Según Donald Trump, no es justo que España gaste tan poco en defensa. En 2024 nos situábamos en cerca de los 20.000 millones de euros, en torno al 1,3% del PIB. Ahora bien, según los compromisos de la OTAN debemos alcanzar el 2% en 2029, es decir, hasta los 36.500 millones de euros. Considerando el dinero que se gasta en armamento, ¿somos conscientes realmente de qué se gasta el gobierno nuestros impuestos?
El presupuesto público estatal total ronda los 600.000 millones de euros. De éstos, más de la mitad se destina a protección y promoción social, donde, por ejemplo, las pensiones representan unos 200.000 millones (34%) y el paro y otras ayudas reciben 44.000 millones de euros, un 7,5% del total. A estas partidas les sigue la deuda pública. Anualmente, destinamos 30.000 millones de euros (5%) a devolver la deuda y pagar los intereses correspondientes. ¿Sabías que de acuerdo con la Constitución, lo primero que debe pagar el Estado son los intereses de la deuda, por encima de todo el resto de gasto público?
Ahora puede pensar que ya es el turno de la sanidad y la educación, pilares del estado del bienestar. Pues no, antes hay otros mayores gastos como la defensa (2%), los servicios generales del estado (1,6%) o la energía (1,5%). De hecho, en la aportación que proviene del Estado y sin contar la de las comunidades autónomas, la sanidad sólo representa el 1,1% del total, y la educación, el 0,8%.
Sin embargo, los impuestos no llegan para pagarlo todo. En el 2023, España tuvo un déficit del -3,5%, es decir, faltan 52.000 millones de euros por cubrir del presupuesto que sólo pueden venir de dos puestos: o de la deuda o de los recortes. Cada segundo que pasa, la deuda pública aumenta en unos 2.500 euros o lo que viene a ser lo mismo: 200 millones de euros al día, con sus correspondientes intereses, que cada vez se hacen mayores al ser mayor el pasivo. Si debemos incrementar el presupuesto de la deuda y de defensa, ¿qué nos quedará para sanidad y educación?
