ARTE

Los marchantes y coleccionistas de arte se vuelven 2.0

Una alemana y una catalana fundan Artig Gallery, una galería de arte virtual que quiere aprovechar el 'e-commerce' para modernizar el sector del arte

Natàlia Vila
2 min
Los marchantes y coleccionistas de arte se vuelven 2.0

La venta online de arte se triplicará en los próximos tres años y la facturación a través de la red pasará del 7% actual al 20% del total. Estas son las previsiones de la aseguradora internacional especializada en seguros de arte y altos patrimonios Hiscox, que evidencian que los inversores y los marchantes se modernizan y buscan nuevos canales. "Es un mercado que ha crecido mucho en los últimos cuatro o cinco años, y vi una opción clara de negocio", explica Greta Schindler, una alemana afincada en Barcelona que no ha querido dejar pasar la oportunidad.

Esta aficionada al arte y licenciada por Esade convenció a una compañera catalana que ahora vive en Alemania para poner en marcha Artig Gallery, una galería de arte comisariada completamente online. “Hice un máster en arte en el que vi que hay grandes artistas que no pueden vivir de esto porque no encuentran un canal para comercializar sus obras”, explica Schindler. El auge del comercio online y el contacto con artistas terminaron de dar forma al proyecto.

La web se puso en marcha el pasado verano en fase de pruebas y este enero ha empezado a vender. “Esto nos permitió ver si el proyecto tenía sentido y feedback fue muy bueno, tanto por parte de los artistas como de los coleccionistas”, explica la fundadora de esta innovadora galería. Lejos de generar reticencias, la aceptación se ha extendido rápidamente: “Estar online nos ha permitido tener ventas en todo el mundo en muy poco tiempo; hemos vendido obras en casi todos los países europeos, sobre todo en España y Alemania”, explica Schindler. El importe medio de las ventas varía en función de cada país: “Los países nórdicos compran obras por importe medio de 1.500 euros, mientras que en España y Portugal se quedan en 400”, explica la galerista. Entre los clientes se encuentran jóvenes amantes del arte, acostumbrados a comprar por internet, pero también coleccionistas expertos que buscan en la red jóvenes promesas y obras para invertir que con el paso del tiempo, y suerte, se revalorizarán.

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