De la sonrisa a las lágrimas: un error devastador golpea a Aleix Espargaró

MontmelóHay golpes de la vida que no te esperas y que te dejan aturdido. La carrera que tenía que ser la gran fiesta de Aleix Espargaró se ha convertido en un día para olvidar. La rabia y la incredulidad han sustituido la alegría que se esperaba en la jornada que tenía que poner el sello a un fin de semana excepcional del catalán en Montmeló. El piloto de Granollers, por error, ha celebrado que iba segundo cuando faltaba una vuelta para el final. Cuando se ha dado cuenta de que la carrera no se había acabado ha intentado retomar el ritmo con la frustración de ver que se le había escapado el podio. La grada, de pie y con las manos a la cabeza, se ha dado cuenta de la equivocación y ha visto con incredulidad el triste final de un Gran Premio excepcional de Espargaró que se ha adjudicado Fabio Quartararo. Al final, Espargaró ha acabado en la quinta posición.

La desesperación del de Granollers cuando ha ondeado la bandera a cuadros era evidente. Con la cabeza gacha, ha parado la moto en el primer lugar seguro que ha encontrado para encogerse sobre la Aprilia, donde han empezado a caérsele las primeras lágrimas. No se lo podía creer. La desolación ha sido escalofriante y, cuando ha vuelto al box, se ha deshecho en llantos mientras sus mecánicos lo aplaudían. Sus dos hijos pequeños, justamente el día de su cumpleaños, han intentado consolarlo entre lágrimas.

La ilusión que reinaba en el circuito desde jueves se ha esfumado con un golpe innecesariamente cruel. Líder en los entrenamientos, poleman y después de batir el récord de la pista y de la pole, Espargaró se había dejado a punto de caramelo un Gran Premio que ya llevaba su nombre. En el circuito donde soñaba correr desde pequeño, el de Aprilia podía consolidar su ascensión al Olimpo de los pilotos. Su carrera deportiva está siendo larga, gracias a muchos sacrificios profesionales y personales, que lo han llevado a disfrutar actualmente de su mejor momento. Hace seis años que llegó a Aprilia, donde se encontró una moto nada competitiva. Siempre en la parte trasera de la clasificación, la tarea para recomponer un equipo histórico era gigante. El catalán cogió el timón y, como el capitán del barco, empezó a remar para regresar a los años dorados la marca italiana, unos años que ya han llegado. Espargaró llegó a Montmeló encadenando cuatro podios seguidos y luchando por el Mundial con Quartararo.

Cuando se han apagado los semáforos, la salida ha sido limpia para Espargaró, que ha conseguido mantener el buen ritmo marcado el fin de semana cuando Fabio Quartararo lo ha adelantado y ha conseguido el liderato. Incluso, el de Granollers se ha librado de un accidente que podría haber acabado en desgracia. En la primera curva, Nakagami ha protagonizado una acción que ha encogido el corazón a toda la parrilla. El japonés ha resbalado, ha caído y ha chocado con el casco contra la rueda de Pecco Bagnaia. La visera le ha salido volando por los aires y el casco ha quedado bastante malogrado. Mientras deslizaba por el asfalto, ha hecho caer a Alex Rins y Peco Bagnaia. El piloto de Honda, consciente, ha tenido que ser trasladado al hospital del Circuito después del susto que podría haber acabado mucho peor.

La carrera ha seguido con una retahíla de caídas. Espargaró ha luchado hasta el último instante con Jorge Martín por el segundo escalón del podio, y entonces ha cometido el error que lo ha dejado fuera. Finalmente, ha acabado en una quinta posición muy agridulce. Pero las victorias no siempre van ligadas al primer escalón ni están supeditadas al hecho de atravesar la línea de meta en primera posición. Aleix Espargaró ha firmado un fin de semana mayúsculo. La carrera se presentaba como la ocasión perfecta para sellar un Gran Premio para enmarcar en su circuito de casa. Pero a menudo la vida no es agradable ni justa. Cuando ha llegado el momento de la verdad, Fabio Quartararo ha hecho añicos los sueños de un Espargaró que ha acabado fuera del podio.

"Es uno de los días más difícil de mi carrera deportiva. Es culpa mía al cien por ciento. Pido disculpas al equipo, es un error muy gordo", ha admitido en la sala de prensa. "Me he dado cuenta cuando he visto que mi equipo se pensaba que había roto el motor. He pulsado el acelerador al máximo desde entonces porque no sabía ni en qué posición estaba", ha añadido muy afectado, a pesar de que es consciente de que la pérdida de puntos tampoco ha sido tan grande. De los 20 que tenía en el saco, ha acabado con 9.