Braithwaite se declara en rebeldía y deja plantado al Espanyol

BarcelonaEl Espanyol podría quedarse sin 27 de los goles que marcó la pasada temporada. A la conocida despedida de Joselu, que quiso salir del club para ir al Real Madrid, ahora se añade el caso de Martin Braithwaite, que ha abandonado la concentración de pretemporada en Marbella sin permiso del club.

El danés se ha declarado en rebeldía para forzar una salida. Llegó el miércoles a su estancia en el Marbella Football Center y el domingo se negó a jugar contra el Cádiz. Horas después, regresó a casa, en Castelldefels. El futbolista no quiere jugar en Segunda. El director deportivo del Espanyol, Fran Garagarza, ha anunciado que el club impondrá una sanción al futbolista. Además, ha explicado que el club está decepcionado con la falta de profesionalidad del jugador, que no ha atendido a sus llamadas desde el domingo.

La entidad tiene claro que no le facilitará la salida porque establecería un peligroso precedente de cara al resto de la plantilla, y exigirá que lleve una oferta por el valor de su cláusula. Braithwaite quiere seguir jugando en un club de alguna Primera División, aunque económicamente no lo necesita, porque tiene otro negocio vincular al sector inmobiliario que le ha permitido hacerse multimillonario.

Esta maniobra llega menos de un año después de que el Espanyol rescatara a Braithwaite, a quien el Barça había amenazado con dejar sin ficha después de un año en blanco por una grave lesión en la rodilla. Una situación que podría haber dejado a Braithwaite sin poder jugar si no rescindía el contrato.

Una vez se desvinculó del club azulgrana, el danés vio con buenos ojos la posibilidad de firmar con el Espanyol hasta el 2025. El jugador cumplía así el deseo de continuar en Barcelona, como quería la familia. Ahora, después de un curso como blanquiazul, repite un escenario similar al que protagonizó RDT el pasado verano. El Espanyol revive una pesadilla: la de los delanteros que se convierten en ángeles y que salen como demonios del club.

En el caso de RDT, que vivía en el ostracismo en Lisboa, donde no logró adaptarse, el Espanyol aceptó convertirlo en el traspaso más caro de su historia y le ofreció el salario más elevado de la plantilla, pese a tener informes que alertaban sobre su carácter controvertido. En el caso de Joselu, venía de sufrir un descenso a Segunda con el Alavés. Tenía otras ofertas, pero ninguna como la del Espanyol: una importante prima de fichaje, un salario muy elevado, todo el protagonismo en ataque y todas las facilidades del mundo para salir en caso de descenso.

El ego de RDT, Joselu o Braithwaite, forzando la salida del club que los había rescatado del ostracismo, contrasta con la generosidad que mostraron la mayor parte de futbolistas en el anterior descenso. Algunos, como Diego López y Wu Lei, incluso aceptaron renovar a la baja para ayudar al club a subir. Ahora, pese a ser partícipes del descenso, algunos jugadores se niegan a remar con el club que les dio una oportunidad.