Macroeconomía

El gobierno español revisa al alza el crecimiento de la economía en 2023

Sitúa el rebote del PIB en un 2,4% este año, pero lo rebaja hasta el 2% en 2024

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La ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, este lunes en rueda de prensa.

MADRIDUna noticia buena y otra mala. Es lo que se desprende de la revisión de las perspectivas económicas que el gobierno español ha realizado en el marco del Plan Presupuestario de 2024, enviado este domingo a Bruselas y publicado hoy lunes. Por un lado, el ejecutivo de Pedro Sánchez, siguiendo los pasos de casi todos los organismos supervisores, revisa al alza el crecimiento económico para 2023 y lo sitúa, finalmente, en el 2,4% (tres décimas más que el crecimiento previsto en el cuadro macroeconómico del plan de estabilidad). Por otro lado, se ve empujado a rebajar el alza del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide el tamaño de una economía) del año 2024 hasta el 2%, es decir, cuatro décimas menos de lo previsto inicialmente (2,4%).

A pesar de la revisión a la baja del crecimiento económico para el próximo año, la previsión del gobierno es más optimista que la de algunos organismos supervisores como el Banco de España, que sitúa el crecimiento en un 1,8% , o el Fondo Monetario Internacional, que hace sólo una semana revisó a la baja el rebote del PIB español en 2024 (1,7%).

Pese a que España será una de las economías de la zona euro que más crecerá este año, la desaceleración que se está empezando a sufrir a escala mundial también le salpicará y un primer síntoma podría verse ya en el crecimiento del PIB del tercer trimestre. El dato se publicará de forma anticipada a finales de octubre. Este escenario es fruto del endurecimiento de las condiciones financieras por parte del Banco Central Europeo (BCE) frente a una inflación que todavía es elevada (habrá que ver el impacto que puede tener el alza de los precios energéticos a raíz del estallido de la guerra entre Israel y Hamás), pero también por el impacto de la ralentización de economías como la china.

En el caso concreto del Estado, organismos supervisores como el Banco de España dibujan un escenario en el que la demanda interna y las exportaciones perderán músculo, mientras que el poder adquisitivo de las familias seguirá sufriendo la subida de tipos que, poco poco a poco, se traslada al bolsillo: desde el supermercado hasta las hipotecas. Por el contrario, la llegada de más fondos europeos vinculados al Plan de Recuperación, los fondos Next Generation UE, debería suponer un balón de oxígeno.

"A pesar de un entorno exterior muy complejo, la economía española mantiene un crecimiento diferencial, gracias a la política de los últimos años ya las reformas estructurales puestas en marcha, así como al rápido despliegue del Plan de Recuperación, que se reflejan en el dinamismo del mercado laboral, el sector exterior y la solidez patrimonial de los hogares y las empresas", defiende el gobierno en una nota de prensa publicada este lunes.

Plan presupuestario con pocas novedades

Más allá de la revisión del cuadro macroeconómico, el Plan Presupuestario para 2024 no dibuja grandes novedades porque el gobierno español está en funciones. Este plan sirve para que los Estados miembros expliquen en Bruselas las líneas maestras de sus presupuestos públicos, algo que el ejecutivo de Pedro Sánchez no puede hacer (en España no se pueden aprobar unos presupuestos del Estado con un gobierno en funciones) .

En cuanto al déficit y la deuda, el gobierno español mantiene la senda a la baja de ambos indicadores. Tal y como informó el ministerio de Hacienda en abril, se prevé alcanzar una tasa de déficit del 3% del PIB en 2024, es decir,un año antes de lo previsto. En cuanto a la deuda pública sobre el PIB, el ejecutivo confía en consolidar su ratio por debajo del 110% ya este año (108,1%), mientras que se situaría en el 106% en 2024 (la reciente revisión al alza del PIB español por parte del INE ajusta a la baja estas cifras). La actualización de ambos elementos es importante si se tiene en cuenta que a partir del próximo año Bruselas reactivará las normas fiscales y, aunque serán más flexibles, incorporan multas para aquellos estados miembros que no cumplan.

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