El arma de disuasión de Von der Leyen para contraatacar los aranceles de Trump
Bruselas amenaza a Washington con pagar con la misma moneda y subir los impuestos de importación de productos estadounidenses


BruselasUrsula von der Leyen mantiene la mano alargada en Donald Trump hasta el último momentopero avisa de que no le hará ningún tipo de pesar de pagar con la misma moneda y de aplicar la estrategia del ojo por ojo. "Europa tiene muchas cartas [para responder] y todos los instrumentos están sobre la mesa", advirtió el martes la presidenta de la Comisión Europea en un discurso en la Eurocámara.
Concretamente, tanto la Comisión Europea como varios gobiernos europeos han recordado en la Casa Blanca que desde 2023 cuentan con el llamado "instrumento anticoacción". Se trata de una normativa que algunos medios internacionales la han comparado con un arma nuclear en el terreno del comercio internacional, porque no se ha creado con la intención de aplicarla, sino de tenerla en la recámara para disuadir a otras potencias de atacar a la Unión Europea con una lluvia de aranceles. De hecho, la misma ley apunta que no es deseable pulsar el botón rojo de esta herramienta comercial, y que sólo debería activarse en un caso de coacción de un país tercero y una vez se hayan agotado todas las vías de diálogo.
Esta legislación pretende dotar a la UE de un marco legal para facilitar que, de forma urgente y por la vía rápida, pueda incrementar los impuestos de aduanas, restringir las importaciones o las exportaciones, excluir a algunos países de participar en licitaciones públicas o, entre otros, suspender obligaciones internacionales en materia de propiedad intelectual, lo que afecta especialmente a las mismas.
El problema es, sin embargo, que la propia UE tiene dudas legales sobre qué punto puede aplicar la legislación en el caso de Estados Unidos. Es un mecanismo que está pensado para responder a una coacción de un tercer país en contra concretamente del bloque europeo o de uno de los Estados miembros, pero no para responder a una subida general de aranceles. Por tanto, este instrumento es más fácilmente aplicable en caso de que Trump opte por castigar sólo o especialmente al club comunitario y no incremente las tasas de aduanas a los productos que importa de todas partes por igual.
Además, aunque se trata de un procedimiento de urgencia, la evaluación sobre si realmente la UE es víctima de coacción por parte de una potencia extranjera puede alargarse hasta cuatro meses y la activación de esta medida debe contar con el visto bueno de una mayoría calificada de los estados miembros del bloque. Es decir, pese a que debe proponerlo la Comisión Europea, que tiene las competencias en Comercio, un 65% de los países de la UE deben estar a favor y tienen voz y voto a la hora de decidir cómo y hasta qué alcance se aplica, lo que puede hacer aflorar divisiones entre socios.
De este modo, todo apunta en estos momentos, que la Comisión Europea no respondería de forma inmediata con contramedidas a la administración Trump y que, antes, quisiera estudiar bien el impacto de los potenciales aranceles estadounidenses. De hecho, Bruselas ya aplazó la entrada en vigor de una primera respuesta en la Casa Blanca que pretendía subir las tasas de aduanas de algunos productos icónicos de Estados Unidos, como los tejanos Levi's, el whisky Bourbon o las motos Harley-Davidson, para dar mayor margen a Washington y dar marcha atrás a Washington y echar marcha atrás.