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Elon Musk se sale con la suya y compra Twitter

La cúpula de la red social acepta la oferta de 43.000 millones de dólares del fundador de Tesla

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Elon Musk ha comprado el 9,5% de las acciones de Twitter

BarcelonaElon Musk será el nuevo propietario de Twitter. El fundador de Tesla y el consejo de la red social han llegado a un acuerdo por la compra del 100% de las acciones. Según había avanzado The New York Times, la operación estaba a punto de cerrarse después de varios días de negociaciones entre el consejo de la red social y el fundador de Tesla. El magnate sudafricano ofrece cerca de 43.000 millones de euros (54 dólares por acción) para ampliar el 9% que ya controla de capital de la empresa hasta su totalidad. De acuerdo con las fuentes citadas por el rotativo, la cúpula se ha replanteado la oferta después de que Musk haya presentado sus compromisos para conseguir financiación. Los rumores del cierre inminente de la operación dispararon un 5% el precio de las acciones de Twitter, que hacia las siete de la tarde se situaba por encima de los 51 euros.

Musk empezó a comprar acciones de la plataforma de los 280 caracteres a principios de año y dejó claras sus intenciones de comprar la compañía el 14 de abril. Después de que aumentara su participación, la dirección le había propuesto entrar al consejo, pero lo rechazó. Para financiar la operación, detalló que ya ha reunido financiación del banco de inversión Morgan Stanley y un grupo de prestamistas que le ofrecen 13.000 millones de dólares en deuda y 12.500 más en préstamos contra sus acciones de Tesla. Musk aseguró que utilizaría unos 21.000 millones más en efectivo para comprar el resto del capital de Twitter. Estos 46.500 millones de dólares sobre la mesa convencieron algunos de los accionistas, que pedían a la compañía que se tomara más seriamente la oferta.

A pesar de que el acuerdo parecía muy improbable cuando el hombre más rico del mundo destapó sus cartas, las posiciones de las dos partes se han ido acercando después de varias reuniones que han dejado atrás los recelos iniciales. De hecho, el consejo de Twitter había activado el mecanismo conocido como "píldora envenenada", que permite a los otros accionistas comprar más títulos si la parte que propone la opa hostil pasa a tener el 15% o más de la compañía. Aunque se llegara a un acuerdo, sin embargo, se podría romper si la multinacional aceptara otra oferta y pagara una cuota de ruptura a Musk, explican a la agencia Reuters fuentes próximas de la operación.

El fundador de Tesla y SpaceX tiene más de 83 millones de seguidores en la red social y se ha propuesto sacudirla de arriba abajo. "Intervine en Twitter porque creo en su potencial para la libertad de expresión en todo el mundo, y creo que este es un imperativo social por una democracia funcional", sentenció Musk en el comunicado al regulador bursátil de los EE.UU. en que presentaba la oferta. El empresario quiere quitar Twitter de la bolsa y hacer modificaciones sustanciales que, en su opinión, mejorarán la aplicación.

Cambios en la aplicación

Por ejemplo, hace tiempo que insiste en añadir la opción de editar los mensajes. Hace unas semanas lo preguntó a sus seguidores, que estuvieron de acuerdo en un 73%. Justamente Twitter avanzó que estaba probando incorporar este botón en la aplicación. El multimillonario también ha propuesto cambios al servicio de suscripción premium de Twitter Blue, como por ejemplo reducir el precio y prohibir la publicidad, y querría introducir otra de sus grandes obsesiones, las criptomonedas, como modo de pago. "La empresa no prosperará ni servirá este imperativo social en su forma actual", dijo Musk en aquella misma carta.

Varios analistas han apuntado estos últimos días que esperaban que el consejo de Twitter solo aceptara una oferta que la valorara en un mínimo de 60 dólares por acción. Las acciones de Twitter llegaron a superar los 70 dólares por acción el año pasado, cuando la compañía anunció sus objetivos para duplicar ingresos. No obstante, desde entonces habían caído hasta alrededor de los 50 dólares, puesto que los inversores han cuestionado su capacidad para lograr estos objetivos.

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