El consumo y la inversión mantienen la buena marcha de la economía española en verano
El PIB del Estado crece un 0,6% entre julio y septiembre y se sitúa un 2,8% por encima de un año atrás
BarcelonaLa economía española siguió creciendo en verano a un ritmo claramente superior al de la mayoría de países europeos. La inversión de las empresas y el consumo de las familias fueron los dos principales motores del crecimiento en un momento en el que el sector exterior (exportaciones y turismo) frenó su actividad.
Así, en el tercer trimestre de este año el producto interior bruto (PIB, el indicador que mide el tamaño de una economía) de España se expandió un 0,6% respecto al trimestre anterior, mientras que si se compara con el mismo periodo de 2024, el crecimiento fue del 2,8%, según datos adelantados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística. En un comunicado, el ministerio de Economía ha destacado que el crecimiento "es el reflejo de la solidez del mercado laboral y del aumento del poder adquisitivo" de los ciudadanos y del "dinamismo de la economía española".
Las cifras representan una ligera ralentización respecto a las del segundo trimestre –cuando el crecimiento trimestral fue una décima superior, del 0,7% y el anual, tres décimas superior, del 3,1%–, pero se mantiene a un ritmo claramente superior al de las demás grandes economías europeas. Por ejemplo, Alemania, tradicionalmente la locomotora económica del continente, lleva tres años en una situación de casi recesión, mientras que los otros dos grandes países de la zona euro, Francia e Italia, registran tasas anuales de crecimiento que no llegan ni a la mitad del español.
De hecho, recientemente tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como elOrganización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han revisado al alza su previsión de crecimiento para España en 2025, a diferencia del Banco de España, que en junio las recortó.
El sector exterior resta
Los datos de crecimiento destacan aún más si se tiene en cuenta que el sector exterior (turismo y exportaciones) tuvo una aportación negativa en el crecimiento; es decir, disminuyó el PIB. Sin embargo, la fuerte demanda interna, impulsada por el consumo y la inversión, compensó con creces el bajón del sector exterior.
Por ejemplo, la actividad económica dentro del Estado aportó 1,2 puntos porcentuales al crecimiento de la economía respecto al trimestre anterior, pero el sector exterior le restó 0,6 puntos, lo que sitúa la tasa trimestral en dicho 0,6%. Asimismo, el aumento anual del 2,8% es fruto de 3,7 puntos aportados por la demanda interna, compensados por una disminución de 0,8 puntos de la demanda exterior.
Según el INE, en el caso del sector exterior las importaciones de bienes y servicios crecieron a un ritmo notablemente mayor que las exportaciones, que, sin embargo, también aumentaron. Respecto a un año atrás, las exportaciones se incrementaron un 3,2%, lo que supone un frenazo de seis décimas en comparación con el dato registrado en el segundo trimestre de este año. Por el contrario, las importaciones aumentaron un 6,1% anual, nivel similar al del trimestre anterior.
Este aumento de las importaciones a un ritmo más elevado que el de las exportaciones incrementa el déficit comercial español y explica por qué la aportación del sector exterior al crecimiento fue negativa.
El sector exterior incluye tanto la compraventa de bienes físicos en el extranjero como de servicios. Es decir, incluye como exportación el gasto de turistas extranjeros en territorio español y, como importación, lo que gastan los turistas españoles en terceros países.
El hecho de que España haya mantenido positivo el crecimiento de las exportaciones muestra que, de momento, está resistiendo los efectos de la guerra arancelaria iniciada con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Inversión disparada
Por lo que respecta a la actividad económica dentro del Estado, el consumo de las familias y, sobre todo, la inversión fueron los dos pilares del crecimiento español. En el caso de la inversión empresarial, destaca que creció un 1,7% entre julio y septiembre y un 7,6% respecto al mismo período de 2024. La debilidad de la inversión, sobre todo la productiva por parte de las empresas, había sido uno de los puntos flacos de la economía española desde la crisis financiera de 2008.
En cuanto a los hogares, consumieron un 1,2% más que en los tres meses anteriores (un 3,3% más que un año atrás), mientras que el gasto público creció un 1,1% trimestralmente y un 1,3% anualmente.
Por sectores, la construcción fue el que echó más, con una expansión de la actividad del 6,1% respecto a un año atrás. La industria creció un 3% anual y los servicios, que representan a más de dos tercios del PIB español, crecieron un 3,2%. Solo el sector primario sufrió un retroceso, del 2,2%.
Los datos publicados este miércoles por el INE son un primer anticipo, que la propia institución estadística confirmará y ampliará el próximo 23 de diciembre. Asimismo, la próxima semana el Idescat, la agencia estadística de la Generalitat, publicará un primer anticipo de los datos del PIB de Catalunya.