SALUD

Un cinturón que te ayuda a ir al baño

La empresa usMIMA ha creado un accesorio automatizado que combate el estreñimiento crónico a través del masaje abdominal

Jana Homs Donés
3 min
Un cinturón que te ayuda a ir al baño

"Tomaba laxantes regularmente obviando los efectos secundarios que me producían, eran mi peaje para ir al baño". Éste es el testimonio de uno de los pacientes tratados por Marckus Wilhelms, director general y cofundador de la empresa usMIMA. Aún no se ha encontrado un cuidado para el estreñimiento crónico, por lo que muchas personas que sufren este desorden lo tratan con fármacos de uso ocasional o terapias que facilitan las evacuaciones, como los masajes abdominales. Este último remedio es menos invasivo que las medicinas pero los movimientos que se aplican en el vientre deben ser muy específicos. Los pacientes debían adaptarse para asistir varias veces a la semana a una clínica, pero algunos no tenían disponibilidad para ir o el dinero necesario para pagar tantas sesiones de fisioterapia.

La compañía usMIMA ha diseñado un dispositivo para combatir a diario el estreñimiento crónico desde casa. La solución es el cinturón automatizado Mowoot, que hace masajes abdominales simulando los movimientos de un especialista. El intestino realiza sus funciones en un tiempo muy limitado, que suele ser de dos veces al día en promedio. Aunque cada paciente reacciona diferente al tratamiento, en general, para conseguir una evacuación diaria sólo es necesario activar entre una y tres veces el cinturón, en sesiones de diez minutos.

Los cuatro cofundadores de la empresa usMIMA se conocieron hace tres años en el Designe Health Barcelona, ​​un programa organizado por Biocat que consiste en crear equipos multidisciplinares para que durante ocho meses trabajen con el objetivo de solucionar necesidades hospitalarias. Tras una inmersión clínica en el Institut Guttmann, los cofundadores del cinturón detectaron más de 600 necesidades que se podían solucionar aplicando tecnología ya existente. Por último, decidieron centrarse en el estreñimiento crónico, un desorden que sufren a menudo las personas con lesiones medulares. El equipo de usMIMA habló con varios pacientes para saber, de primera mano, cuáles eran las ventajas y los inconvenientes de cada terapia. Una vez terminada esta fase les pareció obvio que la solución era automatizar los masajes abdominales. Wilhelms explica que siguieron los consejos de Einstein: "Cuando le preguntaban cómo trabajaba siempre decía que si tenía una hora para resolver un problema, pasaba 55 minutos entendiéndolo y sólo cinco pensando en la solución".

Desafortunadamente pocos investigadores han intentado mejorar las condiciones de los pacientes con estreñimiento crónico porque las enfermedades relacionadas con la defecación siguen siendo un tema tabú. El cofundador del cinturón subraya que hablando con los afectados averiguaron que a menudo el estreñimiento crónico puede derivar en incontinencia fecal. “Me quedaba encerrada en casa hasta que iba al baño. Antes mi vida giraba en torno a las evacuaciones, estaba obsesionada, no quería que me cogiera desprevenida”, explica una de las actuales clientas de Mowoot.

Usmima se consolidó como empresa en 2014 y empezó a colaborar con Barcelona Activa, lo que les ayudó a recibir fondos públicos. Hasta entonces, los cuatro cofundadores habían seguido trabajando en el proyecto a pesar de no cobrar. Actualmente han captado ya más de dos millones de euros de inversores privados y públicos. La última inyección de dinero ha sido emitida por la Unión Europea a través del fondo Horizonte 2020; la compañía ha obtenido 1,2 millones de euros para desarrollar el proyecto e impulsar su comercialización a escala industrial. El cinturón salió a la venta en noviembre por un precio de 500 euros. Wilhelms admite que deben reducir los costes de producción porque de momento no obtienen beneficios con las ventas.

El cinturón sólo se puede comprar en España y por internet pero a partir de enero también lo exportarán a Alemania, Austria y Suiza y están buscando distribuidores en Países Bajos e Inglaterra. La compañía ha apostado por la venta online porque considera que los clientes querrán ser discretos a la hora de comprarlo, pero tampoco descartan abrir un establecimiento físico si muchas personas se lo piden. El empresario prevé vender cerca de 3.000 unidades el próximo año, una cifra que les permitiría “entender el mercado y saber cómo gestionar volúmenes mayores”.

La empresa ya mira al futuro y Wilhelms dice tener en la cabeza nuevos productos de cara a 2018. Quieren diseñar un cinturón con conectividad para que se pueda controlar a distancia, desde los hospitales y que almacene datos. Sería muy útil para los pacientes que tienen lesiones medulares porque el médico podría realizar un seguimiento a distancia del estreñimiento que sufren. “Podríamos considerar esta versión mejorada como un producto premium y también nos interesaría diseñar uno más sencillo”, dice el empresario, que cree que el cinturón actual es demasiado caro para personas que sólo van apretados ocasionalmente pero sufren un desorden similar. "Ahora sabemos que se podría solucionar sin laxantes y enemas".

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