La oferta del BBVA por el Sabadell

El curioso paralelismo del fallido precedente de la opa del Bilbao sobre Banesto

El Banco de Bilbao intentó apoderarse por la vía hostil de un banco que fue intervenido cinco años después

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Detenido el ex banquero Mario Conde por repatriar dinero de Banesto

Barcelona"Bilbao presenta una opa hostil". Es la frase que llenaba las portadas de los principales diarios españoles un primero de diciembre de 1987. La ofensiva fue la primera y única opa hostil del sector bancario español. Hasta la fecha. Aquel Bilbao, que quería apoderarse de Banesto, protagoniza 37 años después y bajo sus siglas BBVA una operación similar sobre el Banc Sabadell.

Aquella histórica operación nunca llegó a materializarse. Y ahora la pregunta es si este nuevo movimiento bancario de alto voltaje, síntoma del agresivo proceso de concentración bancaria en Catalunya, y también en España, acabará produciéndose. ¿Podrá lo que es ahora el tercer banco de España absorber a su perseguidor?

La vía directa del Banco de Bilbao sobre Banesto también llegaba tras una falta de acuerdo entre ambas entidades, en un momento en que el discurso sobre la necesidad de concentración del sector para ahorrar costes planeaba con fuerza sobre la banca española. Fue también la primera gran crisis para el flamante presidente de la entidad deseada: Mario Conde acababa de ser nombrado en el cargo por parte del consejo de administración, en sustitución del histórico Pablo Garnica, tras comprar una parte importante del capital del banco. Ahora, en la dirección del Sabadell ocurre justo lo contrario: Josep Oliu se juega su legado después de 25 años al frente del banco catalán con sede en Alicante. Pero no es lo único.

Seducir a los accionistas

La oferta que el Banco de Bilbao hizo llegar a los accionistas de Banesto consistía en seis acciones nuevas más una antigua del banco por cada diez títulos de Banesto, más 15.000 pesetas en metálico, lo que equivalía en conjunto a una prima del 40 %. El anuncio de opa en el Sabadell de este jueves conserva una apuesta similar: una prima del 30% del valor de las acciones que el BBVA ya realizó en su propuesta de negociación con el Sabadell. La oferta en este caso consistía en una acción de nueva emisión del BBVA por cada 4,83 acciones del Banc Sabadell y sin pago en efectivo alguno.

Aquella ofensiva la lanzó el entonces presidente del Banco de Bilbao, José Ángel Sánchez Asiaín, considerado uno de los principales modernizadores de la banca española a finales de los años 80. Fue quien introdujo las tarjetas de crédito y de débito en el Estado, y también quien inició el proceso de concentración de la banca española. Años más tarde, presentaba otra opa en el Vizcaya, su principal competidor local en el País Vasco, que sí salió adelante y dio lugar al BBV. Más tarde, se fusionaba con Argentaria, que resultó en el actual BBVA.

"Con el fracaso de la opa, Sánchez Asiaín pasa de ser considerado el mejor banquero a un pato cojo. Y se lanzó a salvarle entonces a su gran competidor: el Vizcaya, con una opa amistosa", explica. en el ARA el periodista especializado en economía Mariano Guindal. Una suerte completamente distinta vivió Conde, entonces banquero modélico que logró frenar la operación. "Convenció a los accionistas para que no vendieran. Era un abogado del estado muy hábil, fue el número uno de su promoción, se estudió la operación y al ver defectos de forma fue a la Bolsa de Madrid, va litigar y la hace frenar", explica. El organismo decidió no admitir a trámite la opa porque no podían contratarse futuros activos todavía inexistentes.

¿Una estrategia repetible?

En aquellos años 80 tardíos, el gobierno español estaba liderado por Felipe González, y al frente del ministerio de Economía estaba Carlos Solchaga. Había siete grandes bancos en medio de un proceso de concentrarse que, con el paso de los años, han quedado engullidos por lo que ya son dos gigantes: el BBVA y el Banco Santander. Ahora, tanto el ejecutivo español como la Generalitat han manifestado su rechazo frontal.

"Entonces el gobierno español apoyaba aquella opa, pero no la defendía la junta de la Bolsa de Madrid. El gobierno no podía ir en contra; si el Bilbao ofrecía un precio alto, se podría oponer quien quisiera, que tiraría adelante", añade Guindal. La pericia de Conde fue clave para la quiebra de esa ofensiva, gracias a una fuerte campaña para convencer a los accionistas de la entidad que presidía. Ahora, la cúpula del Sabadell está en la misma situación: dar a entender a sus inversores que el banco irá mejor solo. "Oliu está repitiendo la misma operación: decir a los accionistas que el banco vale más de lo que ofrecen, que el valor actual es menor por una serie de circunstancias, pero que irá a mejor", añade el también autor del libro El declive de los dioses (2011), en declaraciones al ARA.

Este experto considera que el BBVA no ha aprendido la lección de lo ocurrido hace cerca de 40 años. La pérdida reputacional de Sánchez Asiaín puede repetirse ahora en los máximos dirigentes de BBVA, Carlos Torres y Onur Genç. Este mismo jueves el BBVA fue castigado en Bolsa, con una caída del 6,7%. "O mejora el precio hasta que no se puedan resistir o te quedas muy debilitado frente al mercado y tus propios accionistas", dice Guindal, que señala el carácter defensivo de las opas, ya que puede servir al BBVA para reforzarse dentro de 'España.

La patata también está caliente en los despachos de la entidad de origen vallesano: es un banco pequeño y muy especializado dentro de los grandes. Sortear el abrazo del oso no es garantía de éxito; si no, que se lo digan a Mario Conde –que acabaría siendo condenado a 20 años de cárcel por los delitos de apropiación indebida, estafa y falsedad por su gestión–: sólo cinco años más tarde de la opa del Bilbao, En 1993, el Banco de España tuvo que intervenir Banesto, con un agujero patrimonial de 2.700 millones de euros.

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