BBVA crea una nueva estructura para integrar el Sabadell
La entidad bilbaína elige a Jordi García Bosch, mano derecha de Carlos Torres cuando era consejero delegado, para coordinar la operación
MadridEl BBVA también mueve ficha nada más empezar el año. La entidad que preside Carlos Torres fichará a Jordi García Bosch, que ya trabaja en el BBVA, para coordinar la integración con el Banc Sabadell. En concreto, el directivo asumirá la responsabilidad de una oficina de nueva creación que velará por que la integración salga adelante. Esta oficina se dedicará a analizar los diferentes aspectos de la futura transacción, así como los pasos a dar en todo momento, según ha avanzado Bloomberg y ha podido confirmar el ARA. Con este nuevo equipo, el banco bilbaíno no sólo mira el desenlace de la opa, sino directamente la fusión. Por tanto, da por hecha la operación.
Este departamento llega justo después de la decisión del Banc Sabadell de devolver la sede social a Catalunya, siete años después de haber salido por el Proceso. Un movimiento que se ha leído como todo un golpe de efecto en su estrategia defensiva y que busca, entre otras cosas, persuadir a los accionistas minoritarios, que podrían tener la última palabra sobre el desenlace de la opa. De hecho, el movimiento del banco que preside Josep Oliu no ha pasado desapercibido entre algunos de los pequeños accionistas históricos: "La vuelta a casa es oportuna, acertada y una clara declaración de intenciones", ha señalado la Asociación de Accionistas Minoritarios del Banco Sabadell este jueves en un comunicado. La entidad ha mostrado su "profunda satisfacción" por el regreso. La organización tampoco ha pasado por alto que el regreso se produjo en medio de la opa: "Se reafirma la autonomía y el carácter único del banco".
Mano derecha de Carlos Torres
Esta oficina encargada de seguir y analizar todo lo que tiene que ver con la integración será de nueva creación y, por tanto, también todo su equipo. Según Bloomberg, a partir de ahora García sólo se ocupará de todo lo que tenga que ver con la operación, dejando las funciones que actualmente tiene en el BBVA. El financiero trabaja desde hace más de 16 años, tal y como se desprende de su perfil de LinkedIn. Entre los cargos que ha ocupado destaca el de jefe de gabinete de Carlos Torres cuando era consejero delegado y Francisco González presidente del banco, entre los años 2015 y 2018. Cuando Torres asumió la presidencia, confió la estrategia del banco a García, que también es responsable de las filiales tecnológicas en Europa y América.
Pero el vínculo entre Torres y García no comienza en el BBVA, sino en Endesa, donde coincidieron precisamente durante la época en que la energética sufrió una guerra de opas, empezando en el 2005, con Gas Natural, y terminando en 2009, cuando Enel logró el control absoluto de la eléctrica. Luego García dio el salto al sector financiero, en concreto en Novacaixagalicia, y en el 2011 ya desembarcó en el BBVA.
Batalla abierta
Tanto el Banc Sabadell como el BBVA terminaron en el 2024 con las espadas arriba y han comenzado en el 2025 por igual. El Sabadell, por ejemplo, no sólo ha regresado a Catalunya, sino que ya hace números de cara a una nueva ofensiva en cuanto al dividendo a través de la recompra de acciones en el 2025 y que previsiblemente dará a conocer el 7 de febrero, cuando presente los resultados anuales de 2024. En cualquier caso, cualquier paso en esta dirección no sobrepasará de los 2.900 millones de euros anunciados en julio del año pasado.
Por su parte, el BBVA continúa con su campaña para convencer a accionistas y clientes. "[El regreso de la sede] No cambia en nada las bondades de la operación: es buena para España, para Catalunya y para el resto de territorios", defendían este miércoles fuentes del banco bilbaíno.
Aunque la carrera de la opa no ha terminado, la sensación es que por ahora han aparecido más obstáculos para el BBVA que para el Sabadell. De entrada, la operación sigue en manos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El análisis está ahora en segunda fase y podría alargarse hasta la primavera. Además, el gobierno español podría decir la suya si el organismo que preside Cani Fernández no resuelve las dudas que tiene. La Moncloa también deberá aprobar la fusión en caso de que la opa prospere. A todo esto se le suma la batalla económica anunciada por Donald Trump contra México, primer mercado del BBVA, y el hecho de que la opa (con los números en la mano) ya no sale a cuenta: la evolución de los títulos hace que el intercambio de acciones que plantea el banco bilbaíno suponga una pérdida para los accionistas del banco catalán.