BarcelonaDespués de haber sufrido ataques racistas en diferentes estadios y redes sociales, Vinícius ha insinuado que España quizás no debería poder organizar el Mundial de 2030. Es un caso complejo, ya que hablamos de una víctima de racismo que no es ejemplar cuando juega. O quizás el caso no es complejo, ya que todo el mundo ve de qué pie cojea. Tiene un talento increíble, pero lo mancha con exageraciones, mentiras y provocaciones. Finge agresiones, intenta engañar a los árbitros y provoca a rivales. No es un deportista ejemplar. Por tanto, si delante de alguien que comete tantos errores lo primero que se te pasa por la cabeza es el color de su piel, el diagnóstico es claro: eres racista.
¿No te gusta Vinícius? Pues tienes un gran repertorio de palabras para criticarlo. Los diccionarios están llenos de palabras que puedes utilizar: mentiroso, exagerado, provocador, irrespetuoso... Si decides atacarlo por el color de su piel, eres racista. Y esos ataques existen, tenemos muchas pruebas. El jugador brasileño no miente cuando dice que recibe ataques. Y es normal que, si recibe ataques racistas, reaccione con rabia. Ahora bien, se equivoca cuando pide que España se quede sin organizar el Mundial de 2030 por culpa del racismo.
Se equivoca, ya que, por esta regla de tres, tampoco debería hacerse el Mundial del 2026 en Estados Unidos. ¿No hay racismo en Estados Unidos? Hablamos de un país en el que se permiten manifestaciones de miembros del Ku Klux Klan y de gente con banderas nazis. Pedir que el Mundial no se haga en España, cuando Vinícius se pasea cobrando publicidad y recibiendo regalos de estados poco democráticos del golfo Pérsico en los que no se respetan los derechos humanos, no es ético. Desgraciadamente, si fuera por el racismo, ningún estado podría organizar nada. Es un problema global, pero Vini parece olvidar que Brasil eligió de presidente a Bolsonaro, un hombre que decía: "Yo no tendré hijos homosexuales o que se casen con negros, ya que los he educado bien". Un presidente que recibía el apoyo de Neymar o Dani Alves, por cierto. Parece olvidar el racismo que existe en Brasil.
Vinícius se equivoca. Parece como si hubiera entendido que ser víctima de racismo, algo injustificable, le puede venir bien para mejorar su imagen. El resultado es que Vinícius enfada a los aficionados del Madrid y el nacionalismo español. Buena parte de la afición madridista se ha enfadado al ver cómo el brasileño pide que España no pueda ser sede del Mundial. Curiosamente, también aquellas minorías racistas que existen en todos los pueblos, ciudades, naciones y estados se han enfadado con Vinícius, como si ellos no fueran los primeros responsables. Si nadie hubiera atacado al brasileño por su piel, nada de eso habría ocurrido. Y solo hablaríamos de Vini por sus goles y exageraciones intentando forzar penaltis. Atacando a España, Vinícius juega con fuego, ya que puede enfadar a la afición madridista, incluido Florentino Pérez. Si tienen que escoger, no lo elegirán a él, eso seguro.
