Comercio exterior

Las exportaciones catalanas mantienen el ritmo de récord, pero el déficit comercial se dispara

La debilidad del euro complica la situación en el contexto inflacionario de los productos energéticos

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Moltes exportaciones se hacen en contenedores a través del puerto de Barcelona.

BarcelonaLas exportaciones catalanas mantienen ritmos récord: entre enero y mayo llegaron a los 38.095 millones de euros, un 17% más que un año atrás. Esta cifra supone el 24% del total de las exportaciones españolas, según los datos proporcionados por el ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Ahora bien, si las exportaciones crecieron un 17%, las importaciones lo hicieron un 28%, hasta superar los 45.536 millones de euros, un 28% más respecto al año pasado.

Esto implica que el déficit comercial –la diferencia entre lo que importa y lo que exporta un territorio– se ha disparado y se ha situado en 7.442 millones, muy por encima de los 2.984 millones que hubo en los primeros cinco meses del 2021. Lo mismo pasa en el conjunto de España, donde el déficit supera los 26.500 millones de euros, un 500% más. Este incremento del déficit se debe, principalmente, al aumento de los precios de la energía, que ha encarecido el coste de comprar al exterior productos como el petróleo y el gas.

"España es un importador nieto de productos energéticos, de forma que este incremento del déficit comercial es normal, y todo apunta que durante meses se seguirá esta tendencia", explica Alfons Fernández, miembro de la Comisión de Economía Financiera del Col·legi d'Economistes de Catalunya. A la vez, este experto recuerda que los datos se dan respecto a los precios actuales, de forma que la inflación juega un papel muy importante. "No son los precios lo que nos interesa, son las cantidades. Estas cifras actuales no nos dicen que estemos exportando más, sino que los bienes son más caros", dice Fernández.

En la misma línea lo apunta el director general de Amec, Joan Tristany, que explica que "se tiene que tener en cuenta que la inflación explica parte del aumento de las exportaciones e importaciones". Aun así, "las empresas industriales han tenido un gran primer semestre en cuanto a pedidos. No obstante, hay mucha incertidumbre, y ven un segundo semestre muy diferente del que han vivido hasta ahora", dice Tristany.

Pros y contras de la debilidad del euro

La caída del euro, que ha logrado la paridad con el dólar, provoca dos escenarios enfrentados. Por un lado, reduce los precios de exportación desde Europa, cosa que hace más atractivo comprar aquí, sin embargo, por otro, encarece las importaciones. Según Tristany, el resultado de todo esto favorecerá las exportaciones europeas, una buena noticia ante la inestabilidad actual. "A pesar de que las importaciones en dólares se encarecen, la depreciación del euro reduce los precios de exportación desde Europa, esto conduce a un aumento en las exportaciones limpias –explica Tristany–. Y esto puede ser una buena noticia, puesto que la economía de la zona euro se está desacelerando de manera evidente. La industria y el mercado exterior de nuevo puede ayudarnos a salir adelante en un momento complicado".

El lado negativo de este contexto, sin embargo, es que un euro muy barato empeora el déficit comercial, según explica Alfons Fernández. "En el contexto inflacionista de los productos energéticos, la caída del euro perjudica la balanza comercial", avisa, porque los productos que España compra en dólares, que acostumbran a ser gas y petróleo, "ahora serán más caros".

Por último, el director general de Amec lo resume de la siguiente manera: "Mientras que en un escenario de estancamiento y precios bajos como el de hace siete años una depreciación drástica del euro habría sido una bendición para la zona euro, en un entorno como el actual no es tan claro que los beneficios superen los costes".

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