El banquero del Garraf que ayudó a fundar el Iese
Rafael Termes Carreró fue consejero delegado del Banco Popular y presidente de la Asociación Española de Banca
Durante muchas décadas, la industria mundial del petróleo estuvo dominada por un grupo de petroleras conocido como "las siete hermanas", un número mágico que se repetía de forma fractal en el seno del sector bancario español, cuando el oligopolio que lo controlaba estaba formado por siete bancos, los llamados "siete grandes". Aparte de este lobi informal, en 1977 el sector de las entidades de crédito fundó una patronal llamada Asociación Española de Banca (AEB), que a lo largo de su primera etapa (1977-1990) estuvo presidida por un catalán del Garraf: Rafael Termes Carreró. La presencia de Termes en la patronal bancaria se explicaba por su papel en el Banco Popular, donde ejercía el cargo de consejero delegado desde 1966.
Este ingeniero industrial había nacido en Sitges, hijo de un empresario que tenía una empresa de calzados y también una fábrica de hielo llamada Canigó. Nuestro protagonista con sólo 22 años era ya miembro numerario del Opus Dei, una militancia que marcó su carrera. La entrada en el mundo bancario la hizo a través de Crèdit Andorrà, del que fue uno de los impulsores, junto con la Iglesia, en 1950. Tras participar durante un lustro en los órganos de gobierno de la entidad pirenaica, entró en el consejo regional del Banco Popular, en lo que sería el comienzo de una dilatada e intensa vida profesional. Fruto de ese trasvase, el Popular pasó a ser accionista de referencia del Crèdit Andorrà con un 15% del capital, que era el paquete en manos de Termes. Los siguientes cargos a los que accedió fueron los de presidente del consejo regional del Popular, en 1960, y miembro del consejo de administración del banco, cuatro años más tarde. En este período nació uno de los spin-offs más exitosos del Opus Dei, la escuela de negocios Iese (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa), fundada en 1958 y con Termes como uno de sus principales impulsores.
Su labor en la AEB, y el propio nacimiento de la asociación, guardaba una gran correlación con la crisis bancaria que vivió el Estado en la década de los 70, un descalabro que provocó la desaparición de un gran número de entidades. Según suele explicarse, fue el entonces subgobernador del Banco de España, Mariano Rubio, quien pidió al Popular que Termes encabezara la asociación ante el reto que suponía una crisis tan preocupante. Su trayectoria al frente de la AEB se prolongó hasta 1990, momento en que renunció. Durante todos estos años, aunque mantuvo el cargo de consejero delegado del Popular, sus funciones quedaron restringidas. Su período en el banco coincidió con la presidencia de los Valls Taberner, catalanes y miembros del Opus como él mismo, pero con quien tuvo algunos problemas de convivencia por los distintos enfoques del negocio que tenían.
Hombre de reflexión
La llegada a la cúspide de su carrera en el Popular se produjo, como hemos comentado antes, en 1966, cuando fue nombrado consejero delegado. Poco antes se había implicado en la creación de lo que hoy es el Instituto Español de Analistas Financieros (1965) y en los siguientes años sería pieza clave en la puesta en marcha de la patronal CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) y de la Asociación Para el Progreso de la Dirección.
Pero Termes no sólo era un hombre de acción, sino también de reflexión, porque dejó mucha impronta en el corpus teórico del pensamiento económico. Escribió una gran cantidad de libros, entre los que destacan por su influencia El poder creador del riesgo; Capitalismo y ética; Del estatismo a la libertad. Perspectiva de los países del Este; Desde la banca. Tres décadas de la vida económica española; Antropología del capitalismo: un debate abierto; Las causas del paro, y Desde la libertad. También fue el director de la obra colectiva Libro blanco sobre el papel del Estado en la economía española. En la mayoría de sus escritos dejó patente su ideología liberal y, además, fomentó el conocimiento de la obra de Fiedrich von Hayek en el Estado.
En el momento de su muerte, acumulaba gran cantidad de reconocimientos y filiaciones, entre los que destacan la pertenencia a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ya la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, la condición de caballero de la Legión de Honor Francesa y la posesión de la Gran Cruz de la Orden de la Orden del Mérito el Sabio.