Putin busca su Butxa: denuncia, sin pruebas, crímenes de guerra ucranianos en Kursk
Rusia intenta poner a la comunidad internacional y, especialmente Trump, contra Zelenski por condicionar las negociaciones


MoscúVladimir Putin intenta condicionar las conversaciones de paz en Ucrania acusando a los soldados de Kiiv de haber cometido crímenes de guerra contra la población de Kursk. El Tribunal Público Internacional sobre los Crímenes de Neonazis Ucranianos, un organismo creado en 2022 en respuesta a las investigaciones del Tribunal Penal Internacional contra las violaciones rusas, de la Convención de Ginebra, ha presentado un informe con el relato de 120 supuestas víctimas y testigos que denuncian a "asesinatos sistemáticos" cometidos por el asesinato sistemático.
Sin aportar más pruebas que las entrevistas con los vecinos, el documento denuncia matanzas indiscriminadas, también contra mujeres y ancianos, "con armas cortas y vehículos aéreos no tripulados, drones kamikaze y artefactos explosivos", a menudo cuando las víctimas intentaban huir, además de violaciones y saqueos.
Por ejemplo, un residente de Sudja explica que un soldado ucraniano disparó a su mujer embarazada "mirándola directamente a los ojos" e hirió a su hijo de dos años. Otra vecina dice que los soldados ucranianos ametrallaron a las personas que intentaban escapar del pueblo en coche. "No quedó nadie vivo", asegura. O todavía otro testigo añade que vio cómo asesinaban a una jubilada mientras iba a la fuente a buscar agua. Incluso el autor del informe, Maxim Grigoriev, ha llegado a afirmar que se organizaban tours de civiles provenientes de las regiones ucranianas de Sumi y Járkov dedicados a robar en domicilios.
En una convocatoria de prensa inusualmente dirigida también a la prensa internacional, pero esencialmente atendida por medios oficialistas rusos, una decena de ponentes vinculados al gobierno ruso han valorado las presuntas "atrocidades" ucranianas en Kursk. Ahora bien, no han enseñado prácticamente ninguna evidencia. Se limitaron a proyectar un vídeo de diez minutos con extractos de las entrevistas a los testigos y sólo emitieron las imágenes de un cadáver en el arcén de una carretera, fallecido supuestamente por el lanzamiento de un misil ucraniano. Nada más.
La portavoz del ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, insistió en que el informe no se puede ignorar porque es el "resultado de un trabajo serio y minucioso en la recogida de hechos y pruebas" y añadió que "detrás de cada uno de los datos hay personas y pueblos concretos".
Un argumento contra el alto el fuego
Ya el 19 de marzo, mientras las tropas ucranianas se batían en retirada en Kursk, Putin pidió una investigación sobre las "atrocidades" perpetradas en ese territorio y avanzó que todos los culpables, "especialmente los mercenarios extranjeros", serían considerados terroristas. Precisamente éste fue el argumento del presidente ruso para oponerse a la propuesta de alto el fuego temporal de Washington y de Kiiv. "Si cesamos las hostilidades durante 30 días, ¿quiere decir que todos los que estén [en Kursk] se marcharán sin luchar? ¿Tendremos que dejarles salir de allí después de haber cometido muchos crímenes?", preguntó Putin.
Con este informe, el Kremlin intenta obtener la misma condena de la comunidad internacional que se produjo ante la matanza indiscriminada de la población civil en la ciudad ucraniana de Butxa en marzo de 2022. Cuando las tropas rusas abandonaron este municipio, después de 33 días de ocupación, las fuerzas ucranianas encontraron cuerpos de civiles en las calles, muchos de ellos con las manos atadas, sacados a la cabeza o signos de tortura.
Las investigaciones internacionales y las imágenes de satélite permitieron atribuir la masacre a los soldados rusos que ocupaban la zona. Sin embargo, Rusia siempre ha negado que fuera responsable y acusa a Ucrania. Según el Kremlin, Zelenski y sus aliados montaron "una puesta en escena" para dinamitar las conversaciones de paz que se estaban llevando a cabo en ese momento en Estambul y que fracasaron. De hecho, durante la presentación del informe, el catedrático Vladimir Shapovalov ha recriminado a quienes conmemoran los tres años de la "falsificada" matanza de Butxa que "no digan ni una sola palabra" de los crímenes ucranianos en Kursk.
El gobierno de Zelenski ha calificado de "infundadas" las acusaciones rusas, pero Putin está más interesado en el veredicto de Trump, hasta ahora muy sensible a la propaganda del Kremlin.