Cómo conseguir un canguro para los niños en 45 minutos
Cangurs de Guardia garantiza que un cuidador llegue en menos de tres cuartos de hora sea cual sea la urgencia familiar
ElAna Casado llega tarde a la entrevista porque ha tenido que gestionar el servicio de dos canguros justo antes de acudir al diario. “¡A media mañana no es muy habitual que me pidan una cangurada! Tenía que asegurarme de que llegaban antes de 45 minutos”, explica mientras se quita la chaqueta. Casado es la fundadora de Canguros de Guardia, una empresa que nació en 2014 con la intención de solucionar el caos familiar que se organiza cuando uno de los pequeños de la casa despierta enfermo y ningún familiar puede hacerse cargo, por ejemplo. A través de una aplicación para tabletas y móviles la familia puede pedir un canguro y la empresa garantiza que llegará uno, acreditado y de calidad, en menos de una hora.
Casado es economista y trabajaba evaluando riesgos en una empresa de seguros, pero hace tres años decidió darle la vuelta a su mundo laboral: “Me di cuenta de que cuando hay un imprevisto y la familia no puede responder existe la necesidad urgente de encontrar a alguien de máxima confianza y muy deprisa, y lo clasifiqué, por defecto profesional, como un riesgo”, explica Casado. Por eso cuando salió adelante la empresa decidió organizar el modelo de negocio como un seguro. “Hay que pagar una cuota de 100 euros anual por niño, que es lo que hace que yo te garantice que tienes este problema solucionado en caso de necesidad –argumenta esta emprendedora–. Es la única forma de poder ofrecer un buen servicio; así sé cuántas familias pueden tener problemas, dónde viven, y busco por adelantado tantas canguros como sea necesario para cubrir el radio”.
De momento el feedback de las familias es positivo y la mayoría explican que experimentan una “sensación de tranquilidad” frente a los imprevistos.
El funcionamiento es sencillo y, tal y como explica Casado, consiste en trasladar todo el estrés del momento hacia su empresa. Una vez descargada la aplicación sólo es necesario llenar la necesidad puntual del servicio: día, hora (que puede ser inmediata), dirección, problema, observaciones sobre el niño y otras alertas, como si tiene alguna enfermedad. El aviso se envía directamente a la sede y una alarma transmite la petición a todos los canguros de la red, seleccionados previamente por la compañía, que están en el radio más cercano. A partir de aquí son los cuidadores quienes contactan con las familias.
“Si pasan cinco minutos y ningún canguro ha aceptado el servicio entonces somos nosotros los que nos activamos; normalmente soy yo quien llama directamente a los canguros para preguntar quién está disponible”, explica Casado, que añade: “El objetivo es que este proceso no supere nunca los 15 minutos”. Las familias pagan directamente a los canguros y la empresa asegura que no se queda ninguna comisión, sólo pone unos precios de referencia "para que los padres no tengan que ponerse a negociar con el canguro en ese momento, que suele ser un momento estresante", matiza Casado.
Esta semana han salido adelante otro servicio: la recogida de niños en las escuelas. Hasta ahora habían hecho pruebas piloto con algunas familias para establecer los protocolos de actuación y desde el jueves los padres también pueden pedir a Cangurs de Guardia que recojan a su hijo en la escuela en caso de que no lleguen a tiempo o si, simplemente, se pone enfermo de repente.
Su pasado como economista y evaluadora de riesgos hace que Casado sea implacable con los protocolos: “Si queremos ofrecer un servicio de calidad y transmitir confianza, Cangurs de Guardia debe poder asegurar que tiene supervisado todo el sistema; que los tiempos funcionan, que los canguros están calificados, que tienen experiencia con niños, formación, cursos de primeros auxilios, buenas referencias y, por supuesto, el certificado de penales que exigen las autoridades”, explica la fundadora de la compañía.
Esta sistematización del proceso será la clave para expandirse. Tras desarrollar el programa informático el primer año y poner en marcha el negocio en el segundo, 2016 ha sido el primero con experiencia directa con clientes. Desde septiembre hasta ahora han captado a más de 100 familias y ahora ya tienen 200 usuarios y 900 canguros en Barcelona. La compañía no quiere dar datos de facturación, pero admite que todavía está en pérdidas y el objetivo pasa por consolidarse y entrar en beneficios este año y, en 2018, empezar a exportar el modelo. "Creo que puede funcionar igual de bien en otras grandes ciudades como Barcelona", admite Casado. Y avanza: "Más que en grandes ciudades españolas, como Madrid, nos hemos fijado en otros mercados como las capitales de los países nórdicos".