Pensiones

La Seguridad Social sitúa en torno al 4% el incremento de las pensiones en 2024

El gobierno español anticipa un gasto medio de las pensiones del 12,4% del PIB hasta 2050

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El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

MadridCon los datos de la inflación actual en mano, el ministerio de la Seguridad Social calcula que las pensiones contributivas podrían revalorizarse entre un 3,5% y un 4% el próximo año. De hecho, en las proyecciones sobre la evolución del gasto público del sistema de pensiones enviadas a Bruselas se sitúa la revalorización en el 4% y en el 2% a partir de 2025, "coincidiendo con el objetivo de inflación del Banco Central Europeo", según se desprende del informe publicado este martes.

En todo caso, la cifra final no se sabrá hasta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) no publique la inflación media de noviembre. El aumento de las pensiones contributivas afecta a las prestaciones por jubilación, viudedad, incapacidad permanente, a favor de familiares y orfandad. Este incremento de las pensiones respecto a la inflación es resultado de calcular la media de las tasas interanuales del IPC de los doce meses anteriores a noviembre. Es decir, este año el cálculo es resultado de la media entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023. Esta es la fórmula que el gobierno español, así como la comisión del Pacto de Toledo por las pensiones, acordó recuperar en hora de revalorizarlas.

Evolución del gasto

Dos años después de los primeros retoques del sistema de pensiones, el ministerio de Seguridad Social, bajo la batuta de José Luís Escrivá, ha puesto negro sobre blanco cuáles son las previsiones de gasto público del sistema para los próximos años (se había comprometido a ello con Bruselas), sobre todo teniendo en cuenta que poco a poco se jubilará la generación del baby boom y este capítulo de gasto público aumentará.

En el documento enviado a Bruselas, la Seguridad Social calcula que entre 2022 y 2050 el gasto medio del sistema de pensiones se situará en el 12,4% del PIB teniendo en cuenta, eso sí, las medidas aprobadas para reforzar los ingresos. Sin estas medidas, el gasto público se dispararía un 14,2% de media en estos treinta años, según los cálculos de la Seguridad Social.

Actualmente, el gasto público en pensiones se sitúa en el 11,7% del PIB, según los últimos datos publicados en septiembre. Una cifra que ha ido creciendo año a año y que ha llevado a Bruselas a mirar con recelo la sostenibilidad del sistema y la equidad intergeneracional, es decir, que el gasto no suponga un lastre para las generaciones futuras.

Con estas previsiones de gasto público, el gobierno español descarta tener que activar los mecanismos correctores que prevé la reforma de las pensiones aprobada a principios de este 2023. Cabe recordar que la evolución fiscal del sistema (gasto, ingresos, deuda y déficit) será evaluada a partir de 2025 y cada tres años por la Autoridad Fiscal (Airef) y, en función de esta evolución, la ley prevé medidas de ajuste por el lado del gasto, los ingresos o ambas. Hace algunos meses, la Airef anticipaba que deberían activarse estos mecanismos de ajuste, pero desde la Seguridad Social se mantienen optimistas y no lo prevén. Fuentes de la cartera que dirige Escrivá ven "razonable" que el gasto público en pensiones no supere el 15% del PIB (este sería el límite sostenible) ni en el punto álgido de salida de trabajadores del mercado laboral (a partir de 2040).

Más ingresos

El gasto de las pensiones futuras no solo se ha observado con lupa en cuanto al incremento de jubilaciones en los próximos años, sino también porque se prevé que de media las prestaciones mejoren: por un lado, los sueldos han mejorado con los años y, por otro, las prestaciones han recuperado su revalorización con la inflación.

Por eso, desde la Seguridad Social se ha puesto el foco en engrosar la caja de la Seguridad Social y, sobre todo, la hucha de las pensiones que durante años se vació (formalmente se llama fondo de reserva de la Seguridad Social).

La retirada de las llamadas "gastos impropios" que ahora asumirá el Estado, así como la retirada paulatina con un límite de la base máxima de cotización, la reforma de los autónomos, el incremento progresivo de las cotizaciones y la puesta en marcha en 2025 de la "cuota de solidaridad" a las rentas altas (se aplica sobre aquella parte del sueldo que no cotiza) son las herramientas que sostendrían estos cálculos de la Seguridad Social en cuanto a la evolución de los ingresos y, por tanto, la capacidad de hacer frente al gasto. Asimismo, todos ellos están sostenidos por un cuadro macroeconómico de la propia Seguridad Social en el que la tasa de paro disminuye poco a poco (6% durante el período 2040-2050) y la de fecundidad (1,36% en 2050) converge con la de los países vecinos.

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