La UE no pierde la esperanza con Trump y se conjura para cerrar un acuerdo comercial
Los Estados miembros cierran filas con Bruselas y mantienen el optimismo para llegar a un entendimiento con EEUU
BruselasBruselas llevaba días asegurando que la Unión Europea y Estados Unidos estaban a punto de cerrar un acuerdo comercial. "Nuestra sensación es que estábamos muy cerca de un pacto", confirmó este lunes el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič. Sin embargo, Donald Trump este fin de semana ha vuelto a amenazar al bloque europeo y, según ha admitido Šefčovič, es un movimiento que sitúa a las negociaciones "en una dinámica del todo diferente". "Quiero dejar clara mi decepción sobre la medida [de EEUU]", ha insistido el encargado de la UE de negociar con la administración estadounidense a la entrada del Consejo de Comercio de la UE de este lunes. Šefčovič ha dicho que el 30 por ciento es un nivel que resulta "absolutamente prohibitivo" para cualquier relación comercial.
Sin embargo, tanto Bruselas como los estados miembros coinciden en que la "prioridad" sigue siendo llegar a un entendimiento con Trump y evitar una guerra comercial. Éste es el motivo por el que Bruselas ha aplazado los aranceles de respuesta a la Casa Blanca hasta el 1 de agosto. De hecho, Šefčovič insistió en que su intención es trabajar hasta el último día para lograr un pacto comercial y afirmó que ya tiene previsto hablar con las autoridades estadounidenses esta misma tarde. De hecho, este mismo lunes Trump dijo estar abierto a negociar: "Siempre estamos abiertos a hablar. Estamos abiertos a hablar, incluso con Europa", aseguró el mandatario en un encuentro en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
La gran mayoría de socios europeos comparten el posicionamiento de la Comisión Europea y cierran filas con el ejecutivo. El ministro de Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, ha dicho que "confía en que los Estados miembros se mantendrán unidos" y ha defendido que la actitud de la UE no es en ningún caso una cuestión de "debilidad", sino una "señal clara" de querer evitar una guerra comercial. "Debemos mantenernos unidos", ha dicho el representante de Dinamarca, que es el país que tiene la presidencia de turno del Consejo de la UE.
Sin embargo, hay una cierta división entre países. Por un lado, las economías más exportadoras en Estados Unidos, como Alemania e Italia, urgen a cerrar un acuerdo con la administración Trump aunque no sea el deseado por la UE. De esta forma, quieren evitar que, por ejemplo, EEUU siga aplicando el 25% de los aranceles que está cobrando ahora mismo por la importación de coches europeos. De hecho, Berlín está dispuesto a aceptar un 10% de tasas de aduanas en Estados Unidos a cambio de salvar a algunos sectores, como es el del automóvil y el farmacéutico.
En cambio, algunos estados miembros menos expuestos a la economía estadounidense, como Francia, apuestan por un posicionamiento más duro frente a Trump y piden no ceder ni aceptar un acuerdo descompensado. El ministro de Comercio francés, Laurent Saint-Martin, ha pedido este lunes que la UE presente sus capacidades de responder de "manera clara" y que exponga "las contramedidas y las represalias" que tiene a su alcance.
A su vez, el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, ha mostrado "apoyo" a la Comisión Europea y ha asegurado que, pese a las nuevas amenazas de Trump, ve "avances positivos" en las negociaciones. Sin embargo, apostó por "no ser ingenuos" y prepararse para responder a una nueva ofensiva arancelaria de Trump.
En este sentido, el comisario de Comercio europeo y la mayoría de ministros de Comercio y de Exteriores de la UE también han recordado a Trump las medidas de respuesta que tienen en la recámara. Una de ellas es el incremento de aranceles en EEUU de un 10% al 25% y afectaría a transacciones de un total de 21.000 millones de euros, según calcula la propia Comisión Europea. La lista incluye en torno a unos 1.700 productos, como todo tipo de alimentos, colchones, ropa o diamantes, así como marcas icónicas como Levi's o Harley Davidson.
Esta contramedida estaba previsto que entrara en vigor este martes, pero Bruselas la ha aplazado hasta el 1 de agosto, cuando Trump asegura que aplicará los nuevos aranceles a la UE. De esta forma, la Comisión Europea pretende tener más margen para llegar a un pacto comercial con la Casa Blanca.
Bruselas también dispone de la bautizada como "instrumento anticoacción", que pretende conseguir un efecto disuasivo ante la intención de la Casa Blanca. Esta legislación pretende dotar a la UE de un marco legal para facilitar que, de forma urgente y por la vía rápida, pueda incrementar los impuestos de aduanas, restringir las importaciones o exportaciones, excluir a algunos países de participar en licitaciones públicas y, entre más aspectos, suspender obligaciones internacionales en materia de propiedad intelectual, lo que afectaría especialmente a las grandes tecnológicas. En cualquier caso, Bruselas y los Estados miembros descartan activar esta medida para no agravar el conflicto arancelario e insisten en la voluntad de cerrar un acuerdo con Trump.