Fútbol

Griezmann, de capricho de Bartomeu a producto de ingeniería financiera

El Barça trabaja con el Atlético de Madrid intercambiar al atacante francés por el centrocampista Saúl Ñíguez

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Griezmann, en acción contra el Atlético

BarcelonaEn los últimos años, la ingeniería financiera se ha convertido en un concepto habitual en los despachos del Camp Nou cuando se abre el mercado de fichajes o cuando hay que cuadrar cuentas. Desde los intercambios Cillessen-Neto o y Arthur-Pjanic hasta las primeras despedidas a precio de saldo de pesos pesados del vestuario para liberar una masa salarial que en los años de gestión de Josep Maria Bartomeu se convirtió en la más alta de Europa y que ahora se tiene que recortar de manera drástica, tanto para rubricar la renovación de Messi como para inscribir a los últimos fichajes. El último capítulo de ingeniería financiera al que está abocado el club pasa ahora por la figura de Antoine Griezmann, que, mientras Messi no tenga contrato en vigor, es el futbolista mejor pagado de la plantilla azulgrana.

Con Dembélé lesionado unos meses, con Coutinho recuperándose después de haber vivido un año prácticamente en blanco y con casos muy difíciles de resolver con futbolistas que tienen salarios altos y contratos largos, como son Umtiti y Pjanic, la figura del atacante francés toma fuerza como clave para solucionar, en buena parte, los quebraderos de cabeza de los gestores azulgranas para reducir la masa salarial. Y, en este punto, desde el club catalán admiten que llegar a un entendimiento con el Atlético de Madrid para que Griezmann volviera a su ex equipo y el Barça se ahorrara su alta ficha es una realidad.

La otra parte de la ecuación pasa por que Saúl Ñíguez —un futbolista que respondería al perfil de mediocampista box to box que ha reclamado Ronald Koeman desde su llegada a Barcelona— vista de azulgrana. El jugador colchonero de 26 años no vería mal un cambio de aires después de haber perdido en la última temporada su rol de indiscutible en el Atlético de Madrid del Cholo Simeone y no haber estado entre los escogidos por Luis Enrique para jugar la Eurocopa. Y, por su parte, el entrenador del conjunto colchonero, que tiene un alto aprecio a Griezmann, recibiría con los brazos abiertos al atacante francés, que hasta que no se marchó a Barcelona era la clave principal de su proyecto.

Una operación "complicada"

Las fórmulas para cerrar esta operación de intercambio entre los dos clubes pueden ser diversas. A pesar de que en la entidad madrileña no tienen una situación tan crítica como la del Barça para no superar el fair play financiero de la Liga, tampoco pueden gastar más de la cuenta a la hora de asumir el encaje salarial de Griezmann. Aparte del debate deportivo que generaría cambiar a uno de los delanteros líderes de la selección de Francia por un centrocampista que en el último curso ha perdido mucho protagonismo, desde la cúpula deportiva azulgrana reconocen que es una operación "complicada" por el hecho de que supondría poder encajar "las necesidades económicas tanto de los dos clubes como de los jugadores".

En todo caso, desde el club se trabaja en esta opción argumentando que liberar la masa salarial es una prioridad y que Saúl sería un futbolista útil para la plantilla de Koeman. Del mismo modo, en sus últimas declaraciones públicas el técnico neerlandés destacó la renovación del astro argentino como el principal objetivo y, a pesar de afirmar que cuenta con Griezmann, defendió la continuidad del francés con la boca pequeña. Y, a la hora de hablar de fichajes, Koeman puso encima de la mesa la necesidad de reforzarse "con un centrocampista", en unas declaraciones que se produjeron poco antes de que el club apartara de la disciplina del primer equipo a Ilaix Moriba como medida de fuerza para desencallar las negociaciones para ampliar su vínculo como azulgrana.

Con la renovación de Messi cada vez más encarrilada –según ha avanzado L'Esportiu, podría cerrarse los próximos días–, los gestores azulgranas siguen buscando fórmulas como el intercambio Saúl-Griezmann para liberar masa salarial. La operación no está exenta de polémica, puesto que el internacional francés, por el que el Barça pagó los 120 millones de euros de su cláusula de rescisión hace dos temporadas, podría suponer que, una vez más, el Atlético de Madrid sale reforzado de un trato con los azulgranas.

En la retina quedan los casos de David Villa o Luis Suárez: los dos se marcharon al club madrileño a precio de saldo antes de proclamarse campeones de la Liga a las órdenes de Simeone. Mientras tanto, Griezmann está de vacaciones en Ibiza con el capitán colchonero Koke. No le costaría adaptarse al vestuario del Wanda en caso de regreso, pero sí tendría que recuperar el favor de la afición del vigente campeón de Liga, que se enfadó con él cuando decidió irse al Barça.

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