De toda la vida

Ikea y Pedro Sánchez compran en El Marco de Oro

La histórica tienda de marcos resiste en pleno centro de Barcelona

Los propietarios de El Marco de Oro, Carlos y Joan Puigsech.
01/05/2025
3 min

BarcelonaUn nuevo cliente encarga cincuenta enmarcados de cuadros en El Marco de Oro. Vale, ningún problema. La sorpresa llega cuando descubren la dirección de envío. Las oficinas de Ikea en Madrid. Caram, con la cantidad ingente de marcos que deben vender, es muy elocuente que encarguen el encuadre fuera. Buscan calidad, claro, necesitan la garantía del experto, del que trabaja fino, el enmarcador a medida que no falla. En el comercio, como en la vida, es impresionante la paradoja inesperada. Y descriptiva, sobre todo muy descriptiva.

Marco de Oro, en el centro de Barcelona, ​​en la calle Pau Claris con Valencia, desde 1939, de la familia Puigsech, es referencial dentro del oficio, y hoy los hermanos Carlos y Joan Puigsech son la tercera generación. El negocio lo abrió su abuelo en 1939, época complicada, posguerra dura, y tiempo con una concepción del comercio que nada tiene que ver con la de hoy. Tú me traes unos cuadros para enmarcar y yo te regalo una de mis pinturas. Intercambio, cooperación, resistencia. En esos primeros años, el negocio también incluía la venta de productos de temática religiosa. Hoy ya aparcados, pero todavía quedan algunos vestigios en las paredes y vitrinas de la tienda. Ah, y también menaje del hogar, vajilla, batería de cocina y algo de joyería. La clientela era variada y diversificada. Desde particulares a galerías de arte que les encargaban el encuadre de cuadros para las exposiciones. De hecho, en el piso superior del local se habían realizado también exposiciones. Aún conservan también la escalera y el rótulo que lo acreditan.

¿Cuál es el encargo más habitual hoy en día? Pues todavía el cliente particular que desea enmarcar un cuadro o cartel. Conviene entonces elegir el estilo, la moldura, si se quiere madera o metal y poco más. En tiempos pasados, el vecindario del Eixample era predominante. Ahora, se estila mucho al recién llegado que desea decorar la casa. Todo suma.

El escaparate de la tienda El Marco de Oro.
Los marcos de la tienda El Marco de Oro.

Para este tipo de perfiles, desde hace ya unos años la tienda cuenta con un interesante stock de reproducciones de carteles antiguos, tanto publicitarios como temáticos, hechas con chapa o madera. Desde Tintin a la Montesa, pasando por Marilyn y todos los mitos de Hollywood. Hay habituales pasavolantes que quieren solo fotografiar el interior: "¡Eh! Que eso no es un museo, ¿eh?", advierten bromeando. También clientes que deseen reemplazar un cristal roto, algunos trabajos de restauración de marcos antiguos y marcos de sobremesa para hacer lucir las fotos familiares y los recuerdos de infancia. ¡Ah! Y parece mentira, pero todavía se estila la enmarcación de objetos. No de los tiempos en los que se hacían enmarcar abanicos y pistolas, pero los mundos de la memorabilia y la nostalgia vintage son inescrutables.

Un oficio exigente

"Somos como un dinosaurio", reconocen los hermanos Puigsech. Un irreductible que se resiste a marcharse: "Cuando tengamos que plegar, lo haremos sin lamentación ni pesar". Aún no tienen claro si tendrán relevo generacional, pero tampoco les preocupa demasiado. Coinciden con una opinión de consenso en el oficio de tendero: el trabajo de cara al público es exigente y desgasta. No se publicitan mucho ni apuestan por la venta online. "Para enmarcar hay que ver qué quieres, elegir, decidir en persona". ¿Qué puede valer enmarcar un cuadro o cartel? Depende mucho, precisamente, de la elección que hagas. Puedes gastarte entre sesenta y cuatrocientos euros. Para todo tipo de bolsillos, demandas y preferencias.

Placas en tienda El Marco de Oro.
Carteles antiguos en tienda El Marco de Oro.

Se podría decir que semana sí y semana también tienen propuestas para la venta del local, en un chaflán extremadamente goloso, junto al Modernismo del paseo de Gràcia. Ninguna oferta les ha hecho el peso. en el mismo local para el encuadre in situ. ¿Clientes ilustres? Uy, mucha variedad. Los Puigsech son discretos, no quieren hablar más de la cuenta. Sólo mencionan a uno, Pedro Sánchez, que les compró una selección de carteles publicitarios.

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