La inversión tira del carro y señala un cambio de modelo económico en Cataluña
La Cámara de Comercio recorta una décima la previsión de crecimiento del PIB catalán para este año, hasta el 2,6%
BarcelonaLa economía catalana mantendrá el ritmo de crecimiento previsto en los próximos dos años, siempre que la guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no escale más de lo que lo ha hecho hasta ahora, según los pronósticos de la Cámara de Comercio de Barcelona.
El ente cameral ha presentado su informe trimestral de coyuntura económica, en el que ha recortado una décima, hasta el 2,6%, la tasa de crecimiento previsto del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide el tamaño de una economía) prevista para este año en comparación con su última predicción2 de la primavera en el 2,4%.
"Estamos triplicando la media europea", ha recordado el jefe del gabinete de estudios de la Cámara, Joan Ramon Rovira, en la presentación del estudio en Barcelona. la actividad económica.
Ahora bien, los pronósticos de la Cámara no tienen en cuenta el posible impacto de un incremento de los aranceles por parte de EE.UU. en las exportaciones europeas. negociaciones, que en principio tienen como fecha límite el 1 de agosto, añadió el economista.
De hecho, las exportaciones son uno de los puntos débiles de la economía catalana en este último año, un hecho explicable por el contexto de incertidumbre causado por la guerra arancelaria, que ha recortado el comercio internacional a nivel mundial. En caso de que finalmente EEUU aprobara un arancel del 30% en los productos de la Unión Europea, el impacto negativo directo e indirecto según el Banco de España sería de más de 22.000 millones de euros, lo que en Cataluña representaría unos 4.000 millones (con el nivel actual del 10% es de 1.000 millones). Se trata de un impacto "muy importante", pero que no sería tanto efecto de la caída de ventas en EE.UU. como de una hipotética caída de las exportaciones a socios europeos, como Alemania o Italia, mucho más dependientes del mercado estadounidense.
Cambio de modelo productivo
Cómo ya avanzó la misma institución hace unos meses, los datos analizados por la Cámara apuntan a que la economía catalana está pasando por un momento de cambio de modelo productivo. En los últimos años, los motores del PIB habían sido el consumo de las familias y de las administraciones públicas, así como sectores empresariales de menor valor añadido y productividad y bajos salarios. Este hecho parece estar virando y que la inversión, especialmente la productiva (inversión de las empresas en maquinaria, investigación, digitalización u otros activos productivos), será uno de los puntos fuertes del crecimiento ya este año, pero aún más el próximo año.
En este sentido, Rovira ha señalado que, mientras que los beneficios brutos de las empresas han aumentado de forma muy notable desde el final de la pandemia, la inversión también ha aumentado, "pero mucho menos", lo que apunta a que el tejido productivo catalán tiene todavía espacio para incrementar una inversión que permitiría ganar productividad. Sobre este incremento de la productividad, Rovira indicó que es una "buena señal" de que el PIB por habitante aumente.
Aparte de esto, el ahorro de las familias continúa a niveles mucho más altos que antes de la pandemia, lo que normalmente se canaliza, al menos parcialmente, en un aumento general de la inversión en la economía, aunque la Cámara augura que se irá normalizando a la baja.
Sin embargo, pese al creciente peso de la inversión, la buena marcha del mercado de trabajo –la Cámara prevé un frenazo en el crecimiento del total de trabajadores, pero en ningún caso una disminución–, con una caída de la tasa de paro, permitirá mantener el consumo privado como el otro pilar del crecimiento de la economía catalana. De hecho, al igual que con la inversión, Rovira ve campo para correr, ya que –descontando el efecto de la inflación– el consumo de las familias todavía "no ha alcanzado los niveles de 2019".
En cuanto al turismo, uno de los sectores con mayor peso sobre la economía catalana, Rovira ve que tiene poco espacio para crecer en volumen, ya que se han superado las cifras de visitantes de antes de la pandemia, si no es por una "desestacionalización" que incremente la llegada de visitantes durante los meses de temporada baja.