Así afectan los ERTE y las ayudas por la pandemia a la declaración de la renta

Los ingresos de organismos públicos se tienen que computar como rentas y pueden rebajar el mínimo exento para presentar la declaración

3 min
Imagen de archivo de dos contribuyentes a la sede de Barcelona de la Agencia  Tributaria.

La declaración de la renta es un trámite esencial que toca hacer cada año. Y este 2021 puede variar para mucha gente. La pandemia ha obligado a las administraciones a dar ayudas directas a millones de personas, entre subsidios a parados y a afectados por expedientes de regulación temporal de ocupación (ERTE ), transferencias a autónomos y otras políticas puntuales de apoyo a la economía. El hecho que durante 2020 tanta gente cobrara dinero directamente de las administraciones públicas, además de los ingresos habituales por su trabajo, puede afectar la declaración de muchos trabajadores en la campaña de este año, que empezará el 7 de abril.

Doble pagador

Normalmente una persona con un trabajo fijo tiene un único pagador: su empresa. En esta situación, solo hay que hacer la declaración si los ingresos de todo el año han superado los 22.000 euros. Sin embargo, cuando se tiene más de un pagador, es a partir de los 14.000 euros que hay que presentar la declaración, pero con una condición: los dos pagadores tienen que haber pagado como mínimo 1.500 euros.

Esta normativa sobre el segundo pagador puede afectar a un buen número de personas con trabajos fijos o temporales y que no tenían que hacer la declaración porque no llegaban al mínimo de 22.000, pero que se vieron afectados por un ERTE en 2020 o se quedaron sin trabajo durante el año y ahora se encuentran en el paro. También afecta, evidentemente, a las personas que perdieron el trabajo y han encontrado otro.

En todos estos casos, los trabajadores tienen dos pagadores: su empresa y el SEPE, el servicio de ocupación estatal, que es el organismo público que paga las prestaciones de paro y ERTE . Por lo tanto, a la hora de hacer la declaración hay trabajadores que antes estaban exentos y que ahora sí que tendrán esta obligación, según la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf).

Por ejemplo: si un empleado de una empresa cobra 20.000 euros anuales, no hace falta que haga la declaración, pero si el año pasado quedó afectado por un ERTE y cobró 5.000 euros mientras duró el expediente, sí que lo tendrá que hacer. Ahora bien, si se tratara de un ERTE corto y solo hubiera cobrado 1.000, no haría falta que la hiciera porque el segundo pagador no le habría abonado el mínimo de 1.500 euros.

Así pues, si en algún momento entramos en un ERTE, es importante saber qué sueldo anual tenemos y si nos encontramos en esta franja. En el caso de las personas que no llegan a los 14.000 euros al año, no hace falta que presenten la declaración en ningún caso, si no lo quieren.

Retenciones

Otro elemento que hay que tener en cuenta es la retención. En el caso de los subsidios pagados por el SEPE, la retención es más baja que la que se aplica a las empresas. Por lo tanto, y excepto en aquellos casos en que un trabajador haya solicitado que las suban, es posible que en esta ocasión toque pagar más a Hacienda de lo que era habitual los otros años. Hay que tener en cuenta, a pesar de la idea generalizada, que es mejor para nuestro bolsillo que la declaración nos salga a pagar más que no a devolver, porque si nos devuelven dinero quiere decir que hemos estado prestando dinero involuntariamente al Estado.

Posible pérdida de deducciones fiscales

Las personas que hayan estado en un ERTE pueden perder una parte de las deducciones –si las tenían– por familia numerosa, por maternidad o por estar a cargo de personas dependientes. Estas rebajas fiscales solo se aplican a trabajadores por cuenta propia o empleados, pero no a las personas que cobran subsidios laborales, como puede ser la prestación por un ERTE o la de paro. Así pues, durante el tiempo que se haya cobrado un ERTE no se podrán pedir estas bonificaciones. Cuando el ERTE se acaba, o se encuentra otro trabajo y se vuelve a trabajar normalmente, sí que se vuelven a aplicar. Es decir, si en 2020 una persona trabajó diez meses y pasó dos afectado por un ERTE , solo podrá aplicar las deducciones correspondientes a diez meses, no a todo el año.

Ayudas a autónomos

Los autónomos que hayan recibido algún tipo de subsidio o ayuda económica de alguna administración pública también tendrán que tener cuidado a la hora de hacer la declaración. En estos casos, las ayudas hay que computarlas como rentas de trabajo, es decir, como si fueran un sueldo pagado por una empresa adicional a la actividad como autónomo. Esto se aplica tanto en las prestaciones por cese de actividad como en las otras que se hayan podido percibir. Por lo tanto, no se tienen que contabilizar como ingresos procedentes de la actividad normal que se declaran cada trimestre, según el Aedaf.

stats