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Zelenski confirma la presencia de tropas ucranianas en la región rusa de Bélgorod

Ucrania controla un área de 13 kilómetros y busca retrasar una nueva ofensiva de Putin, clave para las negociaciones

Soldados ucranianos conduciendo un tanque cerca de la frontera con Rusia.
08/04/2025
3 min
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MoscúNo sólo Vladimir Putin intenta sentarse en una eventual mesa de negociaciones con las mejores cartas, también Volodímir Zelenski. Ucrania admitió por primera vez desde que comenzó la guerra que está combatiendo en la región rusa de Bélgorod. "Seguimos realizando operaciones activas en las zonas fronterizas del territorio del enemigo, y eso es absolutamente correcto: la guerra debe volver al lugar de donde vino", dijo Zelenski la noche del lunes.

Bélgorod es una región que limita con Ucrania, situada al norte de Kursk, sometida habitualmente a ataques aéreos. Ya en mayo del 2023 un grupo de combatientes opositores en el régimen de Putin, la Legión por la Libertad de Rusia y el Cuerpo de Voluntarios Rusos, que luchan junto a Ucrania, había penetrado brevemente en este territorio. El pasado 18 de marzo, el ministerio de Defensa ruso reveló un intento de incursión ucraniano en esa zona, pero Kiiv no lo confirmó. Ahora sí. Según Zelenski, el objetivo de esta operación es forzar a Moscú a desviar soldados de las regiones ucranianas de Sumi y Járkov. Kiiv también asegura que este tipo de ofensivas permiten aliviar la presión sobre el frente del Donbás.

Las ganancias territoriales de las tropas ucranianas en Bélgorod no son especialmente destacables en términos absolutos. Según el proyecto de seguimiento militar DeepState, controlan un área de unos 13 kilómetros cuadrados cerca del pueblo fronterizo ruso de Demidovka. Ahora bien, la estrategia de obligar al ejército ruso a redistribuir fuerzas sí funciona. El analista militar Ian Matvéiev explica, a partir de los comentarios de los corresponsales de guerra rusos, que recientemente Moscú ha tenido que destinar nuevas brigadas. "El frente de Bélgorod aguanta desde hace tres semanas y ayuda a las fuerzas armadas de Ucrania a retrasar el inicio de una ofensiva rusa a gran escala en la región de Sumi", apunta Matvéiev. Esta dilación de los planes de Moscú también priva por el momento al presidente ruso de tener otro as en la manga de cara a las negociaciones: el Kremlin espera intercambiar cualquier nueva porción de terreno ucraniano por aquellas partes de las provincias anexionadas a la constitución que todavía no controla.

Tampoco es casual que la incursión en Bélgorod se produjera a mediados de marzo, cuando los soldados ucranianos se estaban batiendo en retirada en Kursk. Romper la frontera rusa por otro punto volvía a complicar el objetivo de Putin de llegar a unas conversaciones de paz controlando todo el territorio ruso. Además, al igual que con la invasión de Kursk en agosto, Ucrania conseguía de rebote alejar de sus poblaciones la artillería rusa.

Durante las últimas dos semanas, la situación en este tramo del frente no ha cambiado significativamente. Los blogueros rusos admiten la presencia ucraniana cerca de los pueblos de Popovka y Demidovka, sin entrar en demasiados detalles, más allá de asegurar que las tropas de Moscú están llevando a cabo operaciones de "asalto y limpieza" de las posiciones enemigas. Tampoco el Kremlin hace comentarios sobre la situación en Bélgorod. Este martes el portavoz Dmitri Peskov no ha querido referirse a él a pesar de las preguntas de los periodistas.

El desenlace de Kursk

El gobierno ruso trata de centrar toda la atención mediática en la recuperación de los últimos asentamientos de Kursk. Desde el ministerio de Defensa siguen anticipando la expulsión definitiva de los soldados ucranianos de la región que no acaban de culminar. Este martes han anunciado la conquista del último gran pueblo dominado por Kiiv, Guevo, a 1,5 kilómetros de la frontera ucraniana.

El horizonte de unas conversaciones de paz ha espoleado a los dos bandos sobre el terreno ante la frustración de Donald Trump. El presidente estadounidense lamentó en las últimas horas los lanzamientos de misiles rusos contra ciudades ucranianas del fin de semana. "No estoy contento con lo que está pasando porque les están bombardeando como locos en estos momentos", ha dicho Trump en referencia al ataque que dejó 20 muertos, nueve de ellos niños, y al menos 75 heridos en Kriví Rih.

Pese a ello y el enfado que trascendió que le había provocado la propuesta de Putin de un gobierno tutelado internacionalmente en Ucrania, el presidente de Estados Unidos no ha tomado ninguna represalia contra el presidente ruso. De hecho, este jueves continúan los contactos entre ambos países para reanudar las relaciones diplomáticas. El embajador ruso en Washington, Aleksander Darchiev, y la subsecretaria de Estado estadounidense adjunta para Asuntos Europeos, Sonata Coulter, encabezan dos delegaciones que se reunirán en Estambul en unas reuniones de las que no se esperan progresos en lo que se refiere al alto el fuego en Ucrania. El 27 de febrero ya tuvo lugar un encuentro similar sin que se hicieran públicos sus resultados.

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