La Bolsa en Madrid
27/10/2025
2 min

Una frase habitual entre muchos inversores es que "en bolsa siempre se gana". Una afirmación muy alejada de la realidad. Nadie puede predecir el precio de una acción en el próximo segundo, y menos saber qué pasará a largo plazo. Sin embargo, hay varios factores a tener en cuenta para analizar esta idea.

En primer lugar, no siempre se gana. Un ejemplo reciente es el de Nokia. Después de años de tendencia bajista, parece que ahora su precio quiere volver a crecer. Pero la realidad es que hace unos quince años la acción valía cerca de 30 euros y hoy vale unos 5. Esto supone una caída de aproximadamente el 80%. Para que quienes compraron a 30 euros recuperaran la inversión, el precio debería incrementarse un 600% en adelante, algo con una probabilidad casi imposible.

En segundo lugar, debe considerarse el plazo temporal. Los datos muestran que, a largo plazo (una serie de unos diez años), las bolsas europeas y americanas ofrecen un rendimiento medio anual del 8%. Ahora bien, por ejemplo, en el 2020 –coincidiendo con la crisis de la covid– se registró una caída del 25%. Por tanto, quien hubiera comprado acciones en ese momento podría preguntarse: "¿Dónde está mi 8% anual?" De hecho, la mayoría de inversores novatos tienden a perder dinero a corto plazo por dejarse llevar por las emociones.

Por último, la clave es la diversificación. En el mercado encontramos acciones con diferentes valores beta, un indicador que mide la volatilidad de una acción y, por tanto, su capacidad de generar ganancias (o pérdidas) mayores que el conjunto del índice, como el Ibex 35 . Si elegimos acciones agresivas, más volátiles, nuestra cartera puede superar el 8% anual en años buenos, pero también caerá mucho más en años malos. Escoger empresas de diversos sectores y geografías es esencial. De hecho, la mejor recomendación es apostar directamente por un índice completo (como el Ibex 35) e invertir en las 35 empresas que lo componen.

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