Honda y Nissan atacan la gran fusión japonesa

BarcelonaHa sido un anuncio formal del gobierno japonés: Nissan y Honda ya negocian los detalles para la fusión de ambas compañías, un movimiento con el que se crearía el tercer fabricante de vehículos del mundo por ventas, sólo por detrás del también nipón Toyota y del grupo Volkswagen. Mitsubitshi también formaría parte de ese nuevo gigante de la automoción.

Ambas empresas han explicado en una rueda de prensa conjunta que tienen el objetivo de culminar la operación en junio del 2025 para poder sacar el holding a bolsa a lo largo del 2026. Este lunes las dos compañías subían en bolsa tras el comunicado. Entre ambos grupos cuentan con unas ventas combinadas por valor de 183.380 millones de euros y un beneficio operativo superior a los 18.380 millones. La razón de fondo del proyecto de fusión son los cambios en el sector de la automoción, en especial con la irrupción de los competidores chinos, la caída de ventas y las dudas sobre el giro del sector hacia el vehículo eléctrico.

"El entorno empresarial de ambas empresas y de la industria de la automoción ha cambiado rápidamente", aseguran las compañías en una declaración conjunta en la que añaden que la velocidad de las innovaciones tecnológicas "ha seguido acelerándose".

El escenario que hay sobre la mesa no es de fusión entre iguales, como suele ocurrir. Honda aparece como el mayor en la operación y tendrá una mayoría de miembros en el consejo de administración en concordancia con el mayor peso de la marca en la futura empresa. Nissan, que ha atravesado problemas en los últimos años (en Cataluña fueron muy evidentes con el traumático cierre de la planta de la Zona Franca en 2020), quiere llevar a cabo "acciones de recuperación para crear un negocio más ágil y resistente".

El presidente y consejero delegado de Honda, Toshihiro Mibe, ha manifestado en declaraciones a los medios que la integración "permitirá alcanzar una verdadera fuerza competitiva, algo que no es posible dentro del actual marco de cooperación". Ambas compañías creen que hay siete "sinergias potenciales" que podrían obtenerse, entre ellas la investigación o las economías de escala que se pueden obtener de las plataformas de vehículos. Es de esperar, como en todas las fusiones, que haya redundancias (duplicidad de departamentos para realizar un mismo trabajo), lo que abre la puerta a despidos masivos. La fusión mejoraría también la eficiencia operativa de la nueva empresa.

Si llega a buen término, la integración sería la mayor de la industria del automóvil en el mundo desde que Fiat y Chrysler y PSA se fusionaron en el 2021 para dar lugar a Stellantis. Precisamente este grupo ha vivido convulsiones recientes con la dimisión de Carlos Tavares, su consejero delegado y considerado uno de los hombres más influyentes del mundo de la automoción. Todo ello se produjo ante la expectativa de presentar malos resultados este 2024. En países como Italia, la caída de ventas y producción de Fiat abre la puerta a una crisis de primer orden.

Pero la crisis dista mucho de estar acotada a una sola empresa. En los últimos meses, Volkswagen ha amenazado con cerrar plantas en Alemania, en lo que sería una decisión jamás adoptada, y apenas estos días negocia con los sindicatos. Este mismo lunes la compañía anunciaba que sus directivos se recortarán su prima un 10% hasta finales de la década.