Macroeconomía

La Cambra aparca el PIB como medida del progreso de la economía

El ente elabora un sistema de indicadores que recoge otras variables, como el bienestar social, la sostenibilidad y la calidad del crecimiento

La presidenta de la Cámara de comercio de Barcelona, Mònica Roca.
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Barcelona"El PIB se nos ha quedado un poco corto". La Cambra de Comerç de Barcelona es la última institución que se suma a una idea cada vez menos discutida entre los economistas: el producto interior bruto es un indicador reconocido internacionalmente, pero insuficiente para medir el progreso y el bienestar de una sociedad. El ente que preside Mònica Roca ha presentado este martes el sistema de Indicadores de Progreso y Bienestar, una selección de otras variables clave recogida por su gabinete de estudios y que pretende dar una visión más completa de cuál ha sido la evolución de la economía catalana en los últimos años. Este análisis compara los resultados del Principat con los cinco principales países fundadores de la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos y Bélgica) y se publicará trimestralmente.

"En términos absolutos, ha habido un cierto progreso económico, pero ¿se ha traducido en bienestar social?", se pregunta Joan Ramon Rovira, jefe de estudios de la Cambra. El economista responde a la pregunta repasando otros indicadores, más allá del PIB, que ponen en evidencia la distancia que separa a Catalunya de las primeras economías europeas. Por ejemplo, Rovira destaca que el gasto público en educación se redujo un 30% entre 2008 y 2014, mientras que la brecha con la UE crecía. Esta falta de convergencia, apunta, también se agrava debido a factores como el peso de la población activa poco cualificada, que en Cataluñnya es del 32%, por el 19% de la media europea, según la elaboración de la Cambra.

El impacto de los recortes en educación se repite en el terreno de la innovación. Rovira avisa de que el gasto en I+D se ha reducido, tanto en las administraciones públicas como en las empresas, aunque contradictoriamente ha aumentado el porcentaje de ocupados en tecnología y conocimiento. "Pero ha sido un crecimiento más exógeno [por difusión] que endógeno [por generación]", matiza el académico. Además, recuerda que el gasto por habitante en salud pública es un 40% inferior a las cinco primeras economías de la UE, hecho que explica cómo se ha tensado el sistema sanitario en una situación de emergencia como la pandemia.

Estancamiento del consumo privado

Dentro de este abanico de indicadores alternativos al PIB, Rovira ha hecho un énfasis especial en "el estancamiento del consumo privado", una variable que no mejora a pesar del repunte sobre el papel de la economía. "Mesurando el bienestar económico efectivo por el consumo en bienes y servicios privados por habitante se observa un diferencial persistente con el núcleo europeo", destaca el informe. Este frenazo en la capacidad de compra de los ciudadanos, indica el jefe de estudios de la Cambra, también se explica por la evolución de los sueldos en Catalunya. Paradójicamente, sin embargo, la productividad sí ha aumentado en los últimos veinte años. El problema, incide Rovira, es que aquí lo ha hecho a través de la "destrucción creativa" [reestructurar y despedir durante las crisis] en vez de hacerlo gracias al I+D y el conocimiento.

La Cambra confía en que los fondos europeos Next Generation ayuden a impulsar un cambio en el patrón de crecimiento a partir de 2021 y a sacar adelante las reformas estructurales que están vinculadas a ellos. "La mejor política es contar con un estado propio", ha dicho también la presidenta de la institución, Mònica Roca.

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