La clásica caravana estadounidense fabricada en el Anoia

Tras una lesión en el hombro, Mario Fernández perdió su trabajo de los últimos 20 años como herrador de caballos. Para dar un nuevo impulso a su carrera, viajó a Estados Unidos con su hermano Albert para participar en varios proyectos empresariales. Al cabo de unos meses los dos hermanos decidieron regresar a Catalunya, pero de EEUU se llevó un descubrimiento: un modelo de minicaravana conocido como teardrop.

Las caravanas teardrop son unos habitáculos rodados para dos personas con una pequeña cocina en el maletero. Este modelo de minicaravana apareció en Estados Unidos durante los años 30, pero no llegaron al gran público hasta 20 años después. De hecho, algunas revistas de la época incorporaban planos para que los lectores pudieran fabricarla en casa.

Una vez en Cataluña, Mario trabajó durante siete meses en la construcción de la suya propia teardrop. Desde el garaje de casa, diseñó y fabricó artesanalmente su minicaravana. El hobbySin embargo, se convirtió en profesión. “Cuando estuvo terminada, mi entorno me dijo que era un buen proyecto y que podía tener salida”, explica Mario. En los últimos años, estas caravanas han vuelto a ponerse de moda, sobre todo gracias al auge de deportes como el surf y los viajeros en furgoneta. Según dice Mario, “las teardrop son realmente un mercado importante en Estados Unidos y en Australia”.

Pocos meses después, los hermanos Fernández crearon la cooperativa DropCampers, basada en la construcción y venta de minicaravanas teardrop en Cataluña. La cooperativa, con sede en Anoia, es el único fabricante catalán y se desmarca de los otros constructores del territorio -una fábrica de Asturias y las caravanas de importación turca- por su política medioambiental. “Es el concepto de camping más minimalista. Huimos de los materiales sintéticos y apostamos por los materiales nobles, con interiores de madera y aluminio”, recalca Mario.

Actualmente, DropCampers fabrica minicaravanas teardrop en versión 4x4, con un precio entre 11.000 y 16.000 euros. Pero la compañía trabaja para incorporar dos nuevos modelos: uno clásico, destinado a los viajes por carretera, y otro más simple y ligero, que, con un precio más reducido, pueda atraer al gran público. Mario Fernández, socio fundador de DropCampers, pronostica un crecimiento de clientes en los próximos años: "Estamos convencidos de que el sector irá a más, porque es una opción económica y que ofrece el mismo resultado que las pequeñas furgonetas".

La cooperativa, con algo más de un año de vida, ha fabricado hasta doce minicaravanas, registros que "sobrepasan totalmente" sus expectativas. Según explica DropCampers, buena parte de estas ventas -alrededor de un 80%- se han originado después de participar en el Salón del Caravaning el año pasado.

La cooperativa acaba de incorporar un tercer socio y, de cara a los próximos meses, espera sacar los dos nuevos modelos de teardrop en el mercado. Así, el crecimiento de la empresa ha hecho que se les quede pequeña la nave actual, situada en el pueblo de la Beguda Alta. La cooperativa prevé seguir ampliando su producción en Anoia, aumentar los metros cuadrados de fábrica y reducir la externalización en algunas fases de la fabricación.