Hablemos de dinero

Alba Segarra: “Sin mis padres no puedo comprarme un piso en Barcelona”

La cómica explica su relación personal con el dinero en la Empresas

La comunicadora catalana Alba Segarra, en una fotografía de estudio.
Júlia Riera Rovira
05/12/2025
3 min

La cómica Alba Segarra (1992) ha crecido en La Fuliola en una familia de campesinos: "En verano, con catorce años, ya cosechaba fruta en el campo". "Si quería salir de fiesta me decían que era equivalente a una tarde de echar un producto químico. Yo vi muy rápido que el pedazo era algo terrorífico", explica en declaraciones alEmpresas.

Así que a los 16 años empezó a trabajar en la hostelería y lo combinó con otros trabajos temporales mientras estudiaba el grado en Ciencias Políticas en Barcelona: "Tengo una obsesión con tener mi dinero y autonomía". Aunque en casa nunca ha sufrido por dinero: "No nos ha faltado de nada en cuanto a salud, estudios y experiencias vitales. Pero caprichos no nos han comprado. Ni siquiera el móvil con dieciocho años". En cambio, siempre ha tenido seguridad económica: "Yo les estoy eternamente agradecida a los padres porque sé que no me voy a quedar con el culo en el aire. Si necesito algo puedo decirles a ellos". "Mi sueño sería poder criar a criaturas con la tranquilidad que yo he vivido económicamente. Yo sé que casa es una almohada, es un refugio emocionalmente, pero sobre todo económicamente", asegura la cómica que trabaja en el Versión RAC1 haciendo el programa Los Teloneros.

En este sentido, Segarra le encanta la filosofía económica con la que le han educado: "Mi padre habla del dinero de casa. El dinero no es suyo, o de mi madre, es el dinero de casa. Se trata de una bolsa de dinero donde todos tenemos que comer y vivir. Casa es el pedazo, la familia, es todo". Además, creció en una economía basada en el ahorro: "La tierra y las granjas no entienden de horarios ni vacaciones ni fin de semana". "Mis padres han tenido una capacidad de ahorro a costa de trabajar mucho y de tener una vida muy humilde y sencilla, sin grandes lujos y muy entregada a una familia. Yo creo que el punto de frustración llega a los 32 años, cuando tú ves que eres incapaz de hacer lo mismo por el sistema en el que vives", detalla el humorista.

Durante nueve años Segarra ha trabajado en proyectos educativos del tercer sector: "Es uno de los sectores más precarizados y mal pagados de la historia por el trabajo que realizas". Le gustaba, pero hace unos años decidió apostar por el sector de la comunicación, un mundo que siempre le había llamado la atención. Primero en el formato stand-up y después añadió la radio: "He vuelto a elegir un sector que es muy precario. Esto te afecta a la autoestima laboral. El dinero al final es la moneda de cambio de tu tiempo, de tu talento, de tu valor y de lo que puedes aportar a la sociedad". La cómica se ha puesto en duda a sí misma por el tema del salario, y señala que es un sistema muy injusto.

"Tengo que tener ahora mismo dos trabajos para tener capacidad de ahorro. Con un único salario, a jornada completa, no podría", recalca. Y sigue: "Ahora mismo vivo de la radio y salvo de los espectáculos". De hecho, asegura que actualmente se gana mejor la vida contando chistes sobre un escenario. Pero ser autónoma es un quebradero de cabeza: "¿Cómo pueden ser tan estrictos, sin que haya una pedagogía detrás, con una pobre desgraciada que va por el mundo con un micrófono en la mano?". "Tienes que estar pendiente de todo el rato", destaca Segarra que después de trabajar de 9 a 5 de la tarde debe dedicarse a su proyecto personal. Por suerte, le gusta su trabajo.

En cuanto a la vivienda, el humorista ha compartido siempre piso en Barcelona hasta hace un par de años se trasladó primero en un piso sola y después en pareja: "Yo creo más en los contactos que en las inmobiliarias ahora mismo. Mi Idealista es la agenda". Actualmente se plantea adquirir una propiedad: "Yo necesitaré a mis padres para poder comprar una vivienda. Yo no veo el momento que cortamos el cordón umbilical. Sin mis padres no puedo comprarme un piso en Barcelona. He trabajado toda la vida, tengo una carrera y tres másteres y no puedo pagar un piso en propiedad". "Y si me lo planteo, es porque lo hacemos en pareja", remarca.

"En mis círculos de amistad, lo que nos diferencia es la herencia familiar, la capacidad de ahorro de los padres. Y eso es algo que ni los padres tienen la responsabilidad ni mucho menos nosotros. La familia está marcando las diferencias sociales", sentencia.

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