Los empresarios se alejan del PP hartos de la política de confrontación
Responsables de empresas piden un espíritu constructivo ante el conflicto político y la crisis del covid
Barcelona“Lo que han dicho sobre los indultos [los empresarios y los obispos] es para apuntarlo y no olvidarlo”. Era la dura reacción del expresidente español y expresidente del PP, José María Aznar, cuando primero el Cercle d'Economia y después la patronal Foment del Treball, y también los obispos catalanes y los obispos españoles, apoyaron los indultos a los presos políticos. Una quebradiza en toda regla de las buenas relaciones mantenidas siempre por los empresarios y la jerarquía episcopal con el Partido Popular. La respuesta: “Sorpresa ante una reacción tan grosera del PP”, dice un dirigente de la patronal catalana.
Entre algunos empresarios catalanes –no todos– ya se habla de divorcio entre el sector empresarial y PP, un aliado tradicional. Básicamente por la política de confrontación que mantienen los populares en un momento en que el sector empresarial pone por delante de todo la estabilidad para salir de la crisis. La reacción de Aznar, pero también de Pablo Casado, el actual presidente del PP, también la califica de “fuera de lugar” el presidente de una importante multinacional catalana, que considera que los empresarios se han quedado “huérfanos” por la falta de apoyo tanto de los dirigentes independentistas catalanes como por ejemplo del PP. Y a los populares, ante el conflicto político, les censura la falta de propuestas para resolver el problema.
Desde el PP en Catalunya no consideran que la relación con el mundo empresarial se haya enfriado, pero es cierto que el aval a los indultos no gustó al partido. “Sorprendió”, dicen fuentes de la cúpula popular en Catalunya, que aseguran que, a pesar de todo, la relación ahora es “cordial”. En octubre de 2017 remaron en la misma dirección, pero las mismas fuentes remarcan que ahora la situación es diferente y que los empresarios ven los indultos como una medida “mucho más suave” comparado con la DUI, lo que el PP no comparte. “Van a lo suyo”, dice un dirigente popular, que lamenta que les vengan a pedir “ayuda” cuando lo creen necesario, por ejemplo los días previos y posteriores al 1-O. De todas maneras, quien entonces era el líder del PP en Catalunya, Xavier García Albiol, niega que recibiera ninguna llamada de ningún empresario para presionarlo, a pesar de que sí que admite que la situación política de hace cuatro años generaba “inquietud” en el mundo empresarial.
La nueva distancia entre los empresarios catalanes y el PP está más en la forma que en el fondo. Después de la nota de opinión del Cercle d'Economia que hablaba de “la aspiradora de Madrid”, Casado hizo un discurso en las jornadas anuales de este grupo de presión que, al margen de su dura posición contra los indultos, podría subscribir cualquier empresario: apoyo a una mejor financiación, al liderazgo de Catalunya en la digitalización, a la inversión en infraestructuras –con apoyo explícito a la ampliación de El aeropuerto del Prat y el Corredor Mediterráneo– o la supresión del impuesto sobre el patrimonio.
Sin embargo, a pesar de este discurso, no consiguió la adhesión incondicional de los asistentes. La clave es la confrontación política que mantiene el PP. “Los empresarios estamos agotados”, explica un directivo en Catalunya de una empresa con sede central en Madrid. Para este directivo, la esperanza ahora es “que se abra una nueva etapa menos tensa, que ayude a recuperarse”, sobre todo después de una pandemia que ha comportado un gran coste personal y económico. “Lo que se espera de un político es espíritu constructivo, y aquí es donde Casado puede quedar fuera de juego”, remacha. Pero desde el PP aseguran que su posición es simplemente de defensa de la legalidad.
Renuncia a Catalunya
Un alto ejecutivo catalán de una multinacional que participa en la mayoría de foros empresariales catalanes y españoles cree que el PP actual hace cálculos electorales para intentar llegar a la Moncloa dentro de dos años. “Su juego electoral se ajusta en España, aunque esto suponga renunciar a Catalunya”, explica este directivo, que además cree que “al PP le falta aquí [en Catalunya] una visión más próxima a la realidad”.
Pero el PP responde. “Los empresarios nunca se han mojado y se secan al sol, se ponen junto al gobierno siempre”, dice un miembro del partido en Catalunya. “Es una posición cómoda a sabiendas de todo lo que ha pasado”, añade otro afiliado del partido, que admite, con todo, que el PP no puede salir “en masa” a criticar la posición de los empresarios. Por la relación fluida que han mantenido históricamente y porque también es cierto que muchos de ellos, según perciben dentro del PP, no comparten la posición pronunciada públicamente por el Cercle, Foment o Pimec. García Albiol matiza que “el PP no es correa de transmisión de los empresarios y ellos no dependen del PP”, es decir, que pueden tomar las posiciones que consideren oportunas cuando lo consideren oportuno sin que esto afecte su relación.
Los dirigentes consultados no creen que el malestar que mostraron públicamente el líder del PP, Pablo Casado, y también la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, les perjudique como partido en Catalunya. “No incomoda”, dice un dirigente popular. “No podemos quedarnos callados tampoco”, defiende otro miembro del partido. “Es imposible que el PP esté en contra del mundo empresarial”, subraya el exdirigente popular Manuel Milián Mestre, a pesar de las palabras de los populares estatales. Milián remarca, además, que el líder del PP nunca “se enfrentará” a los empresarios. Ahora bien, no cree que las palabras ni de Casado ni de Ayuso ayuden al PP en Catalunya ni tampoco acciones como la recogida de firmas contra los indultos. “Les pone entre la espada y la pared, es una situación incómoda”, avisa. Una premisa que no comparten el resto de miembros del partido consultados, que lo enmarcan en la “normalidad” de las relaciones entre los partidos y las organizaciones empresariales.
Agresividad
Para un destacado miembro del Cercle d'Economia, la petición de indultos de esta entidad y por Foment del Treball “desencadenó la agresividad del PP”. La gota que hizo colmar el vaso fueron las declaraciones en TVE del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, el mismo día que Casado estaba en las jornadas del Cercle, en las que justificaba el indulto. De hecho, horas después el presidente de la CEOE y Casado coincidieron y hablaron en el hotel W, donde se hacían las jornadas. A continuación, Garamendi se situaba ante los periodistas para hacer una rectificación, que no convenció. El PP cree que el daño ya estaba hecho. Y la posición de Garamendi crispó una parte de la directiva de la patronal, ligada a grandes empresas que dependen de concesiones, regulaciones y concursos públicos, que no quieren enfrentarse directamente al PP porque podría volver al gobierno español y porque todavía controla el poder en algunas comunidades.