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BlackRock, el poder a la sombra del Ibex 35

El fondo estadounidense alarga sus tentáculos a más de una veintena de cotizadas españolas

MadridEn la planta 13 de la omnipotente Torre Picasso de Madrid, ubicada en la plaza que lleva el nombre del propio pintor y tocando el paseo de la Castellana, no sólo tienen una buena panorámica del complejo empresarial y comercial que rodea el edificio, sino que también la tienen de las sedes de las empresas más influyentes del Estado. En este piso, BlackRock, el mayor gestor de activos del planeta, tiene sus oficinas en España. De hecho, la Torre Picasso se ha convertido en una fortaleza para grandes multinacionales y nombres como Google o Deloitte también se han hecho un hueco. Aunque el edificio está en la otra punta del Palacio de la Bolsa, hay una serie de hilos, en concreto 22, que permiten al fondo estadounidense fundado y dirigido por Larry Fink tener una panorámica del lugar donde se encuentra la flor y nata de las grandes corporaciones españolas. Veintidós es el número de cotizadas del Ibex 35 en el que BlackRock ha logrado hacer llegar sus tentáculos adquiriendo participaciones significativas, es decir, superiores al 3%.

El último gran desembarco de BlackRock ha sido en Naturgy. Tras la compra del fondo de infraestructuras Global Infrastructure Partners (GIP), hasta ahora accionista de la energética, por unos 12.500 millones de dólares (11.494 millones de euros, según el cambio actual), y recibir el visto bueno del gobierno español –Naturgy se considera una empresa estratégica–, BlackRock ha obtenido nada menos que un 20% del capital social de la antigua Gas Natural. Esta inversión, junto al capital que tiene en el resto de cotizadas de dentro del Ibex 35, pero también de fuera, deja bajo control de BlackRock 37.500 millones de euros en renta variable o acciones en España, según datos a las que ha tenido acceso el ARA. De éstos, unos 7.500 millones están sólo en Naturgy. Sin embargo, puede decirse que se trata de calderilla si se tiene en cuenta que el fondo norteamericano acaba de anunciar que cerró el tercer trimestre de este 2024 gestionando unos activos que ascienden a los 11,47 billones de dólares a todo el mundo, lo que supone multiplicar por ocho el PIB español del 2023.

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De la banca a las energéticas

El capital social que BlackRock tiene en Naturgy, sin embargo, sobresale y con creces si se compara con el peso que tiene en el resto de cotizadas del Ibex 35 donde también tiene presencia. La firma que dirige Fink tiene participaciones que oscilan entre algo más del 0% y el 6% del capital social. Tres décadas después de su aterrizaje en el Estado en 1994, la empresa estadounidense ha logrado poner un pie en todos los sectores estratégicos a través de participaciones millonarias. El sector energético es, sin duda, un claro ejemplo.

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Según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), además de Naturgy, también tiene una participación en Iberdrola (5,4%), Repsol (5,4%), Acciona (3,3%), Redeia (5%), Enagás (3,5%) y Solaria (3,8%). A todas estas empresas les sigue el sector bancario, en el que BlackRock también tiene participaciones importantes. De entrada, tanto en BBVA (5,4%) como en Banco Sabadell (3,9%). Pero también en el Banco Santander (5,4%), en CaixaBank (4,9%) y en Bankinter (4,4%). Hay que tener en cuenta que la CNMV sólo informa de las participaciones de los accionistas cuando éstas superan el 3% del capital social de la compañía. En total, BlackRock está presente en unos setenta cotizadas españolas, según han publicado Bloomberg y Expansión, entre ellas Inditex (1,4%) o Puig (0,15%).

A la banca y energéticas se suman las telecomunicaciones, el sector de las infraestructuras y la construcción, así como el inmobiliario. La lista la amplían las siguientes cotizadas: Telefónica (4,6%), Cellnex (5%), ACS (5,8%), Ferrovial (3,3%), Colonial (3,9%) y Merlin Propierties ( 5,5%). A todas ellas se añade la farmacéutica Grifols (4,4%); Fluidra (6,1%), la empresa catalana dedicada a las piscinas; también Aena (3%) y, finalmente, Amadeus (5,4%).

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Esta fotografía se explica porque gran parte de la inversión de BlackRock es estable, sobre todo a través de fondos pasivos o indexados, aunque también a través de fondos tradicionales. Los primeros se caracterizan por replicar exactamente la composición de un índice bursátil, como puede ser el Ibex 35, por lo que, para bien o para mal, también obtendrán las mismas ganancias.

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Esto es importante tener en cuenta porque en esencia BlackRock se dedica a gestionar activos, es decir, no invierte con su propio balance, sino que invierte el dinero de otros inversores. Sus movimientos, pues, no responden a Larry Fink, o así lo defienden desde la firma estadounidense, sino que responden a los clientes de la compañía, algunos de ellos en España. En el Estado gestiona el dinero de fondos institucionales, seguros o incluso banca privada.

Presencia pasiva, pero poderosa

Su posición en las participadas también suele ser estable en términos de calendario. BlackRock opera a largo plazo, a diferencia de los fondos que entran en una empresa, pero salen enseguida que recuperan la inversión inicial con algunas ganancias. Tampoco suele reclamar una silla a los consejos de administración y adopta un rol pasivo en cuanto a la gobernanza de la compañía, evitando posicionarse sobre cambios en la gestión o la estructura. Sin ir más lejos, BlackRock no se ha mojado sobre los recientes movimientos en el accionariado de Telefónica, pero tampoco lo ha hecho en torno a la opa hostil del BBVA en el Banc Sabadell, aunque es accionista de ambas entidades financieras. "Lo único que [BlackRock] quiere es presencia o poder, pero no influencia [en la gestión]. No es un fondo activista", explica Xavier Brun, profesor del máster en mercados financieros de la Barcelona School of Management (UPF).

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Por todo ello, no es de extrañar que sea un compañero de tripulación que muchas de las cotizadas quieren tener en su barco: "BlackRock añade estabilidad a las empresas", afirmaba el presidente y consejero delegado de Naturgy, Francisco Reynés, recientemente en un foro económico. Un elogio que pone negro sobre blanco la forma en que BlackRock se ve como un inversor ideal para las cotizadas.

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Pero BlackRock no genera simpatía a todo el mundo. Al fin y al cabo, su objetivo último es el de generar rentabilidad a los inversores a los que les gestiona los activos, lo que no necesariamente debe ir de la mano de los intereses u objetivos económicos que pueda tener un país. En el caso de España, formaciones como Podemos, pero también Sumar, socio minoritario en el ejecutivo de Pedro Sánchez, han sido contundentes y han pedido al gobierno español que vete que un fondo de inversión como BlackRock pueda conseguir participaciones de compañías estratégicas de las que dependen servicios como el recibo de la luz, el gas o el agua, pero también sus hipotecas.

A preguntas de este diario sobre la valoración que hace el ejecutivo de Pedro Sánchez de la presencia de BlackRock en la economía española y en particular en el Ibex 35, desde la Moncloa han declinado contestar. Sin embargo, el último gesto del gobierno hacia el fondo ha sido el de ponerles la alfombra para entrar en Naturgy. Sin embargo, es cierto que su visto bueno ha ido acompañado de condiciones como las que también se aplicaron en el año 2021 al fondo australiano IFM cuando desembarcó en la energética de origen catalán, tales como no llevarse la sede fuera de España o mantener a la compañía en bolsa.

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Más allá de las cotizadas

Sin embargo, los tentáculos de BlackRock en España van más allá de estas cotizadas. De hecho, hay quien señala esa cara de la moneda como la que realmente ejerce influencia. El fondo estadounidense también invierte en deuda privada y deuda pública. Según las últimas cifras proporcionadas al ARA, la inversión actual en deuda es de 30.000 millones de euros, de los que 14.000 millones son bonos del Estado. De esta forma, España, pero también otros territorios, depende hoy día de un fondo como éste para colocar su pasivo. No es de extrañar que teniendo en cuenta esto, además del peso que BlackRock tiene en las principales empresas españolas, el propio Pedro Sánchez haya presumido de haberse reunido con Fink en foros como el de Davos del año 2023. "[Fondo como BlackRock] confían en nuestras buenas perspectivas económicas y renuevan su apuesta por España con inversiones en sostenibilidad y digitalización", afirmaba Sánchez a través de la red social X. Pocos meses después de ese encuentro, en abril del 2023, Larry Fink aseguraba en una reunión con inversores y empresas españolas: "España es una gran oportunidad para la inversión", según recogió Expansión. 

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Lo cierto es que lejos de asumir un papel secundario en todo lo que hace BlackRock, Larry Fink –a quien se describe como un hombre "discreto", y así suele presentarse él-, no sólo se ha posicionado como un aliado por en los países en lo que se refiere a su pasivo, sino que anualmente publica una carta dirigida a los inversores llena de mensajes, pero sobre todo recomendaciones, económicas y políticas que se dirigen también a los gobiernos. En la carta de este 2024, por ejemplo, alertaba sobre el envejecimiento, hablaba incluso de la "crisis de la jubilación", pedía "replantear el sistema" y apostaba por alargar la edad de jubilación más allá de los 65 años . Y, claro, también apostaba por que la solución proviniera de los mercados de capital. Ser discreto, por tanto, no significa no tener presencia.

Mientras, en España la firma sigue mirando hacia la inversión en infraestructuras: carreteras, inmuebles, pero sobre todo tecnología, digitalización y transición energética. De hecho, fuentes del mercado apuntan al ARA que la compra de GIP es un claro paso adelante para incrementar el peso de BlackRock en todas estas áreas clave para la economía del futuro. "Es una tendencia que están siguiendo todos los inversores y gestoras de fondos. El foco sigue siendo la rentabilidad, por lo que ya no sirve sólo tener renta fija o variable, todo el mundo está mirando a las infraestructuras porque, además, hay mucha necesidad de capital y los estados saben que no están llegando [a través de la inversión pública] a todo lo que aspiran", reflexionan las mismas fuentes.