Homenotes y danzas

El industrial eléctrico que puso la semilla de Siemens y Philips en Cataluña

Muntadas también impulsó el funicular del Tibidabo y presidió Fomento durante la Semana Trágica

Lluís Muntadas y Rovira
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A principios de junio de 2022, dedicamos una entrega de esta serie a hablar de Werner von Siemens, un emprendedor alemán que montó un pequeño negocio de construcción de líneas de telégrafo y que, con el paso de las décadas, se convertiría en la multinacional Siemens que todos tenemos presente. Pero en ese texto no empezamos hablando de él, sino de la persona que fue clave para que, en 1910, Siemens se instalara en Cataluña. Este hombre era Lluís Muntadas Rovira, de la familia de los propietarios de La España Industrial, pero que –como dijimos en aquella ocasión– tenía sus propios planes.

  • (1865-1911)

La firma textil La España Industrial ha sido una de las mayores empresas de la historia de Cataluña y hoy en día ha dejado huella en la ciudad de Barcelona a través de un parque que está junto a la estación de Sants. Seguramente Muntadas pudo dedicarse a trabajar cómodamente en la empresa familiar, pero después de estudiar ingeniería –primero en Barcelona y más tarde en Suiza– y de trabajar en la Compagnie del Industria Éléctrique de Ginebra, en el regreso a Barcelona (1890), montó un pequeño negocio de material eléctrico gracias a las patentes. Aquel embrión evolucionó hacia una empresa de mayores dimensiones que, precisamente, se llamó La Industria Eléctrica, fundada en 1897. Allí fabricaba motores eléctricos y hacía instalaciones. La fábrica estaba situada en el Eixample, pero en 1908 abrió unas nuevas dependencias en Cornellà de Llobregat.

Ese mismo año hizo una incursión en el mundo de la iluminación, mediante la creación de la empresa Lámparas Z, de bombillas, que fue una marca emblemática durante mucho tiempo. Este negocio fue montado en colaboración con Roger Clinchant de Milly, un empresario francés. La fábrica estaba en la Gran Via, muy cerca de la plaza de toros de Las Arenas. En paralelo, fundó la Compañía de Cables Eléctricos, que en 1913 fue adquirida por la Pirelli después de pasar fugazmente por manos francesas.

Antes de todo esto, en 1901, se implicó de manera decisiva en la construcción del funicular del Tibidabo, cuya sociedad promotora habían constituido el dr. Salvador Andreu Grau y Romano Macaya Gibert, dos de los patricios más relevantes del momento. Por cierto, en ese proyecto también tomó parte la multinacional Siemens, de la que hemos hablado al principio y que hablaremos más adelante.

En 1910 vinieron grandes cambios, porque La Industria Eléctrica fue absorbida por la Siemens, que en ese momento era dirigida por el hijo mayor del fundador, Arnold von Siemens. Unos años más tarde ya había más de seiscientos trabajadores y después de la Segunda Guerra Mundial esta cifra se dobló. En la década de los setenta, la fábrica se había convertido en una de las principales plantas de productivas de Siemens fuera de Alemania.

Pero que la empresa local que había fundado Muntadas se integrara en una gran multinacional no fue un caso único, porque el otro negocio que había creado, Lámparas Z, entró a formar parte de la Philips en 1920. Poco después de la muerte de Muntadas, su yerno de la empresa –que había heredado la compañía– esa colaboración se pasó a una participación accionarial que desembocó en la propiedad total por parte de Philips.

Justo cuando estaba traspasando la propiedad de La Industria Eléctrica a los alemanes, recibió una oferta del propio Frederick Stark Pearson por ser el número dos de la empresa que estaba a punto de nacer, la Barcelona Traction (más conocida como La Canadiense), una compañía de la que hemos hablado en numerosas ocasiones.

La inquietud empresarial de Muntadas también se canalizó a través de la patronal Foment del Treball, de la que fue presidente entre 1907 y 1911, pocos meses antes de su muerte. Quien le sustituyó en el cargo fue Lluís Sedó Guixart, de quien hablamos en esta misma serie a finales de febrero del 2022. Durante su mandato le tocó tener que convivir con la Semana Trágica de Barcelona (1909), que alteró por completo la vida de la capital catalana. También en este período apoyó la creación de la Sociedad de Protección Mutua de Tejedores de Algodón, un lobi que intentaba dar cobertura a los empresarios del sector y que, por iniciativa de Muntadas, hizo expediciones comerciales al norte de África.

Cuando murió, con sólo cuarenta y seis años, los obituarios destacaron su ingente labor, para conseguir buenas relaciones con los distintos gobiernos españoles, así como su ideología regionalista.

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