Respiro para los endeudados: el Euríbor vuelve a bajar
El índice que marca el coste de los préstamos vuelve a caer después de un junio histórico de subidas
BarcelonaFamilias y empresas con hipotecas y préstamos a tipo variable hace unas semanas que han incorporado la lectura diaria del Euríbor en su rutina. Y después de un mes de junio con una subida histórica del precio al cual los bancos se prestan el dinero, en el que el Euríbor saltó del 0,287 al 0,852 mensual (un salto que no tiene precedentes en los últimos años y que encarecía fuertemente el precio del dinero), este julio este tipo de interés –que sirve de referencia para la mayoría de préstamos– ha vuelto a relajarse.
Los datos muestran como en los últimos diez días este indicador ha registrado bajadas en ocho jornadas. La última, la de miércoles, cuando se situó en el 0,865. Hay que recordar que muy recientemente, el 17 de junio, el Euríbor había escalado hasta el 1,124%. La abrupta subida de junio respondía al anuncio del Banco Central Europeo de un incremento de los tipos básicos de 0,25 puntos porcentuales en julio (se tiene que certificar el próximo jueves, día 21) y otra en septiembre, que podría ser de 50 puntos básicos. La expectativa de esta subida fue lo que motivó las subidas de los precios del dinero que se notó en el Euríbor.
El Euríbor es el interés al cual las entidades financieras se prestan dinero entre ellas de un día para el otro y, a la vez, es lo que cogen como referencia para calcular los intereses que cobran a sus clientes –ciudadanos y empresas– en hipotecas y otros créditos. Por lo tanto, un aumento del Euríbor va seguido inmediatamente de un encarecimiento de las cuotas de las hipotecas a tipo variable.
A su vez, el Euríbor está influido por los tipos de interés básicos, marcados por el BCE y que son lo que los bancos tienen que pagar al regulador monetario a cambio de que les preste dinero. Así pues, una subida de los tipos básicos como la que el BCE aprobará la próxima semana encarece el coste de pedir crédito a las entidades bancarias, que lo acaban trasladando al Euríbor.
A pesar de los incrementos de junio, sin embargo, ahora el clima macro ha cambiado, o como mínimo se ha enfriado en pocas semanas. Si a finales de junio parecía que el Euríbor no haría más que subir, en julio se ha empezado a hablar de la posibilidad de que una recesión castigue la economía a la vuelta del verano. El encarecimiento imparable de la energía –en parte por la guerra en Ucrania–, los tapones de suministros que afectan las industrias de todo el mundo, el impacto de la pandemia en China y una inflación desbocada que ha forzado las subidas de tipos han instalado la percepción de que el decrecimiento será inevitable en muchos países. Y en consecuencia, el precio al cual los bancos se prestan el dinero ha vuelto a caer.
Previsiones para el 2023
La consecuencia para familias y empresas endeudadas es que, si hace unas semanas la recomendación era renegociar los términos de una hipoteca e intentar blindarse de subidas futuras con un tipo fijo, ahora quizás se pueden permitir ganar tiempo y observar la evolución de la economía. El riesgo de firmar una hipoteca a tipo fijo ahora (los bancos ofrecen alrededor del 2,5%) es que acabes pagando mucho más del precio que pagas con un tipo variable, especialmente si el Euríbor sigue cayendo.
De hecho, la semana pasada los expertos ya apuntaban que el tipo que marca el BCE volverá a caer el próximo año. Esta predicción la hacen por las dificultades que se prevén en Alemania (país extremadamente dependiente de los hidrocarburos rusos) y por un efecto estadístico que se producirá el próximo año con la inflación. Este indicador del encarecimiento del precio de los productos y servicios se hace partiendo de los precios del año anterior y, como durante el 2022 los precios han sido disparados, es muy probable que la tasa de inflación –que ha provocado el alza de tipos– caiga por su propio peso cuando entre en juego el efecto de comparación interanual a partir de enero del año que viene.