando el nombre de Juanpe, que coge la bola y la coloca con delicadeza. El estadio sigue cantando su nombre. El canario da unos pasos atrás y respira. Y de repente, silencio. El árbitro pita y se encamina hacia el balón. Con decisión, engaza un disparo precioso imparable y la afición estalla. Lo celebra todo el mundo, sólo faltaría. Él se abraza a todo el mundo, cuerpo técnico incluido. Y Montilivi vuelve a corear el "Juanpe, Juanpe". Qué bonito es el fútbol cuando se pone. Así se selló la primera victoria histórica del Girona en la Liga de Campeones contra el Slovan (2-0), que le permite mantener vivo el sueño europeo. Otra fecha para el recuerdo.
¿Pero quién es Juanpe? El jugador canario es quien más tiempo lleva en el vestuario. Concretamente, desde el 2016. Lógicamente, ha vivido todo lo que ha pasado estos años, que no ha sido poco: dos ascensos a Primera, el descenso a Segunda, las traumáticas noches de final de play-off perdidas... En Cataluña, ha echado raíces. De hecho, sus hijos son gerundenses. La mayor nació unas semanas después de la pérdida de la élite con Eusebio. Juanpe llegó a confesar que, en esos primeros días de paternidad estrenada, mientras estaba con su hija en brazos, embobado y con una emoción que sólo quien es padre experimenta, la cabeza le iba hacia el descenso. Lo dijo en una maravillosa entrevista enJot Down en la que también aseguró que no nació siendo del Girona, pero que morirá siendo del Girona. Y cuando uno siente esto, no hay nada más que añadir.
Sentimientos precisos por una entidad que vive su época dorada gracias al compromiso y comportamiento de personas como Juanpe. O Cristhian Stuani, claro. El uruguayo fue también titular, pero falló un penalti. La vieja guardia, con permiso de Juan Carlos y Portu, fue quien oxigenó un poco, no mucho, a los futbolistas disponibles. Antes del partido contra Slovan, Míchel tenía las mismas altas y bajas: trece. Al finalizar, sumó otras dos ausencias, las de Iván Martín y Van de Beek, por problemas físicos. Seguro que el calendario, el estrés, el poco descanso y un montón de factores tienen que ver, pero parece una caza de brujas.
¿Qué se puede hacer ante esto? Míchel intenta ya inventarse cosas mientras se estira el pelo. Basta manteniendo el tipo y aportando serenidad, cuando cualquier otro ya habría enloquecido del todo, maldiciéndose por las desgracias y quién sabe si asustado por el rumbo con el que se navega en la Liga, donde el sábado tiene un partido crucial en Las Palmas. Si alguien se atreve a jugar a las siete diferencias respecto a una imagen del curso pasado, encontrará quinientas. Los nuevos aún no han encajado lo mejor que lo hicieron los que eran nuevos y se llamaban Savinho o Dovbyk. Y está ese punto de angustia de no tener ninguna certeza de qué rumbo tomará el curso: uno pretende que sea tranquilo, pero quién sabe si tocará jugarse las algarrobas por la salvación. Fue todo tan extraordinario que la resaca es dura.
Pero mientras tanto, la música (de la Champions) a todo trapo ya bailar, que son cuatro días. Hubo una pequeña señal de que ésta podía ser la noche, con Montilivi haciendo ya una imagen decente durante el himno y no como en el estreno contra el Feyenoord. Esta vez, el Girona actuó deprisa, aunque fuera a base de llamar a equipos formativos para que ocuparan algunos asientos y el campo no se viera vacío. Y quien día pasa, año empuja.
Felicidad absoluta
Futbolísticamente, ni estar condicionados, sobre todo tras la lesión de Iván Martín, impidió que el Girona llevara la iniciativa en el juego. Un poco a trompicones, pero con más idea que el conjunto eslovaco, encerrado en su campo y que solo se acercó a Gazzaniga en un contragolpe a finales del primer tiempo, en un disparo de Blackman que rozó el larguero. Pero cuando el Girona replicó fue incontestable.
Lo hizo mediante Danjuma, un culo inquieto en los noventa minutos, y con un interrogante encima, por las altas expectativas. Parecía que no tenía sangre, el neerlandés, pero le sobraba. Una jugada mayúscula permitió a Miguel llevar la alegría a Girona, que volvía a saborear un momento mágico. Fuedos en un abrazo, jugadores y aficionados, en ese instante no hubo ni miedos, ni calendario, ni lesionados. Era felicidad.
Sólo el portero Takac negó a Danjuma o Miovski ampliar la ventaja rojiblanco, que se moría de ganas de celebrar el triunfo. Pero faltaba el momento más especial. Faltaba el momento de Juanpe. Un instante que el canario recordará siempre.
- Gerona: Gazzaniga, Francés, Juanpe, Krejci, Miguel, Arnau, Iván Martín (Miovski, 24'), Yangel Herrera, Van de Beek (David López, 83'), Danjuma y Stuani. Entrenador: Míchel Sánchez.
- Slovan Bratislava: Takac; Bajric, Kashia, Wimmer, Blackman, Ignatenko (Marcelli, 78'), Savvidis (Gajdos, 84'), Zuber, Barseghyan, Tolic (Szolic, 84') y Strelec (Metsoko, 84'). Entrenador: Vladimir Weiss.
- Goles: 1-0 Miguel (42') y 2-0 Juanpe (73').
- Árbitro: Horativo Fesnic (Rumano).
- Tarjetas amarillas: Tolic (16'), Francés (45'), Ignatenko (70') y Barseghyan (71').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: Montilivi, 9.246 espectadores.