Una serpiente, una desgracia y una pizca en el corazón para redondear el mercado del Girona
Míchel añade pólvora ofensiva, pero no ata su gran deseo y pierde sentimiento
GeronaDía movido en las oficinas del Girona, aunque con mayor tranquilidad de la que hubieran deseado. Porque la intención del club y la prioridad de Míchel era reforzar el eje defensivo con el fichaje de Eric Garcia, que finalmente sigue en el Barça debido a la plaga de lesiones que ha sufrido el club recientemente. Eso sí, los gerundenses acumulan poder ofensivo con la llegada de Arnaut Danjuma, cedido por el Villarreal. De Montilivi se despiden dos futbolistas de la cantera: el escalero Valery Fernández, rumbo a Mallorca, e Iker Almena, en Arabia Saudita.
El jueves ya se intuía que Eric Garcia, por quien el Girona apostaba en propiedad, cuya propuesta subía a los 15 millones entre fijos y variables, no repetiría experiencia con Míchel, que lo quería como fuera. El central de Martorell también quería volver a Montilivi, pero la avalancha de lesiones en el Barça (Christensen, Araujo y Bernal) y la imposibilidad de fichar han provocado que la entidad azulgrana se niegue en rotundo a perder otra pieza. La dirección deportiva rojiblanca ha tanteado otras opciones, pero ha preferido no mover ficha en la parcela defensiva.
En ataque ha ultimado la cesión del cuarto neerlandés de la plantilla, Arnaut Danjuma, del Villarreal, que jugará a préstamo en el Girona, y es el undécimo fichaje de un verano en el que el club ha rehecho el vestuario de arriba abajo . El extremo se suma a la nómina integrada por Pau López, Francés, Krejci, Romeo, Van de Beek, Misehouy, Bryan Gil, Asprilla, Abel Ruiz y Miovski. Entre todos ellos han significado una inversión aproximada de 44 millones de euros fijos, variables aparte. Por otra parte, el Girona ha ingresado más de 56.
Capítulo de salidas
Pero el vestuario queda cojo con las salidas de Valery Fernández, cedido al Mallorca, e Iker Almena, por quien Al Qadisiyah ha pagado los cinco millones de la cláusula de rescisión. Fernández era el único futbolista gerundense en propiedad de la primera plantilla, con lo que Pau López toma el testigo como representante local.
La trayectoria del escalense en Montilivi, donde debutó en el 2018, está marcada por la lesión de los ligamentos cruzados del verano del 2019. Su intermitencia posterior y la poca confianza recibida han provocado la separación. El futbolista quería disponer de unos minutos que Míchel no podía garantizarle, y el fichaje de Asprilla fue el detonante de un adiós que era cuestión de tiempo. Al Girona se le genera un problema de fichas y repuestos, porque si hay percance –y siempre los hay– le tocará sufrir. Más aún con la disputa de tres competiciones a la vez. El domingo visita al Sevilla (19 horas, DAZN) antes del paro de selecciones.