La vencedora de las galletas Trias
Maria Trias, la primera mujer que dirige la empresa, ha superado la compra de la mitad de la compañía y cinco años de caída de ventas
La primera vez que Maria Trias trabajó en la empresa de galletas familiar -que en ese momento se llamaba Néts Trias y está situada en Santa Coloma de Farners- no le gustó. Corría el año 1996 e hizo una sustitución de una administrativa que estaba embarazada. Cuando se acabó la sustitución, Maria comunicó a su padre que se iba, que quería conocer mundo. Con la carrera de empresariales terminada, trabajó en el área de exportación en empresas de muebles de caña, de carrocerías de autocares y de cajas de seguridad para hoteles de lujo, además de estar un tiempo viviendo en Inglaterra para perfeccionar el inglés. Pero tres años más tarde su padre, Joaquim Trias, que dirigía el negocio con su hermano Salvador, le pidió que volviera, "que necesitaba una mano". "Mi idea no era trabajar en casa, sino en el extranjero", recuerda.
En ese momento, en la empresa también trabajaba su primo y, unos años después, se incorporó su hermano. "No nos poníamos de acuerdo sobre qué línea debía seguir el negocio", explica. Al final de una negociación larga, en 2007 su padre compró la otra mitad de la empresa al hermano. "Fue emocional y económicamente duro", asegura.
La nueva etapa la empezaron con un cambio de nombre del negocio: Trias Galetes y Biscuits. “Cookies, porque somos catalanes, y añadimos biscuts con el objetivo de internacionalizar el negocio”, explica. Ella se puso al frente de la empresa con su hermano y la ayuda de su padre. Pero la familia también llevaba la pastelería Trias que, de hecho, es donde empezó su negocio familiar. Su hermano no podía asumir la dedicación que requerían ambos negocios y decidió ocuparse exclusivamente de la pastelería. "A diferencia de la mayoría de negocios familiares, donde cuando pasan de generación en generación salen nuevas ramas para salir adelante, yo me quedé sola, con la ayuda eso sí de mi padre", puntualiza.
Si la situación no era suficientemente complicada, la compra de la empresa coincidió con la entrada de la crisis económica. Los primeros años los superaron, pero a partir de 2010 las ventas cayeron en picado hasta 2015. “Fue el peor momento”, recuerda. Para minimizar el golpe, optó por lanzar al mercado formatos más pequeños a precios más económicos. En 2016 empezó una remontada que todavía dura. Ese año espera cerrar con un crecimiento de ventas del 5% y una facturación de unos 3,5 millones de euros.
Tiene claro que el futuro pasa por aumentar la exportación y crear nuevos productos ecológicos para captar a un público más joven. Actualmente galletas Trias exporta un 8% de la producción y tienen como mercados consolidados la zona de Hong Kong, Estados Unidos, Inglaterra y algunos países sudamericanos como Chile y Guatemala. Y pronto entrarán en Francia. "Nuestro principal mercado, con todo, es Cataluña", asegura. En cuanto a productos, ya trabajan con nuevas galletas en las que incorporan ingredientes como el té verde.
La pastelería que también sale adelante. Es donde se hicieron las primeras galletas. Abrió sus puertas en 1908 cuando el bisabuelo, Joaquim Trias, alquiló el local. "Comenzó a hacer galletas con sólo cuatro ingredientes". A finales de la década de los 70, la segunda y tercera generación decidieron introducir un giro al negocio y abrir una fábrica en la que sólo se hicieran galletas para comercializar en supermercados. "Se acababa la dictadura y se empezaban a abrir grandes superficies", explica Maria Trias. La fábrica fue una realidad en 1978 y la situaron, también, en Santa Coloma Farners. Para dar a conocer el negocio, padre y tío empezaron a ir a ferias internacionales como Nueva York y Japón. Al principio la fábrica salió adelante con los ocho trabajadores que estaban en la pastelería y que le dedicaban una parte de la jornada laboral. Pese a los obstáculos, ahora la plantilla está formada por 40 personas, con Maria Trias al frente, la primera mujer de las cuatro generaciones.