Oportunidades perdidas con la reforma del ITP

Esta semana el tema estrella es el ITP –o el impuesto de transmisiones patrimoniales– que debemos pagar cuando queremos comprar un piso de segunda o posterior transmisión. Los nuevos pisos están sometidos al IVA del 10%. Hasta ahora, el ITP era del 10% de forma general y del 5% para jóvenes menores de 32 años. Ahora bien, el Govern ha acordado una modificación para Cataluña que eleva el 5% hasta los 35 años, se crean tramos del 10% al 13% en función del importe de la vivienda y se eleva hasta el 20% en el caso de los grandes tenedores.

Empecemos por las oportunidades de los jóvenes. Reducir el impuesto es un gran acierto, pero sólo para quienes ingresan menos de 36.000 euros brutos al año; es decir, 2200 euros netos al mes. Siempre me he hecho la siguiente pregunta: si ahora ya pagas un alquiler (con el que se va la mitad del sueldo) y vives en el día a día, ¿cuándo puedes ahorrar para la entrada de un piso? Piense que por un piso de 250.000 euros la entrada es de 50.000, aparte de los gastos y los impuestos (unos 30.000 más). Por tanto, ampliar la edad hasta los 35 me parece un acierto, a condición de que se amplíen también los ingresos que recibe la persona. Ampliar el rango de edad deja más tiempo para ahorrar los recursos necesarios para hacer frente a la compra.

El 35% de las viviendas compradas en el Estado en el último año no necesitaron hipoteca, y seguramente la gran mayoría son de inversores que no dude en que, de algún modo, se saltarán pagar el 20% del impuesto. La duda que me queda es la siguiente: si somos conscientes de las dificultades de acceso a la vivienda, ¿por qué no hemos aprovechado que subamos el impuesto por la parte alta para reducirlo por la parte baja y favorecer que las personas compren su vivienda habitual? En la Comunidad de Madrid pagan al menos un 6%; en nuestro país empezamos al 10%.