4.350 M€: las exportaciones catalanas expuestas en los aranceles de Trump
Diversificar mercados o implantarse en ellos, las opciones de las 3.161 empresas de Cataluña que vienen regularmente a Estados Unidos

Barcelona / Bruselas / WashingtonLa política arancelaria de la nueva administración de Donald Trump, que amenaza con desencadenar una guerra comercial global, llega este miércoles a su día D, la fecha en la que buena parte de las tarifas deben entrar en vigor. Catalunya cuenta con 3.161 empresas que exportan regularmente a Estados Unidos por valor de 4.350 millones de euros, según datos de Acció. Ante esta batería arancelaria, que debe acabar de concretarse, las compañías más expuestas tienen dos opciones para esquivar el golpe: diversificar mercados o implantarse en Estados Unidos.
Esto es todo lo que sabemos hasta ahora del impacto que la medida puede tener en Cataluña.
Acero y aluminio
Las empresas catalanas que exportan productos de acero y aluminio a Estados Unidos están ya sometidas, desde el 12 de marzo, a unos aranceles del 25%. La medida afecta a 427 compañías catalanas que exportan en conjunto por valor de 278,8 millones de euros. Esto equivale al 6,4% del total de exportaciones catalanas de estos productos.
Los más afectados son, por volumen de exportación, los componentes de construcción, los accesorios de carrocerías de vehículos, los componentes de máquinas, los perfiles de acero, los cuadros y paneles eléctricos y las manufacturas de aluminio. Los aranceles se aplican en función del porcentaje de estos materiales en el producto exportado, por lo que no tendrán que pagar lo mismo las ollas y las sartenes que los perfiles de aluminio para ventanas, ya que no tienen la misma proporción de los materiales tasados. Cada empresa exportadora debe presentar ahora un documento indicando los materiales en la aduana, que se encargará de realizar los cálculos de las tasas que pagarán las compañías y los consumidores estadounidenses.
Por ejemplo, la compañía catalana Celsa, que es una de las siderúrgicas más grandes de Europa, produce acero y exporta una pequeña parte a Estados Unidos en forma de material de construcción de puentes, rascacielos y grandes infraestructuras. Celsa está por debajo del volumen medio de exportaciones españolas a Estados Unidos, situado en el 3%, según la patronal siderúrgica Unesid.
Automóviles y componentes
El último gran anuncio de Trump tocaba un punto sensible de la industria europea: los automóviles. Estos aranceles, que se aplicarán sobre los coches no fabricados en Estados Unidos, entrarán en vigor este jueves 3 de abril, y en un período máximo de un mes se extenderán a los componentes. En Catalunya no se prevé un gran impacto en coches terminados, dado que el principal fabricante –Seat y Cupra– no envía coches al mercado estadounidense, pero sí puede tener efectos de segunda ronda.
Actualmente el Principado exporta a EE.UU. unos 18 millones de euros en coches terminados y 62 millones de euros en componentes, y unas 80 empresas se verían afectadas directamente. Ahora bien, uno de cada cuatro componentes que se producen en Cataluña se envía a Alemania –donde el sector vive una situación complicada por la caída de la demanda–. Allí se incorporan a vehículos que se exportan a Estados Unidos, entre otros mercados.
Productos agrícolas, farmacéuticos, microchips y semiconductores
La declaración de la guerra arancelaria por parte de la administración Trump fue una realidad el día en que se anunciaron los aranceles recíprocos, es decir, para dar respuesta, según el propio mandatario, a impuestos "injustos o discriminatorios" como el IVA europeo. En este ámbito estaría incluidos los productos farmacéuticos –la UE exporta muchos–, la industria química, la maquinaria, el sector agroalimentario y los microchips y semiconductores.
"El departamento de Comercio de Estados Unidos ha analizado los países con los que tienen un mayor déficit comercial. Lo interpretan como una situación injusta", explica la directora de la unidad de negocio internacional de Acció, la agencia de la competitividad de la Generalitat, Cristina Serradell. El objetivo es reducir las importaciones para reindustrializar Estados Unidos y, de entrada, una forma de compensarlo es respondiendo a los aranceles ya existentes. España, por ejemplo, se encuentra en déficit comercial con Estados Unidos, pero si estos aranceles se aplican por productos puede haber superávits en algunos sectores.
"También está por ver si aplicará un arancel generalizado; Trump pone de ejemplo que en los coches la UE pone un arancel del 10% y que en Estados Unidos es del 2,5%, con lo que lo subirá hasta el 10%", añade Serradell.
El vino y bebidas alcohólicas de la UE
Uno de los sectores que afrontan este día D con mayor preocupación es el de los vinos y cavas, que si se cumplen las amenazas de Trump tendrán que afrontar unos aranceles del 200% sobre sus productos, que llegan como represalia por los planes de la Unión Europea de grabar las importaciones de whisky estadounidense, también llamado bourbon. "¿Tendrán efecto? Evidentemente", decía el presidente de la DO Cava, Javier Pagés, hace unos días.
Las empresas catalanas afectadas son 236 exportadores regulares que vienen por valor de 77,5 millones de euros. Estados Unidos es el primer mercado importador de estos productos catalanes y, al mismo tiempo, este sector representa el 12,5% del total de exportaciones catalanas. "Con una máquina, si te incrementa un 25% el precio de venta tienes un margen amplio. En cambio, si aumentas un 200% un vino, el margen que tienes no es tan grande", explica Serradell.
Más aranceles para los países que exporten petróleo venezolano
La administración estadounidense también debe poner en marcha este miércoles aranceles del 25% a todos los productos y servicios que vengan de países que compren gas o petróleo de Venezuela. España es uno de esos países, y lo hace a través de Repsol, a quien Estados Unidos revocaron el pasado domingo el permiso para exportar crudo venezolano.
Con estos aranceles a los países que exporten petróleo venezolano, todos los productos que Catalunya venda en Estados Unidos tendrán de entrada unos aranceles del 25%, a los que deberían sumarse las tasas de los sectores que ya tenían.
Una veintena de empresas asesoradas
La Generalitat, a través de Acció, sigue en tiempo real estas medidas para evaluar la afectación y asesorar a las empresas afectadas. "Estamos a disposición de las empresas para informarles sobre cómo les puede afectar. Desde enero, tenemos un servicio para ver el grado de exposición y encontrar planes de contingencia", explica Serradell. Desde su departamento, estudian cómo las compañías pueden mitigar el impacto de estas medidas, sea diversificando mercados o implantándose en Estados Unidos. De momento ya han asesorado a una veintena de empresas del sector textil y de maquinaria.
La respuesta de la Unión Europea
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha avisado a Donald Trump de que la Unión Europea está dispuesta a utilizar todos los "instrumentos" que tiene sobre la mesa para responder a la guerra arancelaria, aunque mantiene el ofrecimiento a Estados Unidos para negociar hasta el último momento. De hecho, Bruselas ha aplazado la entrada en vigor de una parte de los aranceles que pretende aplicar a productos estadounidenses para tener más tiempo para cerrar un acuerdo con la Casa Blanca y evitar la escalada en la guerra comercial.
El caos de Trump
Si algún elemento ha definido la guerra comercial de Trump son el caos y la volatilidad. El presidente ha dicho y se ha desdicho tantas veces sobre cómo aplicará los aranceles recíprocos que es difícil aventurar qué firmará este miércoles en la Casa Blanca más allá de los aranceles ya aprobados. Tras decir que aplicaría aranceles del 25% a los productos de la UE en "términos generalizados", el domingo desde el Air Force One aseguró que las tasas serían más generosas de lo que lo han sido los socios comerciales con EEUU.
En una entrevista en la cadena de noticiasFox Business, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, también sugirió que los aranceles del "día de la liberación" podían ser más bajos de lo que se había propuesto en un principio. Esta afirmación precedía a otra que hizo Trump el pasado viernes. Cuando los periodistas le preguntaron si tenía la intención de aplicar alguna excepción para medicamentos vitales, el presidente contestó: "Bueno, lo anunciaremos en breve. Pero debemos llevar productos farmacéuticos y fármacos a nuestro país". La aplicación de excepciones o treguas a los aranceles recíprocos no sería ninguna sorpresa tras los dos aplazamientos de las tarifas del 25% para México y Canadá, o el mes de gracia concedido a los vehículos que se importan dentro del marco del acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El constante cambio de narrativa añade incertidumbre al anuncio, que se prevé que sea este miércoles en un acto organizado en la Casa Blanca bajo el nombre de Make America wealthy again [Hagamos que América vuelva a ser rica]. En un principio se esperaba que los aranceles entraran en vigor pasada la medianoche del miércoles (como en las demás ocasiones), pero este martes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha anunciado que serán efectivos "inmediatamente" después de que les firme Trump.
Impacto en la economía americana
El "día de la liberación" también marca el fin del mes de gracia para los aranceles del 25% sobre los vehículos importados desde Canadá y México que Trump concedió a las grandes automovilísticas estadounidenses. También termina la tregua comercial con México y Canadá, lo que amenaza con encarecer el precio de los productos frescos en los supermercados de Estados Unidos.
Buena parte de los productos frescos que consumen los estadounidenses, como los aguacates, las fresas o los tomates, provienen de México. En 2023, casi tres cuartas partes de las importaciones agrícolas de EE.UU. desde México eran verduras, frutas, bebidas y licores destilados, según el departamento de Agricultura de Estados Unidos. Buena parte de las personas que votaron a favor de Trump lo hicieron con la esperanza de que redujera el coste de la cesta de la compra, pero ahora se enfrentarán a un escenario distinto, salvo que el presidente aplace por tercera vez estos aranceles.
Canadá ya ha puesto en marcha una campaña agresiva para advertir que, a partir del 2 de abril, habrá represalias por los aranceles. "El primer ministro informó al presidente de que su gobierno implementará aranceles de represalia para proteger a los trabajadores canadienses y nuestra economía, tras el anuncio de nuevas medidas comerciales de EEUU el 2 de abril del 2025", afirmó la Oficina del Primer Ministro en un comunicado de prensa el pasado sábado.
En las calles de Washington estos días se podían ver marquesinas de autobús pagadas por el gobierno de Canadá que decían: "Los aranceles son impuestos sobre la clase trabajadora americana". Trump, que ganó las elecciones con la promesa de bajar el coste de la vida, lleva solo dos meses de mandato y ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de una recesión económica en el país.