Energia

“¿Por qué dependemos del gas de Ucrania?”

Este viernes es el primer día de la bonificación de 20 céntimos por litro de gasolina

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Benzinera en Barcelona

Barcelona“El descuento de 20 céntimos se aplica en la caja. Muchas gracias”, dice el cartel que está enganchado sobre el clásico panel de precios con números electrónicos. Es la gasolinera de la calle de la Diputació esquina con Roger de Flor. No es una de las que aparece en la lista del día, la más famosa y consultada, la de las gasolineras baratas. El diésel y el diésel 10 están, a la baja, sobre los dos euros. También la gasolina 95 y la 98, que sube algo más. Queda claro que el descuento no está aplicado a los precios del panel, sino que se aplica en el momento del pago. 

Es 1 de abril, primer día de la bonificación, aprobada por real decreto, de 20 céntimos por litro y que, se supone, tiene que contribuir a matizar la alarma generada por el aumento del precio de los carburantes. “Esto está muy bien, pero tienen algo previsto para la alimentación?”, se pregunta Carmina, que vive en la Gran Vía y pasa por delante de la gasolinera para ir al súper. El combustible es muy importante y mucha gente depende de él, continúa, pero no todos tenemos coche o moto, en cambio, todos vamos a hacer la compra al súper o al mercado. Se añade a la conversación un cliente de la gasolinera, Marco, que hace un matiz interesante: la bonificación de veinte céntimos se espera que también pueda repercutir en los precios de los productos afectados de rebote por el encarecimiento del carburante, como son los alimentos, cuyo precio también puede haber subido por culpa del coste añadido en el transporte de mercancías. Un coche de los Mossos también hace cola para llenar: “Estos no tienen que sufrir, se lo paga la empresa, ¿no?”, bromea la Carmina. Todos, vaya. 

Las gasolineras más económicas

No hay una cola exagerada en los surtidores, todo va bastante fluido a las diez y media de la mañana. Prevén que alguna aglomeración haya, sobre todo al mediodía y a primera hora de la tarde, siendo viernes y teniendo presente que hay operación salida de fin de semana. Le pregunto a Laura si se ha mirado la lista de las gasolineras más baratas para poder valorar si le convenía desplazarse. Sí que lo ha hecho, pero el tiempo que había que invertir no compensaba. En las gasolineras BonÀrea de Torres, Sant Boi, L'Hospitalet, Parets, Masquefa y Gavà el litro orbita alrededor de los 1,6 euros.

En Barcelona ciudad, la campeona de la lista es el Petrocat de la calle Ciutat d'Asunción, en Sant Andreu tocando a Santa Coloma: 1,7 euros aproximadamente. También similar al Petroprix de la calle de Badajoz, en Poblenou, también 1,7 euros/litro. La Maribel ha ido a rellenar el depósito. No porque sepa que es más barato sino porque le cae cerca del trabajo. Cada día va y viene de Mataró y no le resulta factible el transporte público por motivos logísticos: “Dejo al niño en la escuela a las 8,30 y a la niña en la otra escuela a las 8,45. Entro a trabajar a las 9,15 y porque me hacen un favor. Los horarios del tren y el bus se me hacen incompatibles”. Tiene un sueldo de 1350 euros al mes –“con la que está cayendo te tienes que sentir afortunado, ¿verdad?”- y está sufriendo por el incremento exponencial de precios. “Por qué narices dependemos del gas de Ucrania?”, se pregunta antes de poner en marcha de nuevo el motor. Del gas de Ucrania, y del trigo, también. Mercado común, le llaman. Una bicoca, ahora mismo.

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