Marina Porras: "No ahorro lo suficiente porque no estoy lo suficientemente pendiente"
La crítica literaria y librera explica cómo es su relación con el dinero y el trabajo
Crítica literaria, librera, profesora asociada en la Universidad Pompeu Fabra, pero, por encima de todo, Marina Porras (Rubí, 1991) es una amante de la literatura. Cuando tenía sólo cuatro años, su madre abrió una librería y desde entonces que vive dentro del universo literario. "Cuando tenía quince años abrí un blog y empecé a escribir textos sobre libros, críticas y reseñas. Entonces, empecé a hacer colaboraciones gratuitas y poco a poco empecé a tener alguna remunerada". Porras lo compaginaba vendiendo libros en el negocio familiar. "Recuerdo que cuando éramos bastante jóvenes no trabajaba mucha gente de mi entorno, entonces yo tenía un amigo que trabajaba en una academia de música ya los dos nos daba mucha seguridad y mucha libertad tener nuestro dinero para ir al cine o comprarnos algo", explica.
Poco a poco fue creciendo dentro de ese sector y se hizo autónoma. "Es verdad que al principio yo cogía más colaboraciones, aunque no me cuadraran exactamente. Ahora, en cambio, cuanto más trabajo tengo, más capacidad de elegir dispongo", dice. Con los años, se ha ido especializando. Sin embargo, es muy difícil dedicarse únicamente a escribir. "Uno de mis caos fundamentales es que tengo muchos trabajos, siempre en torno a los libros, pero de naturaleza muy diferente. Tres días a la semana tengo clase en la Pompeu, y algunas tardes voy a la librería. Entonces, los otros trabajos y colaboraciones necesariamente deben hacerse por la noche. Con horarios locos, es la única manera, es la única manera, es la única forma," de comunicación.
Las colaboraciones son siempre sobre literatura, pero son muy diferentes entre ellas: "No es lo mismo que te encarguen un prólogo y que tengas que estar trabajando con un libro o con un autor, escribiendo y investigando, que ir al 3/24 a hacer una sección de diez minutos. Y es la cosa esa tramposa que cuando el trabajo te gusta, como a mí, estudiar refiriéndose a lo que cobra por hora. Y sigue: "Quizás hay una colaboración que te supone dos días de trabajo que te pagan lo mismo que una colaboración que requiere meses de trabajo". De hecho, hay colaboraciones que se podrían "quitar de encima rápido", pero como quiere hacerlo bien y le gusta mucho, dedica mucho tiempo. "Es un privilegio trabajar de algo que te gusta en serio", explica. Lo mismo ocurre con la preparación de las clases: puedes dedicarle más o menos tiempo en función de la calidad que quieras ofrecer, "no es una ciencia exacta", pero cuando te esfuerzas tiene recompensa. "Una de las cosas más bonitas de mi trabajo es ver a exalumnos que te agradecen el trabajo y que hacen cosas relacionadas con la literatura".
Pero lo peor es el papeleo. "Los autónomos estamos absolutamente maltratados por las administraciones públicas. Tienes la sensación de que estás trabajando para pagar las cosas, que te están ahogando y que te ponen todas las trabas posibles", añade. De hecho, defiende que este modelo "desincentiva" a la gente que quiere apostar por proyectos propios.
Gestionar una librería
En el caso de la vertiente literaria, es importante buscar el equilibrio por tener estabilidad económica. "A mí me gusta mucho el trabajo de la librería, pero como cualquier trabajo de actividad comercial, tiene unos horarios estrictos y exigentes. Como realmente ese dinero me da mucha seguridad y mucha libertad, lo tengo muy en cuenta", explica. Aunque no se considera una gran ahorradora, intenta tener un rinconcito para no tener que realizar trabajos que no le gustan simplemente por el dinero. Por otra parte, no considera que tenga grandes gastos. "No ahorro lo suficiente porque no estoy suficientemente pendiente. Como tengo este caos de vida, no soporto tener que estar mirando al detalle qué gasto tengo, pero sí intento no ir justo", confiesa. Su capricho es la comida y asegura: "Cuando puedo ir a buenos restaurantes y gastar dinero, no me sabe mal. Tampoco me sabe mal gastar dinero con libros. Tengo una biblioteca que está muy bien. Es un lugar donde se ha invertido dinero y estoy contenta de cómo ha quedado".
Por lo que respecta a la vivienda, desde que se independizó siempre ha vivido de alquiler en pareja, primero en Rubí y actualmente en Barcelona. Le gustaría comprarse un piso si tuviera el dinero. "Es una gran decisión. Y con eso me da miedo equivocarme", declara. Porras se ve dedicándose siempre a los libros: "Mi premisa es tener más tiempo para leer y escribir."