Vivienda

Los avales de Sánchez y la "frustración" inmobiliaria de toda una generación

Solo dos de cada diez personas de entre 30 y 44 años tienen una vivienda en propiedad

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Vivienda en Barcelona

BarcelonaAntes del estallido de la burbuja inmobiliaria eran los precios; inmediatamente después, la falta de trabajo, y años más tarde, un momento (más) de tensión del mercado de la vivienda. "Al final, lo que ves es que nunca hay una coyuntura económica y laboral que vayan bien a la vez". Son palabras de Cristina Boix, de 41 años, y también el discurso de una generación que siempre se ha encontrado con grandes dificultades para acceder a una vivienda en propiedad.

Ella es controller económica en una fundación catalana y vive en Barcelona desde hace décadas. Ahora se ha visto excluida de las ayudas que podrían darle el empujón definitivo para ser propietaria: supera en seis años la edad máxima para acceder a la línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para avalar hasta un 20% de una primera hipoteca, aprobada la semana pasada en el Consejo de Ministros.

La medida permite al comprador financiar el 100% del inmueble aunque le falte el 20% que pide el banco. Va dirigida a jóvenes de hasta 35 años y familias con menores a cargo sin límite de edad con ingresos individuales de hasta 37.800 euros anuales. Este límite se eleva al doble si la vivienda es adquirida por dos personas y hay factores de mejora en función del número de hijos y si la familia es monoparental.

"Siempre estás fuera del circuito"

"Siempre estás fuera del circuito: ¿qué persona de menos de 35 años tiene suficientes ahorros? Los estudios cada vez se alargan más. Llegas a los 25 o 26 años y todavía estás estudiando, con 10 años en un trabajo bueno es muy difícil generar capacidad de ahorro", añade Boix. De hecho, el comprador tiene que tener un 10% ahorrado para pagar los impuestos de la compraventa.

Pau Pérez, cerca de cumplir los 35 años, es bombero de la Generalitat desde hace unos meses y está por encima del mínimo de los 37.800 anuales para acceder al aval: "Hasta hace un año no tenía mucha capacidad de ahorro". Él estuvo 12 años viviendo de alquiler en Barcelona y pasó por seis pisos diferentes y, si ahora se plantea hipotecarse, es para hacerlo en algún pueblo de la comarca de Osona.

Un estudio presentado la semana pasada por el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA) ponía de manifiesto que el 65% de la población que vive de alquiler en la capital catalana tiene más de 35 años, mientras que la media de edad es de 40 años.

La entrada, una "barrera"

"En la generación de mi círculo de amistades, que está alrededor de los 35 años, hay poca gente que tenga una casa en propiedad, porque precisamente no tiene mucha capacidad de ahorro. La gran barrera a la hora de comprar una propiedad es la entrada", añade Pau. De hecho, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo la semana pasada que la entrada de un piso no puede ser un "muro infranqueable", después de anunciar la cuarta iniciativa del ejecutivo en materia de vivienda en pocas semanas.

"Lo veo con frustración porque pienso que está muy bien que se ayude a los de menos de 35 años y a la vez te das cuenta de que estás en una edad que representa que ya tendrías que haber podido acceder a la propiedad", dice Elena Garcia, de 37 años, que trabaja de administrativa en una empresa de Tona. Se emancipó cuando tenía 18 años, de forma que casi hace veinte que paga alquileres, lo que le ha impedido poder ahorrar para hipotecarse.

Piensa lo mismo Xavier Pagès, de 41 años y arquitecto: "Lo primero que se me vino a la cabeza fue: 'Siempre los jóvenes, ¿y a nosotros, cuándo nos ayudan?''". Nacido en Sabadell, se fue a vivir al extranjero durante 7 años, y ahora vive de alquiler en Barcelona en un piso de una amiga. "Hace años que me quité de la cabeza comprar una vivienda", lamenta, puesto que plantearse ahorrar para una entrada lo obligaría a dejar de tener una vida normal, asegura.

Dificultades desde el "privilegio"

"Hablo desde un punto de vista de privilegiado, porque yo he tenido un trabajo bastante fijo en los últimos años con un sueldo más o menos bueno, y he tenido la suerte de que he recibido un piso de la familia", explica Marc Moreno, de 36 años, y que hace 10 que vive en Barcelona. Él, como el resto de testimonios, explica que hace 10 años no se podía ni plantear tener suficiente dinero para una entrada, y que ahora, a pesar de no haber pagado alquiler, los ahorros que tiene no son suficientes para poder tener una para comprar un piso en la capital catalana, si la quisiera comprar.

"El problema de mi generación ha sido que nunca ha tenido los ingresos mínimos para ahorrar para una entrada, y si es difícil tener una buena entrada, todavía lo es más que te den una buena hipoteca", dice Jordi Tordera, que vive en Barcelona y trabaja en la Generalitat. Dice que ahora, con 40 años, tiene la suerte de tener suficientes ahorros y ha iniciado los trámites para hipotecarse, pero en su pueblo.

El 81% de las propiedades, en manos de personas mayores de 45 años

De hecho, según datos del Idescat del año 2022, en Catalunya hay 369.000 hogares en régimen de tenencia de propiedad que pertenecen a personas de entre 30 y 44 años, mientras que 956.000 son de personas de entre 45 y 64 años y 796.200, mayores de 65 años. De todos los hogares en propiedad en Catalunya, el 81% pertenecen a personas de más de 45 años.

Si cruzamos los datos de hogares en propiedad por edades con el número de personas en Catalunya en cada una de estas tres franjas, la diferencia entre generaciones se hace evidente: mientras que, de media, uno de cada dos de más de 65 años tiene un hogar en propiedad, esta proporción baja al 42,5% en los que tienen entre 45 y 64 años y se hunde al 23% para la generación comprendida entre los 30 y los 44 años.

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