Putin ha redoblado los ataques contra Ucrania desde la apertura de las negociaciones de paz
Informes apuntan a que Rusia no sólo ha aumentado el número de ataques, sino que también ha perfeccionado su eficacia


MoscúVladimir Putin sigue demostrando por la vía de los hechos que, al menos por el momento, no está interesado en detener la guerra en Ucrania. Desde que empezaron las conversaciones con Estados Unidos, el 18 de febrero, Rusia ha aumentado un 52% los ataques con drones contra Kiiv, según una investigación deThe Telegrapha partir de la información pública del mando de las fuerzas aéreas ucranianas.
Antes de que Washington y Moscú restablecieran las relaciones, el ejército ruso lanzaba 101 drones al día de media contra objetivos ucranianos, mientras que, desde entonces, la cifra ha aumentado hasta 154. Más aún, cinco días después de la primera reunión en Arabia Saudita, el 2 sor de la Patria, Rusia envió el mayor número de drones en un solo día desde el inicio de la guerra, 267.
La tendencia se ha mantenido hasta el punto de que en la noche del sábado al domingo, Moscú ordenó el mayor ataque con misiles y drones contra territorio ucraniano del último mes. En total, 23 misiles y 109 drones, tal y como señala el último informe delthink tankde análisis militar Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). En la capital, en Kiiv, los misiles hirieron al menos a cinco personas en varios lugares de la ciudad. Antes, el viernes, habían muerto al menos 20 personas, nueve de ellas niños, y otras 75 resultaron heridas por el impacto de otro misil en Kriví Rih, en el este de Ucrania y la ciudad natal de Zelenski.
El ISW señala que Rusia no sólo ha incrementado el número de ataques recientemente, sino que también ha perfeccionado su eficacia. Ahora utiliza "drones de largo alcance" y está experimentando constantemente con "diferentes combinaciones de bombardeos" para burlar más fácilmente el paraguas de defensa aérea ucraniano.
Sin tregua en el mar Negro
En las últimas horas, Volodímir Zelenski también ha acusado a Rusia de aprovechar sus barcos en el mar Negro para disparar misiles contra posiciones ucranianas, mientras Putin obstaculiza la aplicación de un alto el fuego marítimo exigiendo el levantamiento de sanciones. Según el ISW, esta práctica formaría parte de los experimentos del ejército ruso para mejorar la efectividad de los ataques.
"Ucrania aceptó la propuesta estadounidense de un alto el fuego incondicional y Putin la rechaza", ha dicho este lunes Zelenski, quien ha añadido: "Estamos esperando a que Estados Unidos responda: de momento, no ha habido respuesta". El Kremlin se defiende argumentando que "Putin apoya la idea de un alto el fuego", pero que antes hay "toda una serie de cuestiones" por resolver.
Paralelamente, los analistas militares del Instituto para el Estudio de la Guerra no han encontrado pruebas de que las tropas ucranianas hayan golpeado instalaciones de energía rusas y, de esta forma, hayan violado el alto el fuego sobre estas redes. "No se han observado informes oficiales locales o regionales de ataques ucranianos contra la infraestructura energética rusa ni imágenes de estos ataques", puede leerse en el último informe del ISW.
El ministerio de Defensa ruso ha convertido en un ritual diario la denuncia de supuestos bombardeos ucranianos contra instalaciones de energía. Este lunes, por ejemplo, ha acusado a Kiiv de atacar seis veces en 24 horas varias plantas de combustible y electricidad en las regiones de Rostov, Voronezh, Kherson, Briansk y Donetsk. En su informe, el ISW también señala que, antes de proponer la tregua sobre la energía, el Kremlin minimizaba hasta casi ocultar los ataques exitosos contra estas instalaciones.
La piedra en el zapato de Bélgorod
Una de las cuestiones por resolver antes de aceptar un alto el fuego, aunque no lo admita el Kremlin, podría ser la ofensiva ucraniana en la región rusa de Bélgorod. El 18 de marzo, mientras todo el mundo estaba pendiente de la segunda llamada entre Putin y Trump, las tropas de Kiiv rompieron las líneas rusas en la frontera occidental con ese territorio. El ataque se produjo en pleno avance de los soldados rusos en Kursk y obligó a Moscú a destinar parte de los regimientos de esa zona hacia el sur, en Bélgorod. Esto explica en parte por qué Rusia aún no ha podido culminar la expulsión de las tropas de Kiiv de Kursk, que parecía inminente hace semanas.
El Kremlin ya advirtió en agosto, tras la invasión ucraniana de Kursk, que era imposible negociar con Zelenski mientras sus soldados ocuparan territorios rusos. Más allá de querer progresar todo lo posible en el este de Ucrania, Putin necesita tener bajo control toda la frontera rusa para evitar que el presidente ucraniano se plante en la mesa de negociaciones con un as en la manga.
Emmanuel Macron ha pedido "una acción contundente si Rusia sigue intentando ganar tiempo y rechazar la paz". La prensa oficialista rusa confía en que la guerra comercial de Trump desvíe la atención mundial hacia la Casa Blanca, mientras Putin no se encoge y redobla los ataques contra Ucrania.