El Euribor afloja y ahorra a las familias hasta los 780 euros

BarcelonaLas familias que vean actualizada su hipoteca o préstamo este mes de agosto tomando como referencia el dato del Euribor de julio se llevarán una grata sorpresa. El indicador al que se referencian los préstamos a tipo variable cerró el séptimo mes del año con una nueva caída que le sitúa en el 3,52%. De esta forma, una familia que tenga una hipoteca tipo (con 200.000 euros de capital prestado y 30 años de plazo) y que renueve su hipoteca este agosto verá una sensible mejora en la cuota que paga: en julio del 2023 el Euribor estaba al 4,15%; el 3,52% actual implica una rebaja de aproximadamente 65 euros mensuales o unos 780 euros anuales. Si la renovación de hipoteca no es anual, sino semestral, el ahorro de esta familia es la diferencia de cuota entre lo que pagaba en febrero y lo que pagará en agosto; en ese caso serían unos 10 euros menos al mes, o 120 euros anuales.

El Euribor se mueve arriba cuando existe la expectativa que suban los tipos de interés que fija el BCE, y baja cuando existe la expectativa de bajadas del precio del dinero, como es el caso de la bajada del junio y otra esperada después del verano. Si 2022 fue el año de su histórica y abrupta subida (pasó del -0,5% al ​​3%) y en 2023 esta subida escaló hasta el nivel máximo del 4,16% registrado en octubre, en los últimos tiempos el indicador ha ido bajando, aligerando la carga financiera de familias y empresas con créditos a tipo variable (los firmados a tipo fijo no se ven afectados por esta fluctuación). Así, la de julio ha sido la cuarta bajada intermensual consecutiva de este índice. Y esta bajada ha beneficiado aproximadamente a cuatro millones de familias, que se calcula que es la cifra de familias hipotecadas a tipo variable de los cinco millones que hay en España.

Estos millones de familias son las que durante 2022 y 2023 sufrieron abruptas subidas en la cuota de sus hipotecas. Sólo en el 2022, en una hipoteca normal como la antes citada, una familia vio cómo se encarecía en 350 euros mensuales, que equivalían a 4.200 euros mensuales. Esta situación respondía a la necesidad del BCE de enfriar la economía y de intentar que el consumo bajara. La herramienta clásica en estos casos implica subir el precio del dinero para que las familias y empresas tengan menos disponibilidad económica y hagan menos consumo y menos inversiones.