Una iniciativa interesante: la SETT
En 2000 la UE, con la declaración de Lisboa, se fijaba el objetivo de convertirse en "la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo". Ya hemos llegado al 2025 y no lo somos. Pero sí somos una economía basada en el conocimiento, ya que, como en todas partes, éste impregna todo lo que nos rodea. Es lo que nos da prosperidad y bienestar. También dolores de cabeza. Para Europa el reto exigente es hoy si seremos productores significativos de conocimiento y si, con las muchas palancas de que disponemos, lo sabremos aprovechar para generar propiedad intelectual (PI) de alto valor, así como la actividad económica que la rentabilice. Las agendas de la competitividad y de la de soberanía estratégica convergen en ese objetivo.
En España es lo mismo, salvo que la soberanía estratégica tiene más sentido en el ámbito europeo que simplemente español. El objetivo para España debe ser integrarse bien en las cadenas de valor europeas, creando puestos de trabajo cualificados y con buenos sueldos.
Para promover este objetivo es necesario que nuestras autoridades estimulen la extracción de conocimiento del ecosistema de investigación, a fin de generar PI (patentes) e impulsar start-ups y scale-ups. Esto pide ayudas públicas, sobre todo en las fases tempranas, y por tanto arriesgarse. Si la ecuación riesgo-rendimiento siempre se resuelve con subvenciones, las ayudas serán demasiado costosas para las administraciones públicas. Si siempre se resuelve en préstamos, aunque sean blandos, las ayudas serán demasiado costosas para el receptor privado. Un buen compromiso es contar con un instrumento que permita compartir riesgo: aportaciones de capital. Sin embargo, en España no tenemos suficiente experiencia con esta tipología de ayuda.
Dicho esto, tenemos ahora una iniciativa interesante de este tipo. Le ha propiciado la decisión de asignar una cantidad considerable de los recursos disponibles de los fondos europeos Next Generation a la transformación tecnológica. El 30 de julio de 2024 se constituyó para su gestión la Sociedad Española por la Transformación Tecnológica –SETT– dependiendo del ministerio para la Transformación Digital. Dispone de unos 16.000 millones de euros en invertir en deep tech y audiovisual.
De su página web deduzco que en estos momentos el SETT ha distribuido 381 millones de euros entre fondos de capitales riesgo (200 millones), siete empresas y (con 62 millones) un programa de chips fotónicos asignado a una red de centros de investigación (que incluye el ICF0). Empresas y redes se reparten en siete autonomías, que serían ocho si tuviera en cuenta una inversión ya decidida (la implantación de IMEC en Málaga) pero que todavía no ha recibido fondos. La empresa donde más se invierte es Multiverse Computing (60 millones), seguramente el mayor éxito hasta ahora de una scale-up española en deep tech. En Catalunya han recibido a Sateliot (13,8) y Wallbox (8,4).
Mis conclusiones
1. Es importante, como precedente, que esta iniciativa funcione bien. No será fácil porque se tendrá que distribuir mucho dinero en poco tiempo. La cantidad total es de un orden de magnitud considerablemente superior al ya distribuido. Dadas las dudas sobre la capacidad de la administración de ejecutar no me cabe duda de que se ejecutará hasta el último euro. La cuestión es si se va a hacer bien. Lo veremos con el tiempo. Hay que decir que es importante que el SETT constituya una buena cartera de participadas, pero más allá, también lo es que sea capaz de evitar tics intervencionistas o administrativistas a la hora de gestionarla.
2. El primer año ha sido de aprendizaje. Parece claro que el gasto en empresas no va a continuar y que la inversión se orientará hacia fondos, lo que es sensato porque los fondos tienen la experiencia necesaria para seleccionar bien. También aleja el proceso de selección de consideraciones políticas y territoriales.
3. Ahora bien, sí existe una consideración territorial relevante. Por mejor uso que haga, el objetivo del SETT no puede ser sólo maximizar ingresos. Debe ser primordialmente el de generar buena actividad económica en España. La vía de los fondos mejora la rentabilidad esperada de la cartera, pero tiene mayor riesgo en términos de impacto económico en España. El dilema: ¿confiamos en la calidad de nuestros proyectos y asumimos el riesgo o vamos sobre seguro y seleccionamos los fondos para evitarlo?