¿Por qué la nueva camiseta del Espanyol lo está petando tanto?
La primera equipación del club blanquiazul evoca la de Massana que vistieron los pericos entre 1984 y 1992
BarcelonaLas largas colas que se han formado en la tienda del estadio del Espanyol desde que el pasado jueves se puso a la venta su primera equipación de la temporada 2025-26 –la segunda, blanca, se ha presentado en sociedad este martes– confirman el éxito del nuevo diseño de Kelme. "Tiene un estilo retro que me gusta mucho. Es muy bonita", dijo el capitán Javi Puado al verla en directo por primera vez, durante el acto de renovación de su contrato con la entidad hasta el 2030. La pieza evoca la que lució el equipo hace cuarenta años, de la marca catalana Massana, patrocinador técnico del club entre 1984 y 1994. Destaca por el cuello tipo polo y las mangas logotipo de Massana–, uno de los rasgos más característicos de esa camiseta, convertida en una pieza de museo.
Ni mucho menos es la primera reedición que hace el Espanyol, pero nunca un modelo vintage había generado tanto hype entre la afición, que ha llenado las redes con fotografías de su nueva piel. Pero, ¿por qué este diseño gusta tanto? equipaciones, que se vendían en tiendas de deporte y mercerías, y para muchos seguidores es la primera que compraron", analiza el coleccionista Albert Valor, quien tiene más de 400 camisetas de fútbol antiguas en el armario.
La camiseta más icónica de la historia del club
"Con alguna pequeña diferencia –la de la 1984-85 tenía el ribete bordado–, aquel modelo se utilizó de 1984 a 1992. Ninguna otra primera equipación moderna se ha utilizado tanto. Antes no aparecían modelos nuevos cada temporada. A mí me recuerda a Valverde, Lauridsen y N'Kono", dice el coli, más de un centenar de camisetas del Espanyol. La primera, regalo de su tío, es la Massana blanquiazul, la más icónica del club; y su San Grial, precisamente, es la del portero camerunés: "Mi primer recuerdo futbolístico es del Mundial 82. Me maravilló a N'Kono y por él me hice del Espanyol cuando lo fichó".
"Con esta equipación, el Espanyol ganó 5-3 al Barça, quedó tercero en la Liga 1986-87 y jugó la final de la UEFA de 1988; la perdió en los penaltis en Leverkusen después de eliminar la flor y nata de Europa. Sacchi, ¿eh? Era el de Van Basten, Gullit y compañía", recuerda Xavier Pujol, que tiene unas 250 camisetas del Espanyol: alrededor de 180 son matchworn –utilizadas en partido– y una quincena, de Massana.
Su colección, guardada en un museo privado que ha dedicado al club blanquiazul en los bajos de su casa, tiene un valor incalculable: "Cuesta mucho encontrar camisetas Massana originales. Al menos, el modelo clásico puede valer 200 euros. Si es algún otro menos habitual, como la camiseta suplente blanca o la amarilla, mucho más. matchworn aún suben más". Es por eso que la mayoría que corren por Wallapop y Vinted son falsificaciones, a 30 o 40 euros.
Aparte del valor histórico y sentimental, el objeto también tiene un componente estético. "El tono azul de aquella Massana no lo han podido volver a igualar. Es una de las camisetas más bonitas que hemos vestido nunca", comenta González. "Los aficionados habíamos pedido muchas veces que se hiciera una reedición y por fin la tenemos. Es un acierto total", concluye el coleccionista barcelonés.
¿Qué ocurrió con Massana?
Massana, con sede en Mataró, fue uno de los grandes proveedores de camisetas de fútbol a finales del pasado siglo. Espanyol, Alavés, Cádiz, Nàstic, Sabadell y Girona eran clientes suyos. También fue la empresa elegida para comercializar la ropa con el anagrama de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la mascota Cobi. Pero creció demasiado en un contexto de recesión económica y, con la irrupción de las grandes firmas internacionales, abandonó el mercado de equipaciones. Actualmente sigue viva, pero especializada en ropa homewear.
También la barcelonesa Meyba, que vestía a muchos equipos de la Liga –Barça, Atlético de Madrid y Betis, entre más– fue una referencia de la época. A mediados de los 90 quebró y, después de varios cambios de manos, recientemente ha vuelto a los terrenos de juego con el diseño de las equipaciones del Sant Andreu y el Júpiter. Son dos equipos modestos, pero históricos de Barcelona, que, como ocurre con la nueva piel blanquiazul, recuerdan cuando el textil catalán dominaba el mercado de producción de camisetas de fútbol español y disputaba finales europeas.