La economía catalana modera el ritmo de crecimiento entre julio y septiembre
La quinta oleada impacta el sector turístico, motor tradicional de crecimiento durante los meses de verano
BarcelonaLa economía catalana moderó su ritmo de crecimiento en el tercer trimestre del 2021, a pesar de mantener una tendencia al alza. Entre los meses de julio y septiembre de este año, el producto interior bruto (PIB) de Catalunya aumentó un 0,7% respecto al trimestre anterior, una cifra notablemente inferior al 3,3% registrado entre abril y junio, según datos avanzados este viernes por el Idescat, la agencia estadística de la Generalitat. En comparación con el tercer trimestre del 2021, la economía catalana creció un 3,4%.
Por sectores, los servicios tiraron del carro, con un incremento del 5,1% interanual, aunque la reactivación de los servicios se produjo sobre todo en el trimestre anterior, cuando se empezaron a levantar las restricciones a la restauración y el sector de la cultura y el ocio.
No obstante, el 0,7% de crecimiento catalán estuvo por debajo del 2,2% de media en España adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la semana pasada. Un factor que lo explica es que la contribución de los servicios, que representan casi tres cuartas partes de la economía catalana, podría haber sido mucho más grande si no fuera por la mala temporada turística en los meses de julio y agosto, y que tuvo un impacto directo en la llegada de turistas extranjeros, mucho más escasa de lo que esperaba el sector. "El hundimiento del turismo internacional no está compensada ni mucho menos" por la buena marcha del turismo interno –tanto catalán como español–", explica Albert Carreras, catedrático de economía de la UPF y presidente de la comisión de economía catalana del Col·legi d'Economistes.
El pinchazo del turismo extranjero no ha afectado mucho a las comarcas interiores, más dependientes de los visitantes domésticos y dónde, además, el sector tiene menos peso en la economía. Sí que ha afectado, sin embargo, a los dos grandes mercados turísticos catalanes: la ciudad de Barcelona y los municipios costeros que ofrecen sol y playa. "Las dos máquinas este año han sido perfectamente acopladas", comenta Carreras, por el hecho que tuvieron una temporada mucho peor que la proyectada. De hecho, tanto en las poblaciones de la costa como la capital catalana hubo muchas empresas, sobre todo hoteles, que no pudieron reabrir porque no tenían suficientes clientes.
"La temporada de playa sencillamente no ha existido", añade el catedrático, que aun así apunta que a partir de septiembre el turismo en Barcelona se está "recuperando", aunque en las comarcas de la costa la temporada ya no se remontará durante el otoño y el invierno.
La industria crece a pesar del desabastecimiento
Más allá de los servicios, el resto de sectores también mantuvieron la tendencia al alza. En cuanto a la construcción, el trimestre pasado incrementó un 1,1% la actividad respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que la agricultura lo hizo a un ritmo más moderado, del 0,8%. Por su parte, la industria aumentó un 3,3%. En este sentido, el INE ha publicado este viernes datos sobre la producción industrial del mes de septiembre pasado. En Catalunya, la producción industrial aumentó en septiembre un 3,3% interanual, superior al 1,9% registrado en el conjunto de España (que es de un 1,2% si se corrigen los datos por estacionalidad). Los datos publicados por Idescat son provisionales. El instituto estadístico catalán dará a conocer las cifras definitivas el 13 de diciembre.
"La demanda tira con una enorme fuerza", señala Carreras. Esto es una buena noticia para la industria catalana, que, a pesar de todo, está sufriendo los "problemas de abastecimiento" que han afectado a la industria a escala mundial. Los desajustes logísticos en el transporte internacional de mercancías, la escasez de materias primas ante la reactivación de la demanda y los cuellos de botella en la producción de bienes intermedios y componentes han retardado la producción en todo el planeta, también en Catalunya. A pesar de esto, Carreras recuerda que la industria catalana está "menos expuesta a las cadenas de valor que pasan por China y el sudeste asiático", que es el punto caliente del desabastecimiento: se trata de la región del mundo donde se concentra la fabricación de la mayoría de componentes que se utilizan en la industria de los países desarrollados, donde se producen los productos finales de alto valor añadido. Además, estos países aplican políticas mucho más estrictas de parada de la actividad y restricciones de movimientos cuando se detectan casos de contagio por covid, lo cual afecta negativamente a la producción.
Un buen ejemplo de esto es la automoción: la falta de microchips, fabricados en Asia, ha obligado a parar algunas líneas de empresas como Seat, mientras que otros sectores –por ejemplo la industria agroalimentaria– no se han visto tan afectados. En cambio, en países como Alemania, que dependen mucho más de la llegada de componentes asiáticos, los problemas de desabastecimiento "están haciendo mucho daño" y han tenido un impacto tres veces más fuerte que en Catalunya.
Además de los desajustes en el abastecimiento, hay que añadir un incremento de costes industriales por la subida de los precios de la energía, como la electricidad y el gas natural. Pero pese a las problemáticas, "la potencia de la demanda es tan fuerte" que la industria seguirá creciendo, concluye Carreras.