Grifols

Triunfo de Grifols en la UE: podrá pagar las donaciones de plasma

Los Estados miembros acuerdan que las farmacéuticas puedan costear los gastos de los donantes

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Una donante de plasma, en una imagen de archivo

BruselasNuevo paso adelante y casi definitivo de la normativa europea que permitirá a las grandes farmacéuticas recompensar a los donantes de plasma sanguíneo, lo que puede beneficiar (y mucho) al modelo de negocio de Grifols. Este miércoles los Estados miembros han acordado que en la Unión Europea se puedan pagar los gastos que los voluntarios deben asumir cada vez que realizan una donación, en la misma línea de lo que ya consensuó el Parlamento Europeo el pasado septiembre.

De esta manera, aunque el Consejo de la UE (los estados miembros) y la Eurocámara aún tengan que negociar el texto final de la nueva ley, ambas instituciones europeas coinciden en la voluntad de legalizar las recompensas a los donantes. Por tanto, aunque todavía falta cerrar de forma formal el texto legislativo final, ya es seguro en la práctica que las multinacionales del sector como la catalana Grifols, que hace medicamentos con las proteínas del plasma, podrán recompensar a los voluntarios que dan este componente sanguíneo .

Según el texto del acuerdo al que ha tenido acceso el ARA, "los donantes de plasma podrán recibir reembolsos de los gastos reales relacionados con la donación", como son "las pérdidas relacionadas con su participación". Esto puede ser, por ejemplo, el coste del transporte, de las dietas o, entre otros, de las horas perdidas en el trabajo. El total y el cálculo de las recompensas serán establecidos exactamente por los Estados miembros cuando transpongan la normativa europea a su legislación y deberán "incluir un límite que garantice la neutralidad financiera". Es decir, asegurarse de que ningún voluntario sale ganando dinero a la hora de realizar una donación.

La única diferencia entre el acuerdo del Consejo y el Parlamento Europeo es hasta que punto se restringe el cálculo de los pagos. La Eurocámara insiste en que los gastos que se puedan reembolsar se calculen mediante criterios objetivos y estandarizados, mientras que los socios europeos apuestan por un texto legislativo más ambiguo que da mayor margen a los estados a la hora de definir por qué y cuántos dinero debe pagarse por donación. Éste es el principal escollo que se prevé en las negociaciones entre ambas instituciones, porque fuentes europarlamentarias temen que algunos estados miembros aprovechen la brecha de esta indefinición para permitir que en la práctica los voluntarios acaben recibiendo más dinero del que les ha costado hacer la donación.

En todo caso, los Veintisiete –en la misma línea que la Eurocámara– incluyen en la normativa el hecho de que los estados deban informar de las condiciones generales que debe cumplir un donante para recibir compensaciones económicas y que se actualice "sin demora indebida si se modifican". Además, los gobiernos estatales "tendrán que tomar las medidas necesarias para garantizar que cualquier actividad, promoción o publicidad en apoyo de la donación de plasma no incluya los reembolsos como elemento promocional".

España y Alemania, dos visiones opuestas

Hay países, como España, que este semestre preside el Consejo de la UE, que tradicionalmente han sido muy estrictos en no pagar a los donantes de sangre o de plasma. En cambio, existen estados, como Alemania, que es el país más influyente de la UE, que son más flexibles a la hora de permitir que los voluntarios reciban cantidades más elevadas de dinero. De hecho, Alemania, junto con Austria, República Checa y Hungría, son algunos de los estados que hoy en día ya permiten compensaciones aprovechando el vacío legal a escala europea sobre las donaciones de plasma. A veces incluso en estos países los donantes acaban ganando dinero, lo que provoca un efecto llamada en ciudadanos de estados fronterizos con una legislación más restrictiva. acuerdo que permite compensaciones, pero no que el donante acabe saliendo beneficiado económicamente. Y, aunque se pretende que el altruismo siga siendo el móvil de los voluntarios, ahora tendrán más alicientes para dar plasma y, por tanto, Grifols tendrá más facilidades para conseguir ese componente sanguíneo, que ahora debe importar a mayores cantidades y a un precio más elevado de Estados Unidos.

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