Periscopio global

¿Quién se ha llevado mi queso? Historia de una estafa de 22 toneladas del mejor cheddar

Desaparece un cargamento de 360.000 euros que, presuntamente, debía inundar a Francia de uno de los más típicos productos ingleses

Tienda de Neal's Yard Dairy en Covent Garden, en el centro de Londres.
29/10/2024
4 min

Londres"¿Qué ocurre con el agujero cuando el queso desaparece?" La cita es de la pieza teatral de Bertolt Brecht Santa Juana de los Mataderos, una obra crítica con el capitalismo, la industrialización y los sistemas económicos que generan valor a través de las pérdidas. En el momento de escribir la frase, Brecht tenía en el buche o en la cabeza el referente de quesos suizos como el emmental y el gruyère.

El proceso de elaboración incluye la acción de bacterias específicas (por ejemplo, el Propionibacterium freudenreichii) que producen dióxido de carbono durante la fermentación: el gas queda atrapado dentro del queso y forma los típicos agujeros, llamados también ojos. La metáfora filosófica y política del dramaturgo alemán reflexiona sobre la naturaleza de la ausencia y cómo ciertas entidades o conceptos sólo existen en relación con los demás: queso y agujero, por supuesto; trabajo y capital, ¿acaso?

Pero el autor de la famosa Ópera de tres reales no podría haber escrito tan ingeniosa frase si hubiera tenido en la boca un pedazo de cheddar, uno de los más tradicionales quesos de las islas Británicas, originariamente del condado de Somerset, pero que también se produce en Devon, Dorset y Cornualles, igualmente al sur- oeste de Inglaterra, y en alguna zona muy reducida del País de Gales. Una de las etapas de la fabricación de este tipo de queso incluye un procedimiento llamado cheddaring: la cuajada se corta, se apila y se prensa para sacar todo el exceso de suero y evitar que se formen bolsas de aire o gas. Esto da como resultado un queso denso, compacto y sin agujeros, que puede ser suave, medio, maduro, extra maduro o vintage, según el tiempo de curación.

Casi cien años después del estreno de Santa Juana de los Mataderos, Bertolt Brecht pudo reformular su frase en los siguientes términos: "¿Quién pagará las 300.000 libras que cuestan las 22 toneladas de queso cheddar que han desaparecido?" Y es que más allá de la atención del público sobre el inminente primer presupuesto de un gobierno laborista desde 2009, que se conocerá esta semana, y que determinará a quién subirán los impuestos ya quién no, sobre las elecciones en Estados Unidos o la guerra de Gaza o la de Ucrania, buena parte de la conversación pública en Reino Unido de los últimos días la ha acaparado el gran robo de queso que ha sufrido uno de los más prestigiosos vendedores al por menor del país.

Un 'fishing' muy sofisticado

Todo ello ha sido un fishing muy sofisticado. Quizá el importe económico del robo no parezca muy elevado –300.000 libras, 360.000 euros– comparado con otras estafas de suplantación virtual, pero por las dimensiones del negocio de la empresa estafada, el perjuicio es significativo. Neal's Yard Dairy, con cuatro tiendas en Londres –en el Borough Market, en Covent Garden, en Islington y en Bermondsey– envió 950 ruedas de cheddar de 24 kilos a los ladrones, que se habían hecho pasar por un también muy conocido importador y vendedor al por mayor para minoristas, que supuestamente debía inundar Francia del mejor queso inglés.

Tienda de Neal's Yard Dairy en Covent Garden, en el centro de Londres.
Una selección de cheddar de Hafod, como se vende en Neal's Yard Dairy, en el centro de Londres.

Neal's Yard Dairy quizás vio en la operación un triunfo cultural y gastronómico sobre el gran rival del otro lado del canal de la Mancha y cayó a cuatro patas en la trampa. Que los estafadores con los que trataron a los responsables de Neal's Yard Dairy fueran unos connoisseurs del mundo del queso lo hizo todo mucho más creíble.

La empresa ha comunicado que satisfará la factura de los pequeños productores artesanos –Hafod Welsh Organic Cheddar, Westcombe Cheddar y Pitchfork Cheddar– pese a “el golpe financiero significativo” para su balance. "Nuestra prioridad es compartir abiertamente lo que ha pasado y prevenir que pase a más empresas", han admitido en un comunicado doloroso pero sincero. 15 a 12,90 libras (8,60 y 15,50 euros)

“Instamos a otras pequeñas empresas de nuestro sector a ejercer una precaución extrema cuando traten con clientes nuevos o desconocidos, incluso aquellos que parecen creíbles. nuestra experiencia esperamos ayudar a proteger a la comunidad más amplia de pequeños productores y distribuidores ya asegurar el desarrollo continuo de este sector vital y delicado”. décadas se ha convertido en un defensor del queso británico e irlandés a ultranza. No encontrarán ninguna clase que no sea de las Islas. ser víctima de una estafa, pero lo cierto es que el mundo del queso artesano es un espacio donde la confianza está profundamente integrada en todas las transacciones. La ruptura de la confianza de este cliente fraudulento es una violación de la atmósfera de buena fe y respeto... En nuestro mundo la palabra es el vínculo".

Una celebridad de la cocina y la gastronomía tan conocida como el cocinero Jamie Oliver se ha implicado en el asunto, hasta el punto de hacer un llamamiento a su cuenta de Instagram para identificar a los ladrones, sin poder evitar un juego de palabras: “En un giro impactante de los acontecimientos, Neal's Yard Dairy ha sido víctima de un atraco descarado de proporciones épicas. premium, por valor de 300.000 libras han desaparecido, dejando el mundo del queso [artesano] tambaleándose. Se recomienda a los entusiastas del queso que desconfíen de cantidades sospechosamente importantes de cheddar premium en el mercado negro. Recuerde, si el acuerdo parece demasiado gouda [good; bueno] por ser cierto, probablemente lo será! ¡Vamos a encontrar a los ladrones!" La policía ha abierto una investigación, pero de momento no hay ninguna pista sobre el destino del cheddar. Los especialistas del sector creen que puede acabar en Rusia o en algunos estados del golfo Pérsico.

Hace unos años se popularizó un libro que se titulaba ¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson, una fábula sobre cómo la adaptabilidad a un mundo en constante cambio y evolución permitiría conseguir lo que se deseaba. Los productores de quesos artesanos y los vendedores al por menor tendrán que adaptarse a los nuevos entornos virtuales y dejar de pensar que en el siglo XXI la palabra es una especie de vínculo sagrado en su negocio.

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