La incierta recuperación tensa la política económica del gobierno

Calviño enmienda a Montero y dice que no habrá ninguna subida de impuestos “a corto plazo”

3 min
La ministra de Trabajo y nueva vicepresidenta tercera, Yolanda DÌaz, la ministra de Economía  y nueva vicepresidenta segunda Nàdia Calviño y la nueva ministra de Derechos Sociales Ione Belarra

BarcelonaLos anhelados milagros económicos de la primavera no han llegado todavía y esto complica especialmente el escenario en las economías más volcadas a los servicios y el turismo. Buena prueba de ello es el nerviosismo que parece haberse apoderado del ejecutivo español en los últimos días.

Este lunes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunciaba la comisión de expertos que afrontará el trance de armonizar los impuestos entre comunidades autónomas y anunciaba que el gobierno español ya incluirá en los presupuestos generales del Estado del año 2022 los cambios fiscales en tributos como sociedades, patrimonio o sucesiones. Esta armonización implicaba subir tipo a los impuestos y era la respuesta al dumping fiscal que se da como consecuencia de las diferentes políticas fiscales de las comunidades, y donde Madrid aparece como principal elemento distorsionador con su política de impuestos mínimos blindada por el efecto capitalidad.

Pero el anuncio no ha tardado en ser desmentido. Su compañera de ejecutivo y de partido, la socialista Nadia Calviño, era ayer mismo clara en una entrevista: “De ninguna forma estamos hablando de subir impuestos, y menos a corto plazo”. “Ahora bien, tenemos que modernizar nuestro sistema fiscal, hacerlo más sólido y progresivo”, añadía la titular de Economía.

Calviño, erigida como ariete del ala más liberal del PSOE y la más alineada con las viejas recetas de la austeridad que las instituciones mundiales denotan en la crisis actual, ha mantenido a lo largo de la legislatura choques públicos tanto con ministras de Podemos como Yolanda Díaz, la ascendente titular de Trabajo, como con socialistas, como es el caso de José Luis Escrivá.

Contexto electoral

La situación macroeconómica es extremadamente difícil de medir debido a la enorme dependencia de la economía mundial de fenómenos relacionados con la pandemia como por ejemplo el ritmo de vacunación, los problemas con las diferentes vacunas y la incidencia de la cuarta oleada que impactará directamente en la retirada de restricciones. A este escenario, además, hay que añadir un detalle más: Madrid celebra el 4 de mayo elecciones y uno de los grandes argumentos del PP es su laxa política fiscal, criticada desde multitud de ámbitos políticos y económicos pero aplaudida por los ciudadanos de Madrid.

Esta realidad demoscópica complica el debate fiscal en un gobierno que ha demostrado tener sensibilidades muy diferentes en la cuestión. Pero también esconde un hecho clave: cuando Calviño dice que no habrá subidas “a corto plazo” demuestra que el ejecutivo desconoce cuándo llegará el rebote de la economía que tiene que permitir acabar bien el año. La teoría clásica indica que en plena crisis no es aconsejable subir impuestos para no apretar más a ciudadanos y empresas, pero ahora mismo resulta muy incierto en qué momento se vivirá un clima de recuperación económica, hecho del que dependen no solo los presupuestos del 2022 sino toda la política del ejecutivo de Pedro Sánchez.

El BBVA ve un rebote del 5,5%

En este contexto, el centro de investigación del BBVA dejó ayer sin cambios sus proyecciones de crecimiento de la economía española para el 2021 y el 2022. El gabinete de estudios de la entidad financiera espera que el producto interior bruto español (PIB) aumente un 5,5% este año y un 7% el siguiente, las mismas cifras que en los anteriores pronósticos. Según el director de BBVA Research, Jorge Sicilia, hay factores que podrían conllevar una revisión a la baja de las previsiones. Los analistas del banco, sin embargo, consideran que se verán compensadas por mejoras a medida que pasen los meses.

La falta de ritmo en las vacunaciones y la llegada de nuevas oleadas de contagios en Europa son algunos elementos que llevan a la preocupación sobre el futuro inmediato de la economía española. Otros factores, como el crecimiento en China y sobre todo en Estados Unidos, así como la mejora en la campaña de vacunación a partir del verano, son notas de optimismo, según el banco. Por su parte, el responsable de análisis económico, Rafael Doménech, aseguró que prevé una aceleración de la actividad económica después del verano gracias a un repunte del consumo privado. Además, cree que políticas como las ayudas directas a los autónomos y los ERTE aportan “certeza” a los empleados y ayudan a mantener vivos puestos de trabajo. Así, ve positivo que el gobierno destine 7.000 millones de euros a subsidios directos a pymes y autónomos.

stats